¿QUÉ ES LOS QUE LOS POLITICOS AUN NO ENTIENDEN?

“Todos somos animales, pero algunos son bestias”

            Toribio se vale de esta expresión formulada por una destacada antropóloga chilena, Isabel Behncke, reproducida en un medio para asociarla al infierno que envuelve a varias regiones en la zona sur del país. Fotografías y videos que circulan en medios sociales, dado que por su naturaleza y crudeza son inviables de mostrar en los medios de comunicación públicos, exponen a personas y animales quemados, escenas que ni siquiera el Dante las hubiese podido narrar ni ser humano permanecer insensible ante tanta tragedia.

            Por ello no deja de llamar la atención que un investigador del IES en su columna “Fuegos reales e imaginarios”  los emule a los incendios de origen natural por las extremas condiciones climáticas en España, Portugal o California; al mismo tiempo que señala el surgimiento de la paranoia conspirativa y la difusión de rumores y noticias falsas, atribuyendo éstas a gente de derecha. Todo parece indicar que el humo que ha alcanzado la región metropolitana ha obnubilado la mente del autor, porque a esta altura de los hechos es indesmentible la participación de terceros, pirómanos e integrantes de grupos radicales de mapuches, que han dejado testimonios vanagloriándose de sus “heroicidades”. Bomberos de la IV región, voluntarios que concurrieron a este mega incendio declararon que en Temucuicui les obligaron a entregar el agua que llevaban, amenazados de palabra y a pasar por un puente que no reunía las condiciones de seguridad; el ataque a funcionarios de la Forestal Arauco que cumplían funciones de vigilancia por individuos encapuchados y con armas de fuego, robaron su camioneta y luego la quemaron en el centro de Collipulli; amén de numerosas personas que ya han sido detenidas vinculadas con los incendios, apoyados en imágenes indesmentibles y declaraciones de testigos las que suman varias decenas. Sin perjuicio de lo anterior, el gobierno no ha salido a desmentir el rumor de un hecho de gravedad extrema, en el sentido de que el avión Ten Tanker no habría sufrido una falla técnica sino que habría sido impactado por un proyectil balístico, como CONAF lo hiciera para negar que aeronaves hubiesen sido atacadas con armas de fuego, reconociendo sin embargo, que videos que circulaban correspondían a incendios anteriores. En igual modo cubre un manto de duda el hecho que la Fuerza Aérea al momento de escribir la presente, no indicaba las razones de la caída de un dron de su pertenencia.  

           La opinión generalizada de expertos y de pilotos de naves aéreas que combaten incendios afirman que en Chile estos han sido producidos por personas, ya sea en forma accidental por negligencia o descuido en un 2% e intencionales en el resto, y que no guardan relación con incendios de otras latitudes. Es cierto, como oportunamente fue advertido por los servicios meteorológicos que existirían las condiciones de una tormenta perfecta: muy altas temperaturas, baja humedad y fuerte viento. Pero faltaba un elemento, las bestias que iniciaran el fuego, estratégicamente en variados puntos de las regiones, desde Maule hasta Los Lagos. No es fácil mantener la cuenta de hectáreas consumidas por el fuego, que ya superaron las 400 mil y existen 2 millones comprometidas; 321 incendios, cerca de 1.500 mil viviendas destruidas y 24 fallecidos; desconocemos la cantidad de animales igualmente afectados; y los daños ocasionados al hábitat que demandarán decenios para su recuperación; etc., etc.

            Pero el “supremo gobierno” y los “señores políticos” -salvo excepciones- como solía decir a quien hoy echamos de menos, no parecen comprender que estos incendios al igual que la quema  simultánea de estaciones del metro y el estallido delincuencial, forma parte de una estrategia hábilmente elaborada, financiada, organizada y apoyada logísticamente, percepción que desgraciadamente ha sido extrapolada a gran parte de nuestra población que aún no ha sufrido sus efectos. Como acertadamente ha señalado la sagaz pluma de Cristian Labbé, ya no pueden existir dudas de que se trata de un ataque terrorista que busca la destrucción del aparato productivo, en esta ocasión la silvoagricultura que es el sector no cobre más importante del país, fragmentar nuestro territorio dejándolo al margen del Estado de Derecho, como Temucuicui; sin perjuicio que mañana puede ser el minero o la industria salmonera.

            Toribio se pregunta con inocencia ¿Cómo tanta suerte ha tenido la zona antes indicada que no ha sido afectada por el mega incendio? Basta mirar el mapa de la región Araucanía afectada y comprobar dicha hipótesis. Los chilenos tenemos muy mala memoria. El terrorista Llaitul, hoy sometido a proceso, amenazó con incendiar la Araucanía hace unos meses; y por otra parte, a ningún parlamentario le ha merecido atención el llamado hecho por la senadora Campillay ya investida de su cargo a quemarlo todo.

            El abnegado sacrificio que hacen hoy día los miles de bomberos, voluntarios, miembros de CONAF, servicios de salud, autoridades comunales, de las Fuerzas Armadas, etc., será en vano. Quienes buscan la destrucción de nuestra democracia han tomado el pulso a los sucesivos gobiernos y persistirán en su cometido, sabedores que no atreverán a hacer uso de todos los recursos que la Constitución y las leyes proveen al Estado para garantizar el orden público y la seguridad nacional hoy gravemente amenazada.

           Toribio sin ser alarmista ni mucho menos pretender dramatizar el clima de absoluta inseguridad que reina en la nación, estima que la única forma de terminar radicalmente con este flagelo es mediante la declaración del Estado de Excepción de Sitio, tal como lo expresan las citadas normas, sin intermediarios, delegados presidenciales ni gobernadores, haciendo uso de todos los medios de que se disponen, independiente de las reacciones de 00.II y otros por los daños colaterales que se experimentarán. Caso contrario, se seguirá el camino por ejemplo de Colombia que llevan más de 70 años combatiendo a la guerrilla irregular. Desgraciadamente, con el prurito de buscar el ideal democrático, bajo el gobierno de la concertación se eliminó la facultad que tenía el Consejo de Seguridad Nacional de auto convocarse por acuerdo de dos comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, evitando la autoridad del presidente de la república, a quien podían acusarlo de abandono de deberes al Congreso o al Tribunal Constitucional, garantizando así a las FF.AA. a través de sus mandos recomendar o proponer al presidente de la república la toma de decisiones claves para mantener la seguridad de la nación, lo que fuere modificado en la Constitución de 2005, dejando la facultad de convocarlo solo en el mandatario, medio que bajo los gobiernos marxistas de Bachelet ni en el actual lo hayan citado.

            De manera, aunque suene repetido y majadero, como afirmó el académico e intelectual Rojas Vade, a comer caca pero seremos todos iguales.

            Fernando Hormazábal Díaz

General de Brigada (R)

 

Mientras tanto hay hombres y mujeres que arriesgan sus vidas por su país, lamentablemente como siempre sucede recibirán el “pago de chile”:

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