Carta al Papa de la Multigremial FACIR

Carta al Papa de la Multigremial FACIR
A Su Santidad
FRANCISCO I.
VICARIO DE CRISTO Y PASTOR DE LA IGLESIA CATÓLICA
PRESENTE
Al igual que toda la Nación Chilena, con cariño y mucha esperanza, aguardamos la llegada de nuestro Pastor y Conductor de la Iglesia.
Con ánimo de paz y justicia, acudimos a SS para dar cuenta de la existencia de ex militares y policías, viejos y enfermos, que se encuentran encarcelados en Punta Peuco condenados por supuestos delitos de Derechos Humanos, los que calificamos de esta forma, pues los prisioneros no han sido juzgados. Sólo han sido condenados y encarcelados, habiéndose violado la normativa legal vigente y no respetado Principios Universales del Derecho.
En los últimos tiempos, 22 prisioneros políticos han fallecido encarcelados sin habérseles respetado sus Derechos Humanos. El promedio de edad es de 74 años. Para militares y policías no existe normativa que los proteja pues el Gobierno actual se encarga que sigan prisioneros, y para ello, les niega los beneficios que por ley y la Constitución les corresponde.
Preocupada por esta evidente situación de salvajismo jurídico en pleno siglo XXI, es que la Multigremial de Militares y Policías, efectúa esta denuncia ante SS.
Como está en su conocimiento, hace ya casi medio siglo, las grandes potencias socialistas, intentaron implantar en nuestro país la Dictadura del Proletariado, aprovechando la existencia en nuestra patria de partidos marxistas que ya en el año 1967, declaraban públicamente que, abandonando la institucionalidad democrática, optaban por la lucha armada.
No vamos a entrar en detalle cual fue la reacción mayoritaria del pueblo chileno contra la tiranía marxista, o respecto del significado de la declaración del Congreso chileno que, con la firma de una altísima cantidad de parlamentarios, declaró inconstitucional al Gobierno de la época.
El resultado final, producto de la incapacidad de los políticos, fue que las FF.AA. y de Orden debieron obligatoriamente, asumir la conducción del país y con ello se evitó que Chile cayera en una dictadura comunista, en que las primeras víctimas son el pueblo católico y sus sacerdotes, como lo ha demostrado la historia. Luego, con el gran apoyo de la ciudadanía, se logró con mucho esfuerzo traer paz, respeto, orden y finalmente un gran progreso al país, beneficiando especialmente a los más necesitados.
Hoy, a quienes el Estado de Chile ordenó restaurar las instituciones de la República y terminar con las acciones vandálicas y destructivas contra las personas y los bienes públicos y privados efectuadas por terroristas nacionales y extranjeros, se enfrentan indefensos contra la venganza marxista muy bien planificada por el Foro de Sao Paulo.
Para la ejecución de esta venganza, han contado con la inmoralidad de un amplio sector de funcionarios, políticamente infiltrados en el Poder Judicial que, confabulados con sectores políticos de izquierda, se han alejado de la recta aplicación de la Justicia, transgrediendo normas jurídicas de carácter universal. Lo anterior, con el apoyo publicitario de medios de comunicación políticamente afines que no trepidan en tergiversar los hechos y la dignidad de seres humanos, y todo ello, bajo la mirada indolente y a veces cómplice de autoridades gubernamentales, parlamentarias, militares y religiosas.
El detalle de las aberraciones judiciales y arbitrariedades que a diario se cometen en Chile, podrá SS., encontrarlas detalladamente expuestas en las publicaciones “Procesos Sobre Violaciones de DD.HH. Inconstitucionalidades, arbitrariedades e ilegalidades” y “PREVARICATO”, cuyo autor es el abogado Adolfo Paúl Latorre, y que se acompañan a esta nota, lo que nos permite fundadamente señalar que en Chile, desde el punto de vista jurídico, es un país de salvajes, pues se atropellan deliberadamente principios universales del derecho y la normativa vigente.
Los DD.HH. de policías y militares, tan defendidos en el mundo, insistimos, no se respetan en Chile, aún cuando existe una legislación muy moderna y extensa tanto en el país como en el ámbito internacional, pero que el Estado no obedece, especialmente lo relacionado con proteger los DD.HH. del adulto mayor, protección que evidentemente no se materializa con nuestros presos políticos.
Al despedirnos, reiteramos a SS que no pedimos nada en particular. Sólo que el Estado de Derecho, actualmente inexistente para nuestra gente, vuelva a proteger con su manto a todos los chilenos por igual y sin excepción, pedido que encomendaremos a Dios y tarea que solicitamos respetuosamente haga suya e impulse su materialización, el sucesor de Pedro.
Se despide con un abrazo fraterno.
Hernán PEDRERO Sotomayor
Secretario General