Las FF.AA. venezolanas han sido reacias a intervenir o a pronunciarse en contra del régimen ilegítimo de Nicolás Maduro —tanto en su origen como en su ejercicio— a fin de poner fin a la desastrosa situación actual, restablecer el orden institucional, la democracia, la economía y la paz social.

Seguramente los militares venezolanos, tienen muy presente lo ocurrido con sus pares chilenos y argentinos para hacerlo, en el caso de Chile fueron los políticos, en este caso el Congreso de la República que declara en el año 1973, “El grave quebrantamiento del orden institucional y legal de la República” y por otra parte el pueblo lo exigía, acudiendo a los cuarteles a lanzar maíz a los militares, instándolos a actuar.

La situación actual en Chile es conocida por todos, los militares presos y los políticos de uno y otro bando abrazándose y renegando en contra de las Fuerzas Armadas. A esto agreguemos la situación descrita hace casi dos siglos por Alfred de Vigny en su inmortal obra “Servidumbre y Grandeza Militar”, en el sentido de que: “Cuando el soldado se ve obligado a tomar parte activa en las disensiones entre civiles pasa a ser un pobre héroe, víctima y verdugo, cabeza de turco sacrificado por su pueblo, que se burla de él. Su existencia es comparable a la del gladiador y cuando muere no hay por qué preocuparse.

Es cosa convenida que los muertos de uniforme no tienen padre, ni madre, ni mujer, ni novia que se muera llorándolos. Es una sangre anónima. Y, cosa frecuente, los dos partidos que estaban separados se unen para execrarlos con su odio y con su maldición”.

“Los dos partidos que estaban separados, se unen para execrarlos con su odio y con su maldición”, ¿se parece a lo que ocurre en Chile o no?

Es quizá por esta razón, entre otras, que las Fuerzas Armadas de Venezuela no actuarán.

Mis Camaradas