Bailando al ritmo de Gramsci

Bailando al ritmo de Gramsci
Antonio Gramsci fundador del partido Comunista Italiano, nacido el 22 de Enero de 1891 y muerto el 27 de de Abril de 1937, es considerado el padre del neo marxismo, que en oposición o más bien en la búsqueda de otro camino para implantar el marxismo, desarrolló su tesis acerca de la “hegemonía cultural” para analizar las clases sociales y lo que él denominaba como la “Superestructura”. Proponía que las normas culturales vigentes de una sociedad son impuestas por la clase dominante (hegemonía cultural burguesa), de manera que no deberían percibirse como naturales o inevitables, sino reconocidas como una construcción social artificial y como instrumentos de dominación de clase, por lo que proponía un cambio cultural inadvertido, indispensable para una liberación política e intelectual del proletariado, reivindicando y creando su propia cultura de clase, planteó entonces un proceso en el cual los “subordinados” debían imponer otro “escenario” para acabar y reemplazar la estructura social vigente.
Sus teorías se han desarrollado con éxito en las “sociedades libres” de Europa donde ya el cambio cultural es profundo.
En América Latina, El Foro de São Paulo (FSP) creado en 1990 por partidos y grupos de izquierda latinoamericanos para unir esfuerzos de esos partidos y movimientos de izquierda, ante el nuevo escenario internacional después de la caída del Muro de Berlín y las consecuencias del neoliberalismo en los países de América y el Caribe.
Varios partidos de izquierda chilena pertenecen a la citada organización ,y el FSP celebra como uno de sus logros la llegada de Michelle Bachelet al poder en nuestro país.
En las conclusiones de su última reunión periódica (a la fecha se han realizado 22 encuentros desde su creación), realizada en Junio de 2016 en El Salvador, el FSP afirma que “La derecha continental subordinada al imperialismo norteamericano ha intensificado las acciones con las que pretende desmantelar los procesos de cambio social que se vienen desarrollando a lo largo y ancho de nuestro continente, en lo que se perfila como una contraofensiva imperial.”
Más adelante agrega que “Es vital no perder de vista el carácter instrumental de cualquier sistema político como medio de legitimación del poder de clase, al margen de quien lo ejerza, lo cual fundamenta la necesidad de los cambios estructurales, no solo en el ámbito económico, al cual se suele hacer referencia de manera exclusiva, sino en el ámbito político, en cuanto al diseño del modelo, que nos debe llevar a una democracia que sea, participativa y protagónica, como instrumento del poder popular”
También el FSP manifiesta que “La izquierda debe definir estrategias para aumentar su presencia en la integralidad del poder político, avanzando en el cambio de la correlación de fuerzas en la institucionalidad del Estado, lo cual requiere no reducir la lucha política al Poder Ejecutivo. A la par de ello, los procesos revolucionarios y de cambio social en marcha en nuestro continente deben luchar por su perfeccionamiento y contra todo aquello que desde dentro de los procesos mismos, atente contra el avance de éstos.”
En otra de sus conclusiones indica que” La profundización de los cambios sociales alcanzados por los gobiernos de izquierda y el fortalecimiento de las luchas políticas y sociales en aras de esos cambios, es la mejor manera de enfrentar y derrotar esa contraofensiva de la derecha y el imperialismo.”
Llama la atención lo que el FSP concluye sobre el proceso de paz en Colombia: “La paz en Colombia hará posible que todas las fuerzas populares, revolucionarias y progresistas de ese país logren avanzar unidas en la lucha política, garantizándoles la vida, los derechos civiles y la participación política a sus líderes y militantes”. (Se refiere a las FARC)
En su punto 10, el acuerdo señala que “En estos momentos, se presenta un desafío fundamental para los pueblos en lucha y para el movimiento revolucionario, que es la batalla en Venezuela, cuyo pueblo revolucionario encabezado por sus fuerzas organizadas ha demostrado una capacidad de lucha y resistencia pocas veces vistas en la historia de lucha de nuestros pueblos, frente a las embestidas brutales de la oligarquía apátrida y el imperialismo. La Revolución Bolivariana es una victoria permanente y estratégica en la lucha por la libertad de nuestros pueblos.”
En el punto 17 concluye que “estos momentos, se presenta un desafío fundamental para los pueblos en lucha y para el movimiento revolucionario, que es la batalla en Venezuela, cuyo pueblo revolucionario encabezado por sus fuerzas organizadas ha demostrado una capacidad de lucha y resistencia pocas veces vistas en la historia de lucha de nuestros pueblos, frente a las embestidas brutales de la oligarquía apátrida y el imperialismo. La Revolución Bolivariana es una victoria permanente y estratégica en la lucha por la libertad de nuestros pueblos.”
Al referirse a la crisis brasileña los integrantes del FSP indican que “El Foro de Sao Paulo expresa al pueblo brasileño su irrestricta solidaridad en su lucha que es de todo el continente, contra el golpe de Estado, por la democracia y la defensa de las conquistas sociales del pueblo brasileño bajo los gobiernos del PT y sus aliados, encabezados por Lula y Dilma, y sumamos nuestra voz a todos aquellos que en todo el mundo, rechazan el ilegítimo gobierno golpista y demanda el retorno de la Presidenta legítimamente elegida.”
En otra de sus conclusiones se puede leer que “Es necesario que el Foro de Sao Paulo fortalezca los esfuerzos por la construcciones de un frente político y social continental, integrado por movimientos políticos, sociales y populares de nuestra región, abarcando a amplios sectores de la sociedad, entre ellos aquellos que exigen el respeto a sus derechos personales y colectivo, como por ejemplo, sus orientaciones sexuales en el caso de los grupos LGBT, los sectores de la juventud, las luchas de género por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, los pueblos originarios, los afrodescendientes, que no necesariamente actúan partidariamente, pero que luchan en las calles por sus derechos y el ejercicio de sus expresiones culturales. Todos los partidos de izquierda debemos garantizar espacios en nuestras luchas y en nuestras estructuras a estos sectores”.
Posteriormente en el punto 22 el FSP manifiesta que “Es necesario fortalecer la batalla de las ideas en todas sus expresiones y a través de todos los medios. La lucha ideológica, cultural, mediática, resulta imprescindible para derrotar la invasión ideológica de las clases dominantes y así movilizar a los pueblos en la defensa de sus intereses. Debemos articular un frente de pensamiento contra hegemónico que incorpore sin prejuicios a nuestra lucha a personas y grupos de las más diversas filiaciones políticas.”
Finalmente el FSP termina su declaración diciendo que “como proclamaba la Revolución Cubana en la Segunda Declaración de La Habana, “ha dicho BASTA y ha echado a andar… ” Seguiremos construyendo el poder popular para asegurar las transformaciones económicas, sociales y políticas de los pueblos de América Latina y El Caribe.
Juzgue en consecuencia el amable lector, si acaso no nos están tratando de hacer bailar con una música programada sin tapujos desde el extranjero, y dirigida por los sacerdotes sin sotana desde los púlpitos de los templos más diversos de esa religión política sin Dios que es el comunismo.
Por Roberto Hernández Maturana