Homenaje al Comandante Pepe

Homenaje al Comandante Pepe
En el Diario Oficial del 6 de julio último se publicó el Decreto
N° 32, dictado “por orden del Presidente de la República” y firmado
por su Ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés
Chadwick, que ordena instituir como “monumentos nacionales” los
recintos en que operó y fue capturado en 1973 el guerrillero José Gregorio
Liendo, mejor conocido como “Comandante Pepe”.
Se trata de un lugar de culto, para que los chilenos de hoy y mañana se
prosternen ante una figura histórica que se esforzaba en el noble propósito de
hacernos pasar a una mejor vida.
Este homenaje presidencial seguramente se justifica por la admiración que debe haber despertado en el Jefe del Estado la siguiente frase del egregio Comandante Pepe, dicha a la periodista Nena Ossa, en entrevista personal con ella de 1972, reproducida en su libro “Allende, Thank You”:
“Nena Ossa: ¿Cuál es el plan de fondo de ustedes, a corto mediano o largo
plazo?
“Comandante Pepe: Tomarnos los campos y los pueblos del sur, violentamente si es necesario, mientras en Santiago el MIR se toma la ciudad y bajan a unirse con nosotros a medio camino.
“Nena Ossa: O sea la meta es ‘tomarse’ todo Chie violentamente. ¿No les importa si muere gente?
“Comandante Pepe: Claro que violentamente. Tiene que morir un millón de chilenos para que el pueblo se compenetre de la revolución y ésta se convierta en realidad. Con menos muertos no va a resultar”.
Esta generación guerrillera de 1972 fue entrenada en el campo de
Punto Cero, en Cuba, y en Argel y Libia. Pero los abyectos militares que les
impidieron su propósito, por lo menos hoy están pagándolo caro. Los cientos de
querellas de la Concertación y las mil y tantas de Piñera y Ubilla los han
encerradoen los penales, como
se merecen por haber frustrado el logro epónimo de llevar a un millón de
chilenos a una vida mejor. Y esos uniformados están muy justamente, además,
sujetos a aleccionadoras leyes de libertad condicional que no les permitirán
acceder a la misma antes del año 2400 (como se les comunica en sendos y serios
oficios Gendarmería).
La sabia, homérica y admirable frase, “tiene que morir un millón de
chilenos para que el pueblo se compenetre de la revolución”, debe haber
cautivado a Piñera más que las de Volodia, a quien describiera como “un
grande de la historia de Chile” y que las de Chávez, en cuya capilla ardiente
hizo guardia de honor vis-a-vis con Raúl Castro.
¡Éstas son las circunstancias que el gobierno de Chile Vamos a la Izquierda
quiere destacar! No la horrorosa cita de la frase de Pinochet sobre la derrota
del marxismo, que llevó al mismo Piñera a ordenar a su entonces ministra de las
Culturas, las Artes y el Patrimonio, Alejandra Pérez, a despedir al director
del Museo Histórico que había permitido presentarla, junto a la efigie del
general, en una muestra. La actual ministra en cambio, que por algo lleva el
tranquilizador segundo apellido “Chadwick”, sí conoce la vocación
histórica del Presidente y ha obedecido feliz la orden de firmar el decreto que
rinde homenaje e instala como monumentos nacionales los recintos donde el
Comandante Pepe quiso llevar a cabo su histórica tarea.
El decreto también afirma que el Comandante fue detenido utilizando “un
montaje comunicacional conocido como ‘Plan Z’, ideado por los servicios de
seguridad de la Armada de Chile y utilizado como discurso de legitimación del
golpe de Estado”. ¡Qué canallada de los marinos! ¡Y qué digno compromiso
de Piñera y su Ministra con la izquierda al delatarla! ¡Qué brillantes han
estado ambos para esclarecer la memoria de los chilenos!
¡Volodia, Gladys, Sebastián y Consuelo, el marxismo en armas chileno nunca
olvidará los servicios que le habéis prestado ni los homenajes tributados! (Ni
los dineros recibidos). ¡Hasta la victoria siempre!
Hermógenes Pérez de Arce