Parada militar con los patines bien puestos



Parada militar con los patines bien puestos

¿Qué pensaría la Presidenta Bachelet en esas más de dos horas mirando el impecable desfile? Sería bueno saberlo. Lo que es a mí, me gustaría llevar ese orden y disciplina a los ministerios, servicios públicos, Poder Judicial, Legislativo y sociedad civil entera.

 

Si usted ve un noticiero de la televisión abierta lo más seguro es que tenga que tomarse un relajante muscular: delincuencia y más delincuencia, cambios y cambios de ministros, especialmente de Hacienda -tres en este gobierno, todo un récord desde que volvimos a la democracia-, reformas mal hechas y votadas a la rápida, populismo y, peleas mezquinas entre los partidos políticos, pensando en su sobrevivencia y no en el bien del país a mediano y largo plazo. ¿Dónde quedaron los estadistas?

Ya el summum es ver a esos barbudos de pelos de tres días, chascones y pelados al rape que ocupan escaños en el Congreso, o también a otros que se quedan dormidos en las sesiones. Por eso prefiero informarme de las noticias, como muchos, a través de medios escritos que en algo logran bajar el rasquerío que se ve por la TV.

¡Ah, y el último numerito! El mensaje de Fiestas Patrias del Ministerio de la Mujer y la equidad de género que lanzó el eslogan “En estas Fiestas Matrias y Patrias”. Está bien que se den las mismas oportunidades a las mujeres y ser creativos, pero ya caer en la tontera va en contra de ellas mismas. Y no crean que no sé que el concepto matrias -que no está en el diccionario de la Real Academia Española- se utiliza en la literatura latinoamericana, pero en el afiche del Sernam no corresponde. Esto es realidad, no ficción. Y por algo el bullying en la redes sociales no se hizo esperar desde todas las creencias políticas.

Digo todo lo anterior porque el pasado 19 de septiembre quise ver el comienzo de la Parada Militar, sólo para “echar un vistazo”. Fue tal el deleite de ver a hombres bien hombres; a mujeres bien mujeres; con uniformes planchados como se debe, duchados, afeitados, peinados, con zapatos lustrados, etc., que decidí instalarme a ver este lujo y sentirme en un Chile que funciona en forma ordenada, sincronizada, con disciplina, y olvidarme por un rato de mi país sin patines. Sí, porque el Chile de hoy se está poniendo gelatinoso, arrascado, con exceso de mediocridad, desidia y punguerío.

Si bien para muchos la Parada Militar se puede volver tediosa por su duración, yo la vi íntegra esta vez, porque necesitaba ver cientos de piernas sincronizadas, con armamento reluciente y moderno, obedientes al gobierno de turno y entender que en nuestro país todavía quedan instituciones de primer nivel. No es que no quiera ver que se han investigado casos de corrupción en sectores de las FFAA, pero éstos han sido puntuales. Por lo mismo, pido a los valientes soldados que exterminen ese tipo de dudas y/o prácticas y nos sigan recordando, todos los años, que sí hay instituciones que no se han vuelto mediocres y que en vez de bajarnos de los patines, nos suban a unos muy veloces que nos hagan cantar el himno nacional con orgullo.

Me pregunto, ¿qué pensaría la Presidenta Bachelet en esas más de dos horas mirando el impecable desfile? Sería bueno saberlo. Lo que es a mí, me gustaría llevar ese orden y disciplina a los ministerios, servicios públicos, Poder Judicial, Legislativo y sociedad civil entera.

 

Rosario Moreno C., periodista y licenciada en Historia UC