*UN TRISTE ANIVERSARIO*



*UN TRISTE ANIVERSARIO*

            En la cuesta de Las Achupallas -kilómetro 40 del camino al Cajón del Maipo-, ocurrió, hace 34 años, el cruento ataque perpetrado por un grupo de 21 extremistas del denominado Frente Manuel Rodríguez  en contra de la comitiva que trasladaba al Presidente Augusto Pinochet desde su casa de descanso en Melocotón, a su domicilio en Santiago.

Los protagonistas de este cobarde asalto lo denominaron Operación Siglo XX. Se llevó a cabo con armamento de grueso calibre, como lanzacohetes M72 LAW, fusiles M16 y granadas de alto poder destructor. Todo aquello internado gracias a operaciones realizadas a mediados de 1986 por el Partido Comunista, a través de la caleta de Carrizal Bajo, en la Región de Atacama.

La misión de los ejecutantes fue una sola: terminar con la vida del ex Primer Mandatario. La acción -como se recuerda- dejó como resultado cinco escoltas presidenciales fallecidos y once uniformados heridos de gravedad, con diversas lesiones en sus cuerpos, quedando algunos de ellos inválidos de por vida.

En este nuevo aniversario, familiares y camaradas de armas concurrirán hoy hasta el monolito en memoria de sus deudos, que se ubica a un costado de esa ruta precordillerana. Allí elevarán cristianas oraciones en memoria de los suboficiales de Ejército Cardenio Hernández Cubillos (32); Gerardo Rebolledo Cisternas (31); Miguel Guerrero Guzmán (28); y Roberto Rosales Martínez (25); como también por el alma del Cabo Primero de Carabineros Pablo Silva Pizarro (26), el único soltero de los uniformados muertos en la emboscada.

Desde la tarde de ese domingo 7 de septiembre de 1986, esos hombres pasaron incorporarse a la historia de los mártires, al cumplir sin vacilación con el juramento que un día hicieron frente a la bandera: “Servir fielmente a la Patria hasta rendir la vida su fuese necesario”.

Roberto Mardones Sáez
Secretario de Prensa
Presidencia de la República (1984-1988)

A 34 años, todos los frentistas libres: Cinco militares muertos en ataque armado al Presidente Pinochet

Escribe Fernando Martínez Collins, periodista

Hace 34 años fue la principal noticia en Chile y del mundo. Ahora en cambio, los medios de prensa casi ni reparan. Un día como hoy 7 de Septiembre, pero de 1986, el clandestino Partido Comunista de Chile cometió un magnicidio, fracasado, en la persona del Presidente de la República de Chile, General Augusto Pinochet Ugarte.

 A ese crimen colectivo que creían produciría una guerra civil y la caída del Gobierno Militar, los humanoides la llamaron en clave “Operación Siglo XX’’.

 En ese atentado, lograron asesinar a 5 de los escoltas del jefe de Estado. Cuatro suboficiales del Ejército y uno de Carabineros fueron asesinados por el comando que encabezó el frentista César Bunster Ariztía.

 Es éste el mismo sujeto a quien la Concertación protegió y le dio trabajo, nada menos que en el Ministerio de Relaciones Exteriores de nuestro país, como traductor, en los mismos meses en que era intensamente buscado por la policía, a nivel mundial. Y posteriormente, Michelle Bachelet le recibió en La Moneda.

Bunster trabajó en la Cancillería en los gobiernos de Aylwin, Frei y Lagos.

Posteriormente, se presentó como candidato a alcalde por la comuna de Puente Alto, siendo rechazado por la ciudadanía. Este asesino de cinco suboficiales no ha estado un solo día privado de libertad.

Otro de los participantes directos, el “Comandante Ramiro’’, Mauricio Hernández Norambuena, el mismo que participó en la muerte del senador Jaime Guzmán, en el secuestro del empresario Edwards del Río estuvo preso varios años en Brasil donde cometió -con otros marxistas- un secuestro a un publicista.

El 20 de agosto de 2019, luego de intensas gestiones gubernamentales se logró que Brasil lo mandara a Chile. Al llegar, el ministro Mario Carroza, quien lleva su caso, declaró a la prensa que Ramiro viene a cumplir una sola pena “su huida desde la cárcel de Alta Seguridad’’.

 Antes, estando en Brasil, Ramiro formuló declaraciones en septiembre del 2009. Dijo entonces que no se arrepiente de nada.

 Ellos no conocen el perdón. Tampoco el olvido. Además, en esa acción criminal dejaron a otros doce uniformados lisiados, algunos de por vida.

 No consiguieron eliminar –como querían- al Presidente, quien viajaba con uno de sus nietos, a quien cubrió con su cuerpo.

El Presidente Pinochet regresaba a Santiago después de pasar –como acostumbraba los fines de semana el matrimonio Pinochet Hiriart- en su residencia de El Melocotón, en la zona sur oriente de la capital, a unos 70 kilómetros de Santiago.

Esa tarde, el militar no venía con su esposa, sino con uno de los hijos de su hija mayor, Lucía.

A las 18,40 pm empezó el ataque

Eran la 18:39 del domingo 7 de septiembre de 1986, cuando la comitiva avanzaba, descendiendo, por la carretera G-25 desde el Cajón del Maipo, a la altura del kilómetro 29, a la altura de cuesta Las Achupallas.

 Un minuto más tarde, luego que una camioneta que arrastraba una casa rodante les cerrara el paso, comenzó una lluvia de balas contra la comitiva disparadas por fusiles M-16, metralletas, granadas de mano y cohetes Low dirigida.

Arreciaba el fuego de fusiles automáticos, granadas y cohetes contra la comitiva detenida, pues le cerraron el paso.

En el automóvil que trasladaba al Presidente Pinochet viajaban, además su nieto de diez años, el chofer y su edecán naval, el comandante Pedro Arrieta, quien posteriormente alcanzó el Almirantazgo. El comandante Arrieta falleció hace unos años.

 El automóvil del gobernante recibió 38 impactos de bala y fue alcanzado por un cohete, que milagrosamente, no estalló.

 El vehículo fue exhibido a los chilenos durante más de una semana, en la parte exterior de La Moneda, para que pudieran contemplar lo que es el terrorismo.

Le salvo la pericia del conductor

El chofer presidencial, un militar, en un acto de extraordinaria sangre fría en medio de tan terrible ataque, que ya causaba la muerte de varios hombres y había prácticamente desintegrado un auto de la escolta, dio marcha atrás, impactando ligeramente a un vehículo que le cerraba el paso y, dando media vuelta, emprendió rápidamente el regreso hacia su lugar de origen, la residencia en El Melocotón.

Como se conoció más tarde, los autores del ataque eran miembros del llamado Frente Patriótico Manuel Rodríguez, brazo armado del PC. El atentado, a pesar de haber sido minuciosamente preparado, fracasó en su objetivo de asesinar al Jefe de Estado y comandante en jefe del Ejército.

 Cayeron asesinados:

Cabo 1ro de Ejército Miguel Ángel Guerrero Guzmán.

Cabo 1ro de Ejército Cardenio Hernández Cubillos.

Cabo 2do de Carabineros Pablo Antonio Silva Pizarro.

 Cabo 1ro de Ejército Gerardo Rebolledo Cisternas.

Cabo 2do de Ejército Roberto Rosales Martínez.

 Resultaron heridos:

Teniente de Carabineros Jordán Tavra Checura.

 Cabo 1ro de Carabineros Miguel del Río Méndez.

Cabo 1ro de Carabineros Ricardo Lara Orellana.

 Sargento 2do de Carabineros José Córdova Belmar.

 Carabinero Alberto Muñoz Carvajal.

Capitán de Ejército Juan Mac Lean Vergara.

Cabo 1ro de Ejército Juan Fernández Lobos.

Carabinero motorista José Carrasco Espinoza.

 Detective José Mac Lean Zúñiga.

Bunster Ariztía reconoce

El 17 de Septiembre de ese año (1986), las agencias internacionales de noticias informan que una persona que asegura haber tomado parte en el atentado conversó con el corresponsal del diario milanés “Corriere Della Sera”.

El sujeto señala ser hijo de un destacado político del gobierno de Salvador Allende. Luego se confirma que es César Bunster Ariztía.

 El hombre dice, entre otras cosas, “éramos un grupo suicida” integrado por miembros del Frente Manuel Rodríguez. “Fue una operación perfecta; no perdimos un solo miembro. Lamentablemente -agregaPinochet sobrevivió al ataque”.

Afirma también que todos los participantes regresaron a la base y ya están a salvo. “Un primer grupo ya está de regreso en La Habana. Esa noche cruzamos los Andes simulando ser turistas o esquiadores.

El Editor de Chile Informa puede añadir a lo siguiente:

 Dos o tres días después del fallido atentado, el Presidente Pinochet compartió un té, en los comedores de La Moneda, con a lo menos 20 periodistas chilenos que cubrían informaciones del sector Moneda. En la ocasión, el general Pinochet relató que tenía información altamente confiable que varios importantes dirigentes políticos, opositores al régimen militar, sabían anticipadamente que ese atentado estaba en preparación.

 Iglesia Católica lo sabía

Añadió que también estaba en conocimiento de algunos sacerdotes de la Iglesia Católica el atentado en su contra que venía.

Requerido por los reporteros a dar más detalles, el general Pinochet agregó: “Había mucha gente que sabía que me iban a matar, pero no dijeron nada. Incluso creo que lo querían.

Contó luego don Augusto a los periodistas que dos o tres días antes del atentado, vino a conversar con él el Almirante Merino y en esa conversación le indicó: “Ten cuidado Augusto, porque me ha dicho una persona que tiene toda mi confianza que van a atentar en tu contra’’.

Dijo el general Pinochet que, consultó entonces al máximo jefe naval, quien era su informante, y el marino se negó, pero le insistió que lo sabía porque se lo dijo una persona muy íntegra, e insistió que debía aumentar su protección.

 Un día después de producido el atentado, -contó el militar- le preguntó directamente al Almirante, quien había sido la persona que le alertó que el atentado venía.

Pinochet narró a los periodistas que el Almirante Merino le indicó que la información la recibió del propio Cardenal Juan Francisco Fresno.

 De lo que relatamos en exclusiva, fuimos testigos presenciales 20 periodistas, casi todos fácilmente ubicables.

 En la ocasión S.E. les pidió a todos –lo que cumplieron– total reserva para no perjudicar las investigaciones en curso.

 Posteriormente, este periodista tuvo ocasión de entrevistar al Cardenal Fresno cuando él asistió a la inauguración y bendición de la clínica del cáncer de la UC, en calle Diagonal Paraguay de Santiago. Le preguntamos directamente y reconoció que efectivamente entregó esa información al Almirante Merino. Ante otra consulta dijo que a él se la entregó un sacerdote. Sin embargo, declinó decir su nombre, aduciendo no recordarlo.

 Nuevamente el Comandante Ramiro

En Brasil, en septiembre del 2009, el terrorista Mauricio Hernández Norambuena, concedió una entrevista a una cadena televisiva evangélica, y se refirió al atentado donde él participó, contra el Presidente Pinochet.

 Dijo ahí: “Teníamos varios informantes que nos indicaban los días en que él subía a la cordillera. Nosotros nos quedamos 15 a 20 días acuartelados, esperando el momento, y estábamos a cinco minutos del local donde realizamos la operación”, detalló.

“Fue bastante violento, hicimos el atentado, hubo muertos y heridos, nosotros solamente tuvimos una baja, que fue una persona que sufrió con las esquirlas de una granada en un brazo, pero nada más”, afirmó.

Publicado por Chileinforma.