Por la trascendencia política, judicial e histórica que tiene el caso Frei eran previsibles las numerosas reacciones que se generaron, y seguirán generándose, frente a la sentencia de primera instancia dictada por el juez Madrid.

Los diferentes partidos políticos y sus representantes, así como las actuales y exautoridades del Ejecutivo y Legislativo han hecho lo que se espera de ellos en una democracia: plantear a la ciudadanía su posición respecto a este fallo.

Pero no puedo decir lo mismo cuando muchos de ellos, incluyendo al actual Presidente de la República, el ministro del Interior, el presidente del Senado y otros parlamentarios y actores de nuestra política, han instaurado un discurso público que presenta los hechos establecidos por una sentencia de primera instancia como inamovibles, como la verdad procesal definitiva, de la que cual derivaría una suerte de verdad histórica. Y esta postura la asumen sabiendo que la sentencia del ministro Madrid deberá ser revisada por los tribunales superiores de justicia, que son los que determinarán si los hechos y responsabilidades consignados en la sentencia se mantienen o no.

Como abogado defensor de uno de los imputados en el caso, no puedo calificar este accionar sino como una intensa y abierta presión política hacia los jueces que deberán pronunciarse en el futuro sobre este caso. Otra explicación sería aún más perturbadora, ya que supondría que nuestras actuales y exautoridades políticas desconocen que las sentencias de primera instancia pueden ser revocadas o modificadas por los tribunales superiores, tanto en la existencia del hecho delictivo, como sobre la presunta participación culpable de los acusados. 

Siempre he ejercido la profesión confiando en que nuestros jueces resuelven con apego al Derecho y al mérito de las pruebas, sin presiones de autoridad alguna y sin amedrentarse por las consecuencias que sus sentencias puedan tener para el desarrollo de sus carreras judiciales. Así y todo, me preocupa esta especie de transformación de una sentencia de primera instancia en una firme y ejecutoriada que el mundo político ha efectuado comunicacionalmente y cuyos destinatarios son los jueces que deberán revisar el fallo del ministro Madrid.

Claudio Feller
Abogado defensor del Dr. Pedro Valdivia