Carta abierta de un General a Tomás Mosciatti



Carta abierta de un General a Tomás Mosciatti

Santiago, 4 de Agosto de 2020
Sr. TOMÁS MOSCIATTI OLIVIERI
Director de Radio Bio Bio
Presente.

Estimado Sr. Mosciatti,

Desde hace casi dos décadas soy auditor permanente de sus programas informativos; siempre confiando – con algunas reservas, a veces – en el slogan de la radio : “Independientes de verdad”.

Como militar en retiro, estoy ligado de por vida al Ejército de Chile, y me afecta todo lo que de él se dice; y desde el despliegue de nuestros soldados en la Región de La Araucanía me han llamado la atención sus críticas, e incluso su sutil mofa casi habituales,  respecto de su actuar.

Específicamente en su crónica de hoy , se refería a la gran cantidad de medios empleados en la carretera 5 Sur,  y textualmente afirmaba *“…Y no pasa nada”*; o refiriéndose al vehículo Hammer que sufrió un ataque terrorista, Ud. expresó: *“Salió arrancando…”*

Perfectamente , y quizás dando el gusto a sus íntimos deseos, el oficial o suboficial a cargo de la patrulla podría haber ordenado el empleo de la ametralladora y matar a todos los terroristas atacantes.
Pero primó el  criterio. Si lo hubiera hecho, “habría incendiado la pradera” y su acción habría tenido repercusiones nacionales e internacionales,  e indudablemente,  su emisora habría seguido el procesamiento del militar, con despachos y entrevistas a dirigentes mapuches y políticos.

En fin, los medios de comunicación lo habrían colgado en la plaza pública.

Los soldados juramos cumplir las leyes, y las “Reglas sobre el Uso de la Fuerza”, elaboradas por el Gobierno , que seguramente Ud. leyó es un cúmulo de restricciones y amenazas veladas , que prácticamente limitan  a las Fuerzas Armadas y Carabineros, a un mero acto disuasivo; simplemente porque nadie en el gobierno quiere ser acusado constitucionalmente, o en el exterior,  por las cortes internacionales, sin importar – y esa es la impresión – que en el país no exista Estado de Derecho.

Ya tenemos la experiencia de haber escuchado cantos de sirenas. Nosotros terminamos en la carcel, y aquellos que “cantaban” se apoltronaron en encumbrados y bien pagados puestos de gobierno, desentendiéndose como buscando la polilla que vuela en el techo.

Quizás el elástico se estire al máximo, que ni Dios quiera, obligue  a alguna acción, sin antes,  recibir por escrito la firma de escalón político para el uso de las armas. Ya aprendimos.

Saluda atentamente a UD.

General (R) Hernán Núñez Manríquez