Señor Director:
Discrepo de la opinión vertida por don Claudio Martínez Cerda, Exdirector de Gendarmería, bajo el título “Punta Peuco y la memoria”, en cuanto a convertir dicho Penal en “un museo de la justicia y la memoria, como ocurre en muchos países del mundo donde la historia no se borra, sino que se presenta para las generaciones futuras”.
La historia que se encierra en Punta Peuco corresponde sólo a una parte del total. ¿Qué ha sido del resto de la historia? ¿Dónde están los museos en que se guarda la historia que precede y coincide con los hechos por los que hoy responden los cautivos de Punta Peuco? La historia de las otras víctimas y la de los que no pagaron por sus crímenes, ¿dónde está? ¿Debe ser la extensión del concepto “derechos humanos” tan restrictiva como para circunscribir su aplicación sólo a quienes han optado por la vía violenta como medio de lucha política, excluyendo del amparo de dicho concepto a las víctimas de ese accionar?
En cuanto a considerar Punta Peuco como un “museo”, tal vez lo único válido para tenerlo por tal sea la edad de los cautivos, que supera largamente los 80 años, llegando a más de 90. En cuanto a que lo sea “de justicia”, admite muchos argumentos en contrario: desde luego la prescindencia de la aplicación de instituciones esenciales del derecho penal que, de haber sido consideradas, habrían impedido, en muchos casos, la dictación de sentencias condenatorias. El concepto de justicia es subjetivo, el del derecho positivo es objetivo y no puede ser subordinado a aquel, toda vez que sólo genera incertezas jurídicas y, eventualmente, otras iniquidades como la sistemática denegación de beneficios carcelarios a ancianos enfermos, postrados, con enfermedades terminales que mueren en el penal, contrastando con el tratamiento conferido a crueles delincuentes comunes, cuyo es el reciente caso de asalto en el aeropuerto de Santiago en que se asesinó a un funcionario de la DGAC .
Sólo concuerdo con el señor Martínez en que el Penal de Punta Peuco será un hito en nuestra historia, con museo o sin él, como recordatorio de nuestros errores, tanto los que se cometieron antes como los que se siguen cometiendo en dicho penal en perjuicio de quienes, de una forma incomprensible, son privados sistemáticamente de derechos inherentes a la persona humana que ninguna sociedad civilizada podría desconocer el día de hoy.
“Saber olvidar lo malo, también es tener memoria”, especialmente para el logro de la paz social, la que, en nuestro país, parece cada día más lejana.
Saluda a usted,
Juan Miguel Rodríguez.
Abogado, ex militar y ex Ministro de Corte.

Sin duda. Los Militares del 73, son juzgado por una ley que, por injusta y sesgada, fue DEROGADA para el resto de los chilenos. Por eso los jueces de izquierda, como lo reconoció el propio ex Ministro de Justicia, Hernán Larraín, cometen prevaricación a su gusto. Leer en:

La palabra de una mujer valiente: