Museo de la Memoria

Además, cabe preguntarse si existirían museos de la memoria para recordar la violación de los derechos humanos “en el vacío”, es decir, sin causa ni contexto alguno que explique dicho comportamiento. Probablemente no.
La existencia de causas y un contexto histórico son condiciones necesarias para las violaciones a los derechos humanos y la existencia de museos de la memoria, por lo que obviamente estas deberían tener un lugar de importancia en nuestro Museo de la Memoria.
Esta grave incoherencia conceptual y ética agrava aún más que políticos y ciudadanos de izquierda, que se autodesignan “defensores de los derechos humanos”, hayan recibido en Chile con honores y silenciosa mansedumbre a personas como Erich Honecker o no disimulen hoy su admiración por individuos como Nicolás Maduro y Fidel Castro.
Julio Dittborn Cordua