Columna de Joe Black, El Mercurio, 06 de diciembre de 2015

No tengo claro cuál es el origen de Los Guardianes del Proceso Constitucional. ¿Así se llamaban? ¿O era algo así como Consejo Ciudadano de Observadores (CoCO)?

Suena mejor Los Guardianes del Proceso Constitucional. Así los voy a llamar yo.

Pero lo que importa es su origen. ¿A quién se le ocurrió nombrar a esas 15+2 almas para resguardar que la primera fase de la elaboración de una nueva Constitución se haga como Dios manda? Bueno, no como Dios manda, porque supongo que la idea de la nueva Constitución no es que Chile deje de ser un Estado laico. Ustedes entienden a lo que me refiero.

Volvamos al origen. Si había que poner un futbolista en el grupo, ¿por qué Jean Beausejour puede ser mejor garante que Gary Medel? ¿No se trata de evitar que le pasen goles a la legalidad? En cuanto a los periodistas, ¿por qué no convocar al tío Emilio, para pillar en su propia trampa a los que quieran hacer algún timo con la nueva Constitución?

 Y qué me dicen de los abogados convocados. ¿No era mejor La Jueza? ¿O el fiscal Gajardo, que estuvo nominado a “Rey Guachaca 2015” y que ahora se la va a jugar para convertirse en el Juez Garzón chileno para poner a prueba la extraterritorialidad de la ley y perseguir a Sergio Jadue y a todos sus compañeros y a todos los que resulten responsables de toda la corrupción mundial del fútbol internacional de todos los mundos y de la FIFA planetaria? ¿Y por qué no nombraron al cura Berríos en vez de Buenito Baranda? ¿O al Gloria a Dios, para darle una onda un poco más de calle al proceso, o al Divino Anticristo?

También hay gente del mundo del espectáculo en la nómina. Ahí eché de menos gente más del universo de las redes sociales. ¿Por qué tenía que ser pura gente del mundo más tradicional del “show business”? Yo claramente habría nominado al “Manjarsh”, que da muchas garantías de saber lo que es el buen gusto para la gente común y corriente, que es la que va a degustar la nueva Constitución. ¿Y por qué no nominar a Germán, de “Hola soy Germán”? Y si ya estamos en esto, ¿por qué no comprometer en el proceso a la mamá que fumaba marihuana, para que fije los límites de lo que es aceptable y lo que no?

En fin, se me ocurren tantas posibilidades de nombres para convertirse en Guardianes del Proceso Constitucional que me abrumo. Yo mismo habría sido una opción. Les juro que habría representado los intereses de mis lectores con pasión. Pero no. Si no clasificó Gary Medel, que es la máxima expresión de la patria hoy por hoy, imagínense un pobre columnista como yo.

Pero es que así son las cosas. “La vida es la vida”, decía Julito Martínez con esa inefable sabiduría suya. Si no lo hubiese llamado Dios a su lado, el mismo don Julito habría sido un estupendo candidato para ser Guardián. ¿Y Carcuro, no sería un gran exponente? ¿Ven a lo que me refiero? Ya me empieza a dar rabia que no esté Pedro Carcuro o el Trovador de los goles velando por nuestros intereses. O Solabarrieta. Y Don Francisco, ¿no debió presidir el Consejo de Guardianes?

Ya, no me sigo haciendo mala sangre. A modo que ni quería, como decía El Chavo. Total, como el Consejo de Guardianes no tiene poder real, va a ser como los “Guardianes de la Bahía”, que tenían la pura pinta de salvavidas, pero nunca salvaron a nadie.