Pobre Chile

Pobre Chile
28/09/2016
Después de casi 40 años de tranquilidad, crecimiento, mayor bienestar de nuestra población, una economía sana y pujante que ponía a nuestro País en la esfera cercana al desarrollo y con un prestigio alcanzado en el mundo sin precedente, nos enfrentamos a un presente caótico, desconcertante y destructivo que nos puede llevar a una crisis más profunda que la generada entre los años 1967-1973.
En efecto, este gobierno está desmantelando los principios básicos de nuestra convivencia y bienestar a través de desastrosas políticas y leyes destructivas que están generando un populismo exacerbado por agitadores profesionales enquistados en el gobierno por el PC.
Tenemos una Presidente a quien la gran mayoría no le cree, un equipo de ministros desacreditados e incapaces sin poder de reacción ante reiterados escándalos de corrupción; una clase
política disgregada envuelta en contradicciones sorprendentes y que buscan subrepticiamente esconder las malas prácticas.
La coalición “gobernante” está dividida, se toman decisiones absurdas, no pensadas que nos ponen al borde de un abismo peligroso que podría traer consecuencias irreversibles.
Los casos Penta, SQM y especialmente Caval han desembocado en una generalizada corruptela indiscriminada que podría involucrar a otros grupos aún no descubiertos.
No me cabe duda que detrás de todo esto está el PC que, junto a otros “cabezas calientes” del gobierno, quiere aplicar el dicho que “a río revuelto ganancia de pescadores”.
Ejemplos sobran: el Sr. Piñera pontifica sobre los presos políticos en Venezuela, sosteniendo que es una vergüenza para la humanidad, pero – que paradoja – cuando él fue gobierno le causó el mayor daño a quienes enfrentaron a los comunistas y nos salvaron un dia 11.09.1973 de caer en manos de un régimen Castro comunista, lo cual nos habría traído severas consecuencias.
La Srta. Bachelet ha demostrado ser, además de mentirosa, inepta, por su carencia de liderazgo para dirigir los graves momentos por los que atraviesa el País.
No es capaz de imponer decisiones, sino que es pauteada permanentemente por los incapaces que la rodean.
Todo esto sigue con el nepotismo que cruza el espectro político de la nueva mayoría. El desastre ocurrido en el Norte es de una magnitud increíble, mucho más dañino que un terremoto y, sin embargo. el gobierno ha hecho muy poco en pro de esa pobre gente que está sufriendo. Si no es por la empresa privada, tan vapuleada hoy y por las miles de personas anónimas que están trabajando y ayudando, como por ejemplo Desafío “Levantemos Chile’’, la situación sería mucho peor.
Nuestros soldados que nos salvaron de caer en manos marxistas, siguen sufriendo el escarnio de una justicia marxista, temerosa y corrupta.
Como corolario a esto, no se divisa una salida coherente, sino que una asonada populista, de la cual ya tenemos referencia a través de algunos países de nuestra América Latina.
El desconcierto y desorden que existe, hoy en Chile, me hace decir: Dios nos pille confesados y esperemos que la sangre no llegue al río, aunque está muy cerca.
Por Alberto Croxatto
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