Cartas que deben ser leidas y no ocultadas:

Comentario:

Enrique Slater @slater_enrique

De toda justicia lo que expone el autor de la carta, don Camilo Fernández. Es lo mínimo que se necesita, en un contexto de muchas otras arbitrariedades. Pareciera que los procesos son una mera formalidad, dónde las pruebas presentadas, no son consideradas por los jueces.

Carta enviada hoy a El Mercurio, en relación con la carta publicada hoy “Revisión de causas”.

Señor Director,
A propósito de la carta publicada ayer, respecto de la necesidad de revisar las causas en DD. HH. que afectan a toda una generación de las FF. AA. de 1973, quiero agregar que, de no hacerse pronto, es posible que nuestro Poder Judicial quede manchado para siempre con una vergonzosa lacra imposible de revertir.

En efecto; si alguna investigación histórica posterior demuestra que:
a) Chile disfrazó de institucionalidad y justicia un ensañamiento ineplicable contra jóvenes ciudadanos del propio país, que nada tuvieron que ver con las circunstancias que prevalecieron durante el tiempo en que ellos prestaron su servicio militar, y
b) a pesar de las fallas institucionales en la administración de justicia que el país hoy ha detectado e intenta reparar, se niega soberbiamente a extender este acto purificador a las causas que afectan a estas personas y sus familias, no habrá incurrido en una falta producto del odio inexcusable, sino además en una segunda y quizás peor, producto de la soberbia

Carta enviada al Mercurio que no se publicó. Señor Director:

En la carta del domingo 6 de octubre, don Enrique Barros plantea que “es necesario diseñar reglas sensatas que perfeccionen el procedimiento de designación de jueces superiores”. Estoy plenamente de acuerdo con ello, sin embargo, los jueces en causas de derechos humanos que juzgan a los militares, siguen después de más de 50 años condenando por delitos muy difíciles de probar, juzgando mediante ficciones jurídicas e incumplimiento de acuerdos internacionales suscritos por Chile como es el Estatuto de Roma sobre crímenes de lesa humanidad del año 2009.

Para los jueces y ministros hacerlo así son puntajes positivos para ascender en el escalafón del poder judicial. Luego, los nombramientos políticos seguirán perdurando en el tiempo.

Como muestra un botón: Se condenó recién el 4 de octubre a un anciano de 78 años a 15 años y un día de prisión, o sea, a pena de muerte. La ministra con esto asegura puntos para ser en cualquier momento ascendida a ministra de la Corte Suprema por sus méritos de condenar a viejos militares.

ALVARO GUZMÁN VALENZUELA
General de Brigada (R) Director Ejecutivo de la ONG JURE

Y en Argentina: