El Triunfo del Prontuario Más Negro



El Triunfo del Prontuario Más Negro

Según las encuestas, el común de las personas sabe poco de política, se interesa aún menos en ella y la entiende todavía menos, todo lo cual es una lástima, porque ese común de las personas es mayoría en el país y elige a los gobernantes y legisladores que tienen la capacidad de manejar nuestras existencias.

 

Cualquiera que tuviera, como esa mayoría, la responsabilidad de contratar a personas para funciones tan importantes, y sobre todo al que va a estar a cargo de la más importante de todas, el Presidente de la República, lo primero que debería exigirle sería un certificado de antecedentes, asegurándose, desde luego, que no tuviera un prontuario penal. Pero en Chile la mayoría no se asegura, lo que es de infinita imprudencia.

 

Y a veces sucede algo peor: elige a alguien a sabiendas de que esa persona tiene malos antecedentes. Sucedió en 2009, cuando resultó electo Sebastián Piñera, que había sido hacía poco sancionado por un delito, el de comprar acciones aprovechándose de información privilegiada. Fue un caso en que después se registró la más condenable colusión que he visto en mi ya no corta existencia, pues durante la campaña de 2009 fue denunciado el hecho, los medios de comunicación dominantes lo minimizaron u ocultaron y el propio culpable tuvo la audacia de dejar ante el país como “mentiroso” al rival que lo había denunciado. Y la institución que debería haber encabezado la denuncia, Chile Transparente, entró en crisis porque un funcionario suyo había sido transparente y dado a conocer a Transparencia Internacional la irregularidad. Ése es “el Chile que tenemos”.

 

Hoy día estamos de nuevo en plena campaña presidencial y otra vez Sebastián Piñera encabeza las encuestas y logra, primero, ocultar los negativos antecedentes que lo inhabilitan moralmente para ser Jefe del Estado y, segundo, silenciar a quienes los exponen públicamente, que a estas alturas somos muy pocos o tal vez uno solo, el autor de este blog.

 

Hay una especie de “conspiración del silencio” tácita. Yo he notado que los blogs en que denuncio actitudes indebidas de Piñera tienen menos lectores –pues puedo verlo en cada caso— que aquellos en que me refiero a otros temas. Como mis lectores son preferentemente de derecha, el mensaje verbal, implícito o explícito, que me llega es “todos sabemos cómo es Piñera, pero se trata de evitar que se propague su prontuario porque va primero en las encuestas y lo importante es que el régimen revolucionario de izquierda que está hundiendo a Chile, no sea reelegido”.

 

Traducido al lenguaje moral, esto equivale a decir: “No nos importa cómo ni nos importan sus antecedentes ni su calidad moral; lo que debemos conseguir es que no continúe la revolución”. Y votan por el sujeto, por ruin que sea.

 

Pero ése es un raciocinio inmoral. Equivale a decir: “El fin justifica los medios” o “elijo al de malos antecedentes porque va a gobernar como yo quiero”. Y así el votante de derecha y que fue partidario del Gobierno Militar, dice que elige al que no es de derecha, denigró a ese Gobierno y persiguió a los militares sólo porque detendrá la revolución de izquierda.

 

¿Y por qué no elegir al que es de derecha, tiene buenos antecedentes y ha sido leal al Gobierno Militar? Sólo porque no va a adelante en las encuestas.

 

O sea, con tal de ganar, todo vale. Bueno, yo estoy decidido a hacérselo a ustedes más difícil. Obra en mi poder la orden de detención de 27 de agosto de 1982, despachada por el ministro sumariante Luis Correa Bulo a la Prefectura de Investigaciones, contra Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique por delitos configurados en la legislación bancaria y por defraudación al Banco de Talca, para el cual trabajaba, copia de cuyo original tengo a la vista.

 

“14° Juzgado del Crimen de Santiago. Santiago, veintisiete de agosto de 1982. Dn. Luis Correa Bulo, ministro en Visita en este 14° Juzgado del Crimen de Santiago, en la causa 99.971-6 ha decretado la aprehensión por la Prefectura de Investigaciones de Santiago de Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique… por el delito de infracción a los artículos 25 y 26 de la Ley General de Bancos y defraudación al Banco de Talca”, etc.

 

Es un antecedente, entre muchos, que ustedes merecen conocer antes de votar. La historia posterior es sabida. La orden no se cumplió porque el sujeto se mantuvo prófugo. Si ustedes buscan en YouTube a Mónica Madariaga, encontrarán ahí una declaración de ella, que era ministra de Justicia del Gobierno Militar, afirmando haber recibido la petición de otro ministro para que intercediera ante el sumariante de Piñera, para evitar que fuera apresado. Añade ella que años después se encontraron en un avión y él le agradeció haberle evitado ir a la cárcel. Hasta esa deuda tiene con el Gobierno Militar, y así le ha pagado.

 

Finalmente la Corte Suprema acogió un recurso en su favor y se libró de la cárcel, pero, según el investigador Carlos Tromben, autor de “Crónica Secreta de la Economía Chilena”, aunque la orden de captura se dejó sin efecto, “como lo confirma una nota aparecida en ‘El Mercurio’, el fallo fue en realidad negativo para Piñera y Massad” (p. 143).

 

¿Qué había hecho Piñera en el Banco de Talca? Prestar dinero a sociedades en que él era socio, para comprar acciones del mismo banco. Por eso su principal controlador declaró una vez a la prensa: “Ese niño lo que quería era quedarse con el banco”.

 

Esos son antecedentes que los electores deberían conocer, pero sólo se publican en este blog. Y él se ha preocupado de que este blog no se publique en ninguna otra parte.

 

También se repite, y hasta por sus adversarios, que Piñera hizo un buen gobierno. No es efectivo, no fue un buen gobierno. Se dedicó a subir impuestos, hacer demagogia, crear ministerios y aumentar el tamaño del Estado. La mitad de los empleos generados durante su cuatrienio lo fueron en 2010, su primer año, y gracias al enorme impulso fiscal que el ministro de la administración anterior, Andrés Velasco, le imprimió a la economía: hizo crecer en 2009 en 16,5 % el gasto público (“El Mercurio”, 30.09.16) y en 25,1 % la inversión pública, también en 2009 (“El Mercurio”, 01.10.16), cifras sin precedentes en la historia económica del país, que dieron un envión a los  años siguientes. Pero luego Piñera disminuyó la inversión pública, que incluso cayó en –4,3 % en 2013, su último año (“El Mercurio”, 01.10.16).

 

El PIB creció cada vez menos y bajó de 5,8 % en 2010 y 2011 a 5,5 % en 2012 y 4,0 % en 2013 (“El Mercurio”, 04.10.16). Tuvo déficit fiscal estructural en todos sus años de gobierno y déficit efectivo en dos de los cuatro (“El Mercurio”, 04.10.16). La tasa de ahorro nacional bajó de 24 % en 2010 a 20,6 % en 2013. (“El Mercurio”, 21.10.16).

 

El endeudamiento del sector público aumentó de 8,6 % del PIB cuando Piñera recibió al gobierno, al 12,6 % cuando lo dejó (“El Mercurio”, 29.09.16). Se benefició del precio del cobre más alto de la historia durante un tiempo, sin embargo el país cayó del lugar 30° al 34° en competitividad mundial durante su gobierno  (“El Mercurio”, 28.09.16).

 

Como consecuencia del descontento predominante advino después del de Piñera un gobierno de extrema izquierda, que triunfó con casi dos tercios de los votos. La candidata a sucederlo debió conformarse con el tercio restante: ése fue el fruto político de Piñera con su “V Gobierno de la Concertación”, porque no fue otra cosa e incluso sus actuales panegiristas lo reconocen así.

 

Ahora, con el prontuario más negro de todos, encabeza las encuestas, porque la gente no sabe las cosas que ha hecho, ni conoce ese prontuario y cree que los empleos que generó fueron obra de él, lo cual en la mitad no fue verdad. Ha logrado silenciar las opiniones adversas. En agosto de 2015 el columnista de “El Mercurio”, Carlos Peña, escribió de él que era “un pícaro oportunista” que, pese a tener los peores antecedentes en materia de irregularidades, mantenía su popularidad. Poco después Piñera estaba presentando un libro en la universidad del rector Peña y desde entonces éste nunca volvió a repetir esas críticas al candidato. Al contrario, lo ha elogiado.

 

Piñera coopta a la gente. Y en cuanto a sus culpas, siempre se las ha arreglado para hacer cargar con ellas a otros. El ex gerente de Bancard está formalizado por irregularidades que beneficiaron a aquél; sus ex ministros están formalizados por delitos cometidos durante su gobierno, pero él se defiende diciendo que “no sabía nada” y que estaba dedicado “en cuerpo y alma” a velar por los altos intereses de los chilenos. Y mientras nos subía los impuestos a todos los que tenemos el patrimonio acá, él sacaba las tres cuartas partes del suyo a paraísos fiscales del exterior y ponía el grueso del mismo a nombre de otras personas, su cónyuge, sus hijos y hasta sus nietos.

 

Si el del prontuario más negro va a ganar, tendrá que pasar sobre mi voto, pues en las primarias se lo daré a un tipo decente y en la primera vuelta al único candidato de derecha que hay, José Antonio Kast, que defiende el legado del Gobierno Militar. De la segunda vuelta me preocuparé cuando tenga lugar, pero sí sé desde ahora que por el de prontuario más negro no voy a votar.

 

Por Hermógenes Pérez de Arce