¿Para dónde vamos?
¿Para dónde vamos?
PERMÍTANME DISENTIR
Por Humberto Julio Reyes
La reciente declaración del Senado, leída por su presidente, ha sido, en términos generales, bien acogida, por expresar un ánimo transversal de concordia que contrasta con diversas intervenciones en la Cámara de Diputados a raíz de la conmemoración de los 50 años.
La nota discordante ha provenido del partido comunista, vaya novedad, al marginarse posteriormente de ella aludiendo razones diversas y dejando en curiosa posición a sus propios senadores.
Sin embargo y aunque también dicho pronunciamiento me pareció adecuado, existen en él dos aseveraciones que no puedo compartir y, por ello, disiento.
Me explico:
Cuando se expresa que “todos” fuimos responsables del quiebre de nuestra democracia, imagino se quiso aludir a quienes, por su investidura, debieron haber superado la crisis y no a quienes, como simples ciudadanos, especialmente si no militábamos en partido alguno, nada hicimos que se nos pudiera reprochar, como no fuera soportar pacientemente esos funestos 1000 días previos al aniversario que se ha conmemorado.
En mi caso particular y como padre de familia mi principal preocupación era asegurar la subsistencia de nuestros hijos, labor en que nos colaboraban diversos miembros de la familia comprando esos alimentos para niños tan difíciles de obtener en esos días.
En segundo lugar y quizás más importante aún, se menciona que el quiebre de la democracia se produjo el 11 de septiembre y no previamente, tal como declararon los diputados que aprobaron la histórica resolución del 22 de agosto de 1973.
Imagino que así se redactó para hacer posible el consenso de todos los senadores, incurriéndose así en esas habituales ambigüedades, imprecisiones o inexactitudes, que se encuentran en los textos consensuados, especialmente cuando se busca la convergencia de puntos de vista difíciles de conciliar.
Por lo expresado, permítaseme disentir.
También disiento de casi todas las reacciones frente a los recientes planteamientos de oficiales en retiro que, cumpliendo penas de prisión, abogan por conmiseración hacia sus subalternos que se limitaron a cumplir órdenes.
Salvo una reacción positiva, todos replican pidiendo información sobre personas desaparecidas o descartando absolutamente cualquier trato preferente, que los jueces no consideraron en su momento, respecto a personas de los grados más bajos del escalafón militar, ¡incluso conscriptos que cumplían con la ley del servicio militar obligatorio!
Tampoco se valora el gesto, por simbólico que pueda parecer, de parte de esos oficiales que también eran muy jóvenes cuando sucedieron los hechos por los cuales han sido condenados y que, en ausencia de quienes dieron las órdenes, han asumido esa responsabilidad.
Finalmente se incluye en la calidad de secuestradores “permanentes” a todos los condenados y, por ello se les pide que digan primero “dónde están”. Absurdo me parece, así no se llega a ninguna parte.
Resumo: estas negativas reacciones me han parecido mezquinas y apresuradas y confirman por qué nunca se pudo concordar en formas de colaboración eficaz que facilitaran encontrar los restos de personas desaparecidas en lugar de privilegiar una condena “por secuestro permanente” y una reparación económica.
14 de sept. de 23
*Los Zapatos de Allende*
Por Cristián Labbé Galilea
Vistos los últimos acontecimientos, bien se podría pensar que: los estrategas políticos y los gurús de las comunicaciones del gobierno fueron visitados por “un espíritu celeste”, algo así como un “ángel redentor”, quien los iluminó y les abrió los ojos, recomendándoles venerar los 50 años del 73 como una forma de sacar al país de las tinieblas políticas…
Si el gobierno creyó que, con una parafernalia basada en verdades a medias, rebuscados mensajes emocionales, ceremoniales vergonzosos, ilegales condenas y torcidas acusaciones… iba a establecer “una verdad oficial”, e iba con ello a convocar la adhesión ciudadana… se equivocó: ¡Fue un rotundo fracaso! Contrariamente, lo que se logró fue que la opinión pública conociera mucho mejor las razones y los fundamentos del 11 de septiembre.
Paradojalmente, al intentar el oficialismo evadir y ocultar la responsabilidad que la izquierda tuvo en el quiebre democrático del 73, lo que verdaderamente consiguió fue fortalecer el respeto hacia las Fuerzas Armadas y Carabineros, además de robustecer la imagen de Pinochet… Situación que -esta avispada pluma sospecha-, nunca fue la intención.
Tan mal le ha resultado al gobierno su “iluminada estrategia”, que no sólo ha quedado de manifiesto la carencia de gestión, sino además ha quedado en evidencia la total división de sus fuerzas y la ostensible influencia comunista. Una demostración de ello ha sido el rechazo de ese partido a “la declaración transversal” suscrita por los Senadores, de allá y de acá, a raíz de los 50 años del 73.
Desde el punto de vista internacional, poco o nada sirvió a las intenciones del gobierno la visita de deslucidos mandatarios a los actos oficiales: “vinieron y se fueron”… sin dejar nada más que una secuela de complicaciones diplomáticas, entre otras cosas por la no invitación a los gobiernos afines de Cuba y Venezuela, y por los dimes y diretes con el mandatario de Nicaragua, quien trató al Presidente de “pinochetito”… epíteto que no debe haberle gustado mucho.
Tampoco faltaron, en estos días, actitudes y gestos vergonzosos para nuestra “austera república”. La participación del Presidente en una marcha callejera, a todas luces impresentable, toda vez que el propio gobierno había dado instrucciones de abstenerse de asistir a ese tipo de movilizaciones; escandalosas resultaron también las conductas parlamentarias en el Congreso… y, para qué decir, la vulgar cueca de una “senadora no vidente” con un “raro” personaje representando al huaso chileno.
Por último, esta sobria y parca pluma piensa que, sin ninguna duda, lo más extravagante que habrán visto en estos días mis leales contertulios, debe haber sido la inesperada muestra de sublime veneración a los zapatos de Allende, como si el mismo “ángel redentor”, ese que les recomendó sublimar el 11 de septiembre, les hubiera sugerido remembrar el culto que se profesaba en la edad media a las reliquias religiosas y objetos relacionados con los muertos en santidad…
Esperamos no tener que venerar en un futuro próximo…. el pijama del expresidente.