DD.HH. para todos

DD.HH. para todos
En el contexto de una violencia atroz, los militares y carabineros fueron llamados por la autoridad competente a restablecer el orden público conforme lo disponen la constitución y las leyes.
Y lo hicieron con una mesura sin precedente, no obstante las provocaciones y los feroces ataques de que fueron víctimas los que, inexplicablemente, los medios se han abstenido de difundir, comprometiendo su credibilidad e incrementando la de las redes sociales, en las que circulan cientos de imágenes especialmente de uniformados gravemente heridos, incluso ardiendo como teas humanas, producto de las bombas molotov arrojadas en su contra.
Si esos militares y carabineros hubiesen empleado en su defensa sólo los medios proporcionales al ataque de que eran objeto, los muertos serían innumerables y no sólo veinte.
Sin
embargo, una vez más, ellos son sentados en el banquillo de los acusados por
las organizaciones de derechos humanos, cuyos miembros parecen tener sólo una
perspectiva de análisis. ¿Cómo explica el Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos la absoluta incongruencia que se aprecia entre el actuar del propio
Ministro que concurre a la declaración de un estado de excepción
constitucional, que es flagrantemente infringido por hordas de delincuentes y
la actitud de un organismo de su dependencia, que so pretexto de resguardar los
derechos humanos, desvía su mirada de la realidad para ver sólo una cara de la
moneda, omitiendo aquélla otra en que los servidores de la ley han resultado
las auténticas víctimas? Quiénes han clamado por “verdad y justicia” no pueden
desconocer que esos valores universales rigen para todos los seres humanos,
incluidos los uniformados.
Juan Miguel Rodríguez Etcheverry