“Lo que viene va a ser muy difícil”, afirma, sin estar sorprendido por el itinerario reformista del gobierno de Michelle Bachelet y el rechazo mayoritario que hoy muestran las encuestas. “Todo estaba anunciado, la Concertación jugó limpio y desde la derecha no hubo reacción alguna. Ni la ‘opinión tranquila’, ese sector profesional moderado, ni el empresariado, movieron un dedo. Nosotros perdimos un diputado por Los Ángeles, Cristóbal Urruticoechea, por 32 votos, es decir 17 personas, porque no tuvo apoderados de mesa”..

Estamos en un proceso de desestructuración dirigido y no espontáneo de la vida política, que se está preparando para que llegue un hiperaudaz a pegar el manotazo.

A la Constitución se le han hecho muchas modificaciones, y por supuesto que hay cosas que pueden volver a modificarse, pero esto de dejar al país en un vacío institucional es letal. Algunos se preocupan mucho del derecho de propiedad, tema totalmente ocioso, porque con la reforma tributaria se están expropiando los flujos sin expropiar la fábrica de catres de Talca. Pero hay temas mucho más importantes como la libertad de enseñanza o el multiculturalismo como lo entienden algunos que andan a tiros en Tirúa y no miran lo que está ocurriendo en Europa. Esta nación es una, indivisible y es una patria común.

Es absolutamente prematuro hablar de elecciones presidenciales. Sebastián Piñera tiene posibilidades en la medida que asuma un rol opositor muy claro, muy definido. Aquí no caben más oráculos, hay que mojarse las canillas y eso vale para todos.