Respaldo a Carabineros:

IRENE MORALES GALAZ

                                                                                                         Por Humberto Julio Reyes

            La constatación de un error histórico en una columna dedicada a conmemorar un nuevo aniversario del combate de puente de Buin, me lleva a plantear lo difícil que resulta enmendar uno de ellos una vez producido, situación que se agrava, por desgracia, cuando quedan incorporados a un sitio de internet.

            Originalmente esta columna iba a estar dedicada exclusivamente a la gloriosa cantinera de la Guerra del Pacífico. De ahí su título.

            Pero, la aludida constatación en el día de ayer del mencionado error, me permite “matar dos pájaros de un tiro”, y quizás, a la pasada, otros dos.

            No cabe duda que dedicarse a difundir la historia patria es un loable propósito pero, como a menudo el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones, a veces se incurre en errores involuntarios por recurrir a una fuente inexacta o no confiable.

            Entro en materia, rogando al paciente lector, excusar el largo preámbulo.

            De un tiempo a esta parte, un canal de televisión abierta exhibe unos cortos dedicados a grandes mujeres chilenas, entre ellas la cantinera Irene Morales.

            He visto dicho corto unas tres veces hasta tener cierta seguridad que había un par de errores en el texto al atribuirle haber pertenecido a los “Carabineros de Yungay” y llamar “Batallón” a dicha unidad de Caballería, esto último impensable si el autor del texto hubiese sido un militar. Asumo, entonces, que no lo era.

            Respecto a su pertenencia, la suerte puso en mis manos una acuciosa investigación sobre dicha gloriosa unidad, que tuve que informar como parte de mis obligaciones, no encontrando en parte alguna mención a la cantinera.

            El error de llamar batallón a un regimiento de caballería (sucede, pero al revés, con los “Cazadores del Desierto”, inmortalizados en un canción de los Cuatro Cuartos), cosa que puede pasar ignorada para el grueso público no requería confirmación a mi juicio, pero si lo relativo a su pertenencia.

            Para esto último acudí a Google y consultados diversos sitios, llegué a la conclusión que el más confiable era el de Memoria Chilena.

            En él se mencionan las tres unidades de infantería en las cuales ella prestó servicios, a saber: 3° de línea, Chacabuco y 4° de Línea.

            En el 3° fue incorporada por el entonces Capitán Hermógenes Camus, combatiendo en el asalto y toma del morro de Arica. Sirviendo en el “Chacabuco” habría ingresado a Lima, “donde fue observada por soldados del Carabineros de Yungay”, origen probable del error en el texto televisivo. Finalmente, estando en Lima, pasó al 4° de línea.

            Como en Historia rara vez puede haber una verdad final, esto queda sujeto a posteriores investigaciones.

            Como también consulté dos sitios de Wikipedia, comprobé que ambos coinciden en lo general en los hechos, pero uno le atribuye haber nacido en fecha muy posterior y haber quedado viuda a los 13 años y un segundo apellido diferente.

            Ambas dudas habían sido aclaradas en 2019 por un grupo de tres investigadores llamados “Los viejos estandartes”. Ella nació en 1848 y falleció en 1890 y su segundo apellido era Galaz y no Infante.

            Sin embargo, transcurridos cinco años, la versión errónea permanece accesible en Wikipedia, pudiendo inducir a error a otra persona que lo consulte y que no tenga mayor conocimiento de la vida de la ilustre persona.

            Volviendo al sitio de Memoria Chilena, también se menciona un articulo de El Mercurio del Coronel Enrique Phillips Huneeus, quien encontró y repatrió los restos de ese soldado muerto en acción en la batalla de Tacna y que fuera sepultado como soldado desconocido el 25 de agosto de 1931, honrado a los largo de casi un siglo en diversas ceremonias y finalmente profanado por quienes ignoran o no respetan nuestra historia.

            También deja constancia del intento de cambiar nombre a la calle que honra la memoria de la gloriosa cantinera, a corta distancia del desaparecido monumento al General Baquedano, como broche de oro y homenaje a un pretendido manifestante.

            En enero de 2020 se realizó una “ceremonia simbólica por cambiarle nombre a la calle Irene Morales por Mauricio Fredes, quien murió luego de caer a un agujero en la intersección de Alameda con Irene Morales mientras huía de Fuerzas Especiales de Carabineros”. Vaya héroe.

            Esperemos que ese despropósito no prospere y se incurra en otra inmerecida afrenta, esta vez a una mujer que combatió por su Patria.

            Finalizo con dos casos:

            Años atrás y como portada de una revista de circulación más bien restringida, advertí un cuadro de la batalla de Marengo que me era familiar. Sin embargo, en su interior, el texto indicaba que se trataba de la sorpresa de Cancha Rayada.

            No es necesario ser un experto para advertir las diferencias entre ese paisaje italiano y los uniformes de los combatientes respecto a nuestro sur y los que sí se enfrentaron en esa acción de guerra.

            ¿Origen del error?

            El editor consultó un sitio de internet de una firma comercial ambientada en Cancha Rayada y que, por alguna extraña razón, incluye dicha pintura.

            También en un sitio de efemérides se ilustra el combate de “Portada de Guías” con el Mariscal Murat cargando al frente de sus escuadrones en la batalla de Jena.

            Pareciera entonces que conviene asegurarse de la confiabilidad de la fuente antes de difundir, con la mejor intención, errores difíciles de enmendar.