Infórmese bien antes del plebiscito



Infórmese bien antes del plebiscito

Rechazando a todos

Por Juan Pablo Zúñiga H.

Los reconocerán por sus frutos.” (Mt 7:16). Así nos advierte nuestro Señor sobre los falsos profetas en el último de tres capítulos del Evangelio de San Mateo que recopila el Sermón de la Montaña” Identificar por los frutos es válido para todos y cobra un valor fundamental en el ámbito espiritual para el reconocimiento del Mesías, en el plano escatológico con Su segundo advenimiento y también vale -como toda enseñanza de las sagradas escrituras- para la vida cotidiana.

Por sus frutos podemos reconocer a nuestras autoridades. Desde que se levantó el primer individuo como una autoridad en la historia de la humanidad, siempre ha habido un cierto recelo hacia la clase política. Ciertamente la que nos gobierna ha levantado sospechas, desconfianzas, alarmas y, en definitiva, un rechazo. Pareciera que la historia tiene sentido del humor y nos ha ofrecido la oportunidad de marcar en el voto la alternativa “rechazo” con la cual estaremos rechazando, explícitamente, el texto constitucional y, tácitamente, al gobierno y toda su revolución.

Aún nos quedan algunas semanas, pero tenemos claro el panorama. En una manifestación en contra del presidente hace algunos días, ante su llegada a un encuentro en una de sus tantas salidas a terreno para hacer campaña, un ciudadano le grita textualmente “¡te queda poco, el 4 de septiembre te vas para la casa!”. Este señor, así como millones de chilenos, han reconocido a esta gente por sus frutos. Por ello, y ante la posibilidad de que se les vaya por el desagüe su revolución, esté atento porque las mentiras están a la orden del día.

Es así como, reconociendo lo desastroso del texto constitucional propuesto, y el rechazo transversal en la población, decidieron jugar la carta de reformarlo una vez aprobado. “Nos comprometemos a los acuerdos”, “Ofrezco plena garantía del cumplimiento de los acuerdos de reforma del texto constitucional”, señalaba el presidente Boric. Perdóneme la franqueza, pero ¡las pailas! ¡Nunca han cumplido ningún compromiso! El Sr. Allende no cumplió las garantías prometidas a la DC y terminó destruyendo al país. El Partido Comunista no cumplió con el juego democrático y cuando entró a la política junto a la Nueva Mayoría inyectó su veneno en el sistema político y estatal hasta reventar Chile. No cumplieron los acuerdos de paz de noviembre de 2019 y vemos que el terrorismo nunca más se detuvo. Boric señaló claramente que si gana el rechazo va a proponer otro plebiscito, no cumpliendo el Art. 142. Nuevamente, Boric y Jackson señalaron que si gana el apruebo, a punta de decreto van a gobernar para poner en marcha la propuesta de constitución diabólica.

A usted le digo Sr. Boric, y a toda esta nomenclatura con tufo soviético que se está instalando como la nueva elite política nacional a cargo del régimen dictatorial que nos gobierna: ustedes son unos mentirosos, nunca han cumplido ningún solo acuerdo; han usado y abusado de la democracia y de la mente incauta de tanto chileno ignorante cuya candidez les ha sido tan lucrativa a lo largo de la historia. Hablan de educar al pueblo, pero nunca les ha interesado, pues saben que un pueblo educado deja de votar por los revolucionarios de pacotilla que les prometen el cielo en la tierra. No nos van a engañar nuevamente; no le van a embolinar la perdiz una vez más al pueblo chileno para salirse con la suya y seguir la borrachera refundacional. Qué se han imaginado, banda de cuatreros y salteadores de caminos que aguardan al acecho con sus bocas listas para disparar mentiras y engaños adornados de falsas promesas y un lenguaje lleno de ideales populares, prestos a embaucar a la próxima víctima. ¡Qué gente sinvergüenza son ustedes que no solo no ha cumplido nada de lo prometido, sino que han hecho todo aquello que decían eliminarían: cohecho, corrupción, familiares, amigos y compadres viviendo a costas de todos nosotros!

Qué se han imaginado, gobierno de fantoches ignorantes y arrogantes, que con la prepotencia del matón nos tienen amenazados desde el 18 de octubre de 2019 de reventarnos nuevamente si no se hacen los deseos del reyezuelo y de sus camaradas fuera de nuestras fronteras. Este 4 de septiembre se rechaza todo. Se rechaza la propuesta constitucional, se rechaza la extrema izquierda y se rechaza el gobierno nauseabundo del Sr. Boric. Se rechaza la violencia, la amenaza y el matonaje; se rechaza al Partido Comunista de Chile y su odio por nuestra nación. Se rechaza la plurinacionalidad que no existe; se rechaza el despedazamiento de Chile y los planes bolivarianos que terminarán por entregar mar a Bolivia y formar esta suerte de patria grande indigenista. Esto no pasa de ser un eufemismo para una gran narconación latinoamericana donde los jerarcas de la nueva izquierda radical del continente vivan como reyes y el pueblo tenga que conformarse con la miseria y la opresión. Sabemos de los aviones venezolanos -hay una comisión de parlamentarios argentinos que están en ello- cargados de criminales fundamentalistas islámicos y de inteligencia venezolana especialista en cibercrimen que, merodeando los cielos de América Latina, van fumigando el veneno mortal con que quieren hacerse de cada país y proseguir con la maldición latinoamericana de tiranuelos populistas.

“Chile despertó”, decían al comienzo de la insurrección. Hoy decimos que Chile se cansó. El rechazo es amplio, desde la izquierda democrática hasta la derecha conservadora, desde el que se dice apolítico hasta el que lo es, desde el empresario hasta el más simple trabajador. El actual gobierno y toda la camarilla que desde la oscuridad han fraguado esta revolución destructiva han sido reconocidos en sus frutos por millones de chilenos que les van a pasar la cuenta. Y me temo que, de concretarse un fraude electoral, conseguir que gane el apruebo y luego -como es su costumbre- no cumplir los acuerdos de modificar la nueva constitución, la suma de nuestros peores miedos -la guerra civil- estará a la puerta. De nosotros depende no llegar a ello.

Vea lo que dicen los periodistas argentinos del plebiscito:

https://fb.watch/f2KN5utZGg/

Las cuatro materias básicas de toda constitución

Por Max Silva A.

Acercándose la votación del 4 de septiembre, resulta obligado abordar los contenidos básicos que debiera tener toda Constitución, y cómo los trata el texto propuesto.

Tradicionalmente se señala que como mínimo, una Constitución debe regular cuatro cosas: la forma del Estado, la estructura y funcionamiento de los órganos del Estado, los derechos humanos o fundamentales, y los mecanismos de reforma de esa Constitución.

En cuanto a la forma del Estado, tradicionalmente se distingue entre los unitarios y los federales, siendo su diferencia básica, la concentración del poder en un único centro en los primeros, y compartido entre este centro y los Estados que componen ese país, en el segundo. En el proyecto se consagran las “autonomías” respecto de los pueblos originarios, convirtiendo a estos territorios, aún por determinar, casi en regiones independientes (¿en otro país?) y con un poder desproporcionado sobre las decisiones del resto de los chilenos.

Respecto de la estructura y funcionamiento de los órganos del Estado, no sólo se multiplican las entidades públicas de todo tipo, metiéndose en todas las esferas de la vida, sino que el equilibrio y limitaciones a su respecto (elemento clave de toda Constitución), brilla por su ausencia, generando en particular, una cámara de diputados casi todopoderosa.

Por su parte, en lo que se refiere a los derechos humanos o fundamentales, igualmente se produce una auténtica “inflación” a su respecto, sobre todo de los derechos sociales, siendo un completo misterio cómo se sustentarán los cuantiosísimos gastos, tanto ocasionales como permanentes que conlleva su realización. Lo anterior, máxime si fruto del intervencionismo estatal recién señalado, la actividad económica se verá tremendamente desincentivada. Esto hace que muchos de estos derechos seguramente queden en el papel, además de una posible judicialización extrema a su respecto, precisamente por prometer lo que el país no puede dar.

Finalmente, en cuanto a los mecanismos de reforma, es necesario antes explicar algo.

En sí misma, esta materia es muchísimo más específica que todas las anteriores, lo que puede llamar la atención. Sin embargo, resulta de la máxima importancia, pues de esto depende la vida de la Carta Fundamental. Ello, porque como toda obra humana, obedece (o debiera obedecer) a las circunstancias de su tiempo. Sin embargo, estas circunstancias van cambiando, lo que obliga a modificar las normas producidas a la sombra de otra realidad, para que sigan sirviendo en el presente. En caso contrario, las constituciones se fosilizan y pierden paulatinamente aplicación en los hechos, haciéndose nominales. De ahí la crucial importancia de contar con adecuados mecanismos de reforma: ni muy fáciles, para que la Constitución no se transforme en un traje a la medida del gobierno de turno, dejando de limitar su poder; pero tampoco demasiado difíciles, para evitar en el fondo, su suicidio.

Ahora, los mecanismos de reforma de la propuesta de nueva Constitución son muchísimo más difíciles que los de la actual (aspecto que se le criticaba mucho), sin perjuicio que para casi todo, habría que solicitar el parecer a los pueblos originarios, con lo cual, esta Carta Magna se hace prácticamente inmodificable, o como se conoce en jerga constitucional, “pétrea”. De ahí que resulte inviable la fórmula “aceptar para reformar”.

Por tanto, hay que tomar en cuenta estos cuatro aspectos al momento de votar.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por diario El Sur de Concepción. El autor es Doctor en Derecho y profesor de filosofía del derecho en la Universidad San Sebastián.

 

20 Chascarros que olvidaste de la CC:

 https://youtu.be/SAJjjL37ti