GOBIERNO Y POLÍTICA:



GOBIERNO Y POLÍTICA:

18-O: solo sirve la verdad ¿Quiénes no quieren que se sepa?

Por Sergio Muñoz Riveros

Ex-Ante

Carros del metro incendiados durante el estallido de octubre de 2019. Foto: Agencia UNO.

La Cámara de Diputados ha constituido comisiones investigadoras sobre las más variadas materias, pero no ha sido capaz hasta hoy de constituir una comisión investigadora sobre la génesis del 18/O. Algo hizo respecto de la violación de los DD.HH., que está documentada incluso por organismos internacionales, y que derivó en procesos, condenas y rectificaciones. Pero, la cuestión es saber cómo llegó el país a una situación que nadie imaginaba en septiembre de 2019 que pudiera producirse. ¿Alguien sostiene todavía que todo fue espontáneo, sin planificación y sin coordinación? ¿Alguien sugiere que es mejor no saberlo?

Pronto se cumplirán 5 años del llamado estallido social, y ya se inició en los medios de comunicación y en los centros académicos un provechoso debate sobre lo que significó para la vida del país. Por razones de salud de nuestra convivencia, es indispensable que ese debate llegue al fondo del asunto: cómo se gestó el 18/O, qué fuerzas actuaron, qué intereses se movieron para provocar una situación que, objetivamente, llevó a Chile al borde del barranco.

Una cosa es clara: no existe la posibilidad de dejar que pase el tiempo y que, con ello, venga el olvido. De una u otra manera, los episodios traumáticos de la historia se las arreglan siempre para salir a la superficie. Lo sabemos incluso por nuestra tragedia de hace 50 años. Se engañan, pues, quienes creen que lo pasado ya pasó, y que hay que dar vuelta la página.

El 18/O fue el momento de mayor riesgo de catástrofe nacional desde la recuperación de la democracia. La ofensiva de violencia, destrucción y pillaje golpeó al mismo tiempo en múltiples puntos de Santiago y otras ciudades, y tuvo una característica estremecedora: provocar el mayor daño que fuera posible. Fue como si, detrás de todo, hubiera habido una fuerza interesada en empujar al país a una crisis de la que no pudiera recuperarse en mucho tiempo.

El ataque al Metro lo ilustró crudamente. Existe un justificado orgullo de la población por la calidad de las instalaciones y del servicio del ferrocarril metropolitano, y no había sido atacado ni siquiera en los años de las duras protestas contra Pinochet. A ningún manifestante se le pasaba entonces por la mente que, para rechazar la dictadura, había que incendiarlo. Pues bien, el ataque de 2019 no fue ejecutado por manifestantes irritados, sino por “profesionales” que sabían usar productos químicos muy peligrosos. Y estuvo destinado a desarticular la columna vertebral de la capital. Tiene que haber requerido mucha plata y larga preparación.

Suenan a burla los empeños por salvar “la épica” de la devastación de aquellos días, su supuesta inspiración “espiritual”, con lo cual se ha buscado convencernos de que el legítimo deseo de igualdad de mucha gente normal se transmutó, de un momento para otro, en un impulso irrefrenable por saquear, destruir y quemar. Algo así como que, súbitamente, los justos se volvieron enajenados.

Para salvar “el alma” del estallido, se alude a que lo verdaderamente significativo fue la manifestación del 25 de octubre en la plaza Baquedano, la del “millón dos”, como dijo la intendenta de entonces, y en la participaron muchos jóvenes con diversos intereses y reclamos. Fue penoso, ciertamente, que esos jóvenes se hayan cuidado de no condenar la violencia de los días anteriores, lo que contribuyó a crear la impresión de que esa manifestación era parte de una misma eclosión por la justicia, solo que con algunas diferencias de método.

La herencia negra del octubrismo no fueron únicamente los inmensos estragos materiales, sino también el daño moral, expresado en el retroceso del consenso de civilización que es la democracia, la propagación del miedo, los acomodos oportunistas en la TV, el grado cero de degradación de la política, el quiebre del civismo. Además, se hizo evidente la existencia de una izquierda golpista que estaba lista para asaltar el poder. La deslealtad con la democracia se vistió hace 5 años con diversos ropajes.

La Cámara de Diputados ha constituido comisiones investigadoras sobre las más variadas materias, pero no ha sido capaz hasta hoy de constituir una comisión investigadora sobre la génesis del 18/O. Algo hizo respecto de la violación de los DD.HH., que está documentada incluso por organismos internacionales, y que derivó en procesos, condenas y rectificaciones. Pero, la cuestión es saber cómo llegó el país a una situación que nadie imaginaba en septiembre de 2019 que pudiera producirse. ¿Alguien sostiene todavía que todo fue espontáneo, sin planificación y sin coordinación? ¿Alguien sugiere que es mejor no saberlo?

No sabemos si los organismos de inteligencia de la FF.AA. y las instituciones policiales han tratado de llegar a la raíz de lo ocurrido. Sería su deber, naturalmente. El punto central es que el país no puede resignarse a que permanezca en la nebulosa la alevosa agresión a nuestra convivencia en libertad, y cuyo explícito objetivo fue llevar a Chile al caos y derrocar al gobierno constitucional.

Hoy, es más fuerte la hipótesis de la participación extranjera, y ciertamente el apoyo que le prestaron colaboradores nacionales. No fue un detalle que el embajador venezolano abandonara nuestro territorio gritando contra el fascismo. Sabemos ahora mucho más acerca de la clase de régimen que él representaba. El asesinato del teniente Ronald Ojeda en nuestra capital aportó pruebas concluyentes.

Llegados a este punto, hay quienes aconsejan no dejarse llevar por las interpretaciones conspirativas, lo que, en rigor, es un llamado a ignorar los aspectos propiamente políticos del 18/O, al parecer demasiado “vulgares” al lado de la interpretación sociológica. El reduccionismo de la llamada teoría de la conspiración no sirve, por supuesto, para explicar los fenómenos sociales, pero las conspiraciones existen, y no verlas es como negarse a ver las miserias de la política.

Esperemos que, en algún momento, el Congreso Nacional venza los temores, recuerde que representa a la República y apueste por la verdad. Sería una forma de reivindicarse ante el país.

 

Sin embargo: 

 

 

Y el endeudamiento suma y sigue.

Pobre de nuestros hijos y nietos, que pagarán caro el despilfarro para bonos y fundaciones:

 

 

¿Qué hay detrás del apoyo PC a Maduro?

Por Gonzalo Rojas Sánchez 

En primer lugar, opera una nostalgia por el movimiento comunista internacional.

Desde la caída de la URSS, el PC de Chile perdió su referente más nítido. Un partido que fue mucho más moscovita que cubano, ha tenido que lidiar desde 1991—un tercio de siglo, ya— con la desaparición no solo de su “modelo ideal”, sino también de buena parte de su apoyo económico, como quedó demostrado en las investigaciones de la desaparecida historiadora rusa afincada en el país, Olga Ulianova.

Cuba nunca fue un paradigma para el PC de Chile y, a pesar de que en variados momentos de su historia el partido ha manifestado su apoyo y admiración por la dictadura de matriz castrista, hay dos condiciones que han alejado a Cuba del imaginario referencial del PC chileno. Por una parte, el desastre de la situación económica y social que se vive en la isla —la basura inundando las calles es una realidad espantosa y todo un símbolo del drama del pueblo cubano—, y por otra, el fracaso del impulso revolucionario de Cuba en el continente, con la sola excepción de una Nicaragua pequeña y lejana, y de una Venezuela poderosa y cercana.

Por eso, Venezuela fue siendo reconocida, entonces, como el único referente revolucionario posible para el PC de Chile, porque, obviamente, ninguna de las otras opciones de izquierda que han copado los gobiernos cercanos —en Brasil, Argentina, Colombia, Paraguay, Bolivia, Ecuador y Perú, en diversos momentos— ni la muy lejana Corea del Norte podían cumplir con el papel paradigmático que comenzó a ofrecer la Revolución Bolivariana hace ya dos décadas.

A ella se aferró el PC y de ella no quiere desprenderse, porque la nostalgia del hermano mayor perdido ha estado siempre presente desde 1991, en sus declaraciones y en sus decisiones. Hay en el PC de Chile una esperanza puesta en Venezuela contra toda lógica. Es la esperanza fundada en la tesis dialéctica del marxismo —en este caso, aplicada de manera muy curiosa— por la cual el desastre venezolano podría llevar a una renovada solidaridad continental de todas las izquierdas con una revolución frustrada y que, por su lucha frente a su contrario —el capitalismo de sello estadounidense y global— pudiese repotenciar un movimiento comunista ortodoxo en América Hispana, al modo de la Guerra Fría.

La tesis es ridícula, pero el marxismo opera siempre así, dentro de las coordenadas del absurdo, esperando contra toda evidencia que se cumpla una supuesta ley de la historia.

En segundo lugar, pesa mucho en el PC chileno la necesidad absoluta de evitar fugas hacia su izquierda desde dentro de sus propias Juventudes, por las simpatías que puedan despertar otros movimientos más radicales y que resulten más fieles al proyecto venezolano, lo que podría desviar contingentes juveniles naturalmente inclinados al PC y eventualmente decepcionados, por una postura algo tibia respecto de Maduro y de su proyecto. La presencia de Artés, por marginal que sea, está siempre vigente como una amenaza que le sugiere al PC la necesidad de mantenerse lo más fiel posible en el apoyo a la Venezuela del fraude.

Y, finalmente, se consolida en los comunistas chilenos su apoyo al ilegítimo gobierno de Caracas debido a su profunda gratitud por los apoyos recibidos. Fueron millones de dólares los que se aportaron desde Venezuela para la fenecida Universidad Arcis, abiertamente reconocidos y agradecidos. Pero más importante aún, el PC sabe, con toda seguridad, cómo y con cuánto dinero se concretó la ayuda venezolana a la insurrección violenta del 2019.

Para la Universidad Arcis ya no hacen falta más fondos; pero para una nueva asonada, los recursos venezolanos pueden ser de nuevo muy necesarios. 

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Mercurio el miércoles 4 de septiembre de 2024.

 

 

Lo último:

 

Caso Convenios: peritaje de la PDI detectó abonos sospechosos de Irina Karamanos a Procultura

Por Antonio González
Con información de Néstor Aburto.

Miércoles 02 octubre de 2024 | 21:31

VER RESUMEN

El Caso Convenios sigue revelando antecedentes que podrían implicar a Irina Karamanos en movimientos bancarios sospechosos a Procultura, durante la campaña presidencial de Gabriel Boric.

Según documentos a los que accedió Radio Bío Bío, un peritaje reservado de la PDI detectó cinco abonos realizados por la exprimera dama a la cuenta de la Fundación ProCultura. Estos movimientos levantan sospechas de que Karamanos habría devuelto fondos destinados a proyectos adjudicados, con posibles fines políticos.

Este giro en el caso se produce en un contexto complejo. La investigación avanzaba con allanamientos e incautaciones en diversas instituciones públicas a lo largo del país. No obstante, la remoción del Fiscal Regional de Aysén, Carlos Palma, interrumpió el curso de las diligencias, generando una paralización total de la indagatoria.

Antes de que Palma fuera apartado, la Brigada Anticorrupción de la PDI había evacuado un informe clave. Este documento recomendaba citar a declarar a Karamanos en calidad de imputada, debido a los movimientos bancarios sospechosos.

Recordemos que el fiscal Palma fue removido de su cargo tras aparecer vinculado al mediático caso Audio, por sus nexos con Luis Hermosilla; todo luego de que se divulgara un mensaje de WhatsApp que, supuestamente, involucraba al persecutor en tratos irregulares.

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A pesar de los nuevos antecedentes, la investigación fue paralizada después de que la causa fuera reasignada al fiscal Patricio Cooper. No se han reportado avances significativos desde entonces.

El informe de la PDI revela que la causa Procultura es una de las aristas más importantes del Caso Convenios, ya que investiga posibles irregularidades en gobiernos regionales del norte, centro y sur del país.

Según el peritaje contable, la Fundación Procultura, dirigida por el psiquiatra Alberto Larraín, habría recibido un aumento significativo de fondos públicos en 2022.

Revisa documentos tras peritajes de la PDI:

 

PDI detecta anomalías en cuentas de Procultura

La PDI también detectó un patrón de anomalías en los abonos a las cuentas de Procultura, en el que gastos que debían figurar como cargos aparecían registrados como depósitos. Estos movimientos inusuales reforzaron las sospechas sobre el posible uso indebido de fondos fiscales.

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Entre los abonos detectados, los peritos encontraron cinco transferencias -todas cercanas al millón de pesos- realizadas por Irina Karamanos, fechadas entre agosto de 2021 y enero de 2022. Estos abonos estaban etiquetados bajo la descripción “Recreo nos gusta el arte“, un proyecto financiado por el Ministerio de las Culturas.

Revisa los hallazgos tras peritajes de la PDI:

 

El proyecto “Recreo ¡Nos gusta el arte!” fue ejecutado por Procultura con fondos del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Según la página del Ministerio, la iniciativa fue parte del Programa de Fortalecimiento de la Identidad Cultural Regional, impulsada en la Región de Valparaíso, consignó El Mostrador.

Irina Karamanos trabajó en Procultura

Tras estallar el Caso Convenios, en junio de 2023 BBCL Investiga conversó con el médico psiquiatra y fundador de Procultura, Alberto Larraín Salas.

En esa oportunidad, reconoció de entrada que Irina Karamanos fue funcionaria de su fundación, la cual estuvo encargada de un programa del Área Educación, trabajando directamente con la isla Rapa Nui.

Además, el médico sostuvo que “llevan 14 años trabajando”, y que incluso durante la administración de Sebastián Piñera también tuvo relaciones estrechas en el trabajo social.

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– ¿Irina Karamanos cuando trabajó en Procultura estuvo en desarrollo de proyectos?

“La Irina trabajaba en el área de educación. Específicamente generando material y en vinculación a los temas de lengua que es parte de lo que ella estudió. Trabajó en los proyectos que hacíamos en Rapa Nui”, dijo.

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El informe preliminar con los hallazgos fue enviado a la Fiscalía el 25 de junio, un día antes de que el fiscal Palma fuera removido de la investigación.