Por Gonzalo Ibáñez Santamaría

Ayer viernes Gabriel Boric dio a conocer los nombres de quienes integrarán su Gabinete a contar del próximo 11 de marzo. De inmediato, las miradas se dirigieron a quien aparece como el futuro ministro de Hacienda y muchos respiraron aliviados cuando se advirtió que él va a ser Mario Marcel, actual presidente del Banco Central. Los empresarios, desde luego, pero también todos los que aspiran a que las finanzas públicas se manejen con algún grado de prudencia y que la iniciativa privada continúe siendo la palanca fundamental de desarrollo. Mario Marcel ha dado muestras de su prudencia precisamente en la dirección del Banco Central. Hay, por lo tanto, una buena perspectiva de que la marcha económica del país no se verá afectada por aventuras ideológicas.

Otras designaciones, en cambio, levantan legítimas aprehensiones. Por ejemplo, en el Ministerio de Defensa, Maya Fernández. Fueron las Fuerzas Armadas y Carabineros las que pusieron fin al experimento marxista que dirigía su abuelo Salvador Allende y lo hicieron por ser fieles a su formación y juramente de servicio a la patria. Es probable, entonces, que ella trate de actuar como una palanca de cambio de esas instituciones para volverlas dóciles a los proyectos totalitarios propios de conglomerados políticos como el que asumirá el poder en Chile.

Quien va a desempeñar la cartera de Educación, Marco Antonio Ávila Lavanal, aparece como activista del colectivo LGBTQIA. Personalmente, soy muy respetuoso de quienes evidencian una inclinación homosexual en sus vidas y aunque creo que practicarla activamente puede serles pernicioso, no seré yo quien trate de impedírselos. Pero, algo muy diferente es hacer propaganda a ese tipo de vida y presentarla a ojos de la juventud como una vida perfectamente normal. Hablando con franqueza, que daría lo mismo acostarse con un varón que con una mujer, tesis principal de la ideología denominada “de género”. Esto es una manera de deformar a la juventud presentando como normal algo que definitivamente no lo es. Similar preocupación produce Alexandra Benado Vergara, perteneciente al mismo colectivo y futura ministro de Deportes, área también muy sensible a este tipo de discurso. Es de esperar que no se confundan los planos.

También preocupa Jeannette Jara en la cartera del Trabajo. Ella es militante del partido comunista que se ha destacado por la implacable explotación e instrumentalización de los grupos más vulnerables de los países donde logró hacerse del poder. Su famosa “dictadura del proletariado” en los hechos no fue sino una dictadura contra el proletariado. ¿Iremos para allá en Chile?

De cara a estos nombramientos, el de Marcel aparece más bien como un medio de adormecer a la población de manera  de apartar la mirada de estos otros campos de la vida comunitaria  para que en ellos pueda, entonces, darse rienda suelta a la ideología. De hecho, ya hubo grupos empresariales que, por ese nombramiento, declararon que “Boric no es tan radical como algunos temían”. Es precisamente la trampa que encierra este gabinete.