Caso Cheyre

Caso Cheyre
En el caso Cheyre, y en muchos otros juicios contra militares, me rebelo a la expresión políticamente correcta: “Dejemos que la justicia haga su trabajo”. No me es posible creer en una justicia que condena a los militares con ficciones jurídicas que atentan contra el más elemental sentido común; que los condena aplicando leyes de manera retroactiva; en fin, una justicia que únicamente para los militares se rige por el antiguo sistema procesal, a sabiendas de que no ofrece garantías de un debido proceso.
Por eso, independientemente del fallo de esa justicia, seguiré creyendo en la inocencia, hidalguía, entereza y honestidad de Juan Emilio Cheyre, el general a quien tuve el privilegio de conocer y de compartir responsabilidades de mando. No dudo que ese hombre de clase superior, ahora juzgado por hechos de hace más de 40 años y en una situación de absoluto caos institucional, tiene sus manos y su conciencia limpia, aunque muchos lo quieran enlodar.
Miguel A. Vergara Villalobos