Una imagen habla más que mil palabras. Que se le reconociera abiertamente como combatiente, que fue un acto de sabotaje a las forestales, que cayó en combate, es nada al lado de esta imagen a la usanza de los honores militares.
*Más que clara la formación paramilitar que vemos*. Armas automáticas largas, entre ellas un M16 modelo A1, cargador vertical corto que se fabricó solo hasta 1982, el mismo modelo que los cubanos trajeron a Chile por Carrizal Bajo y que nunca se supo realmente cuantas se lograron ingresar antes de ser descubiertas. Armas que se portan con 45 grados de inclinación vertical, mano derecha y su anular por fuera del arco guardamonte, medida básica de seguridad para el empleo de los fusiles que solo lo saben quién tengan instrucción militar de ello. Mano izquierda que abraza la zona del guardamano en posición de honores. Hombros erguidos a la misma altura, piernas en apertura de 45° y mantas uniformes. Clara presencia de tres combatientes activos y un jefe de la cúpula, de contextura gruesa y zapatos de calle que se ubica solo para la foto en el costado izquierdo.

Al menos se puede rescatar que no han dudado un solo instante en mostrarse tal como son, *grupos terroristas con estructura paramilitar*, a diferencia de las declaraciones de los políticos de siempre, que vanamente intentan desviar la atención buscando argumentos como que Carabineros no usaban GoPro, o hablando de asesinato mientras la verdadera víctima se debate luchando por su vida. Imagen que habla de un delito flagrante, no solo de un porte, sino de una tenencia de armas expresamente prohibidas, donde solo corresponde la detención de sus autores, cómplices y encubridores, todos juntos en el mismo lugar y circunstancia, pero que vemos se combate cobardemente solo con una querella más. Un abandono total de los deberes constitucionales que se suman a la eterna impunidad que hoy reina en el país, porque no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Pedro Valdivia, ex Oficial de Carabineros.

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