Derecho a reunión: ¿Y DONDE ESTÁN LOS DEBERES?

Derecho a reunión: ¿Y DONDE ESTÁN LOS DEBERES?
Vamos a completar tres meses de incertidumbre y crisis, donde los hechos y las informaciones que dan cuenta de ellos fluyen muy rápido, impactan fuertemente en quienes son afectados directamente y generan una extraña sensación de alegría triunfadora en grupos organizados de personas muy violentas que van dejando esa huella indeleble de destrucción, odio y resentimiento.
En paralelo, es posible ver, leer y escuchar los reclamos, peticiones y demandas que van quedando registradas en todo el historial de este largo episodio, muchas de ellas y por qué no decirlo se refieren a derechos atropellados, prometidos, incumplidos o aspirados.
Cuando uno habla de derechos, obviamente se refiere a ellos en términos positivos, porque precisamente están unidos al ser humano, desde su concepción hasta su desarrollo en la vida y hasta el día de su muerte, sin embargo, en mi opinión, para que esta discusión pueda avanzar a encontrar soluciones reales y con visión de un futuro estable, debiera llevarse en conjunto con una discusión y acuerdo sobre los deberes ciudadanos, siendo ellos quizás el punto de partida de una sana conversación ciudadana.
Si nos detuviéramos a pensar por un solo instante sobre cuáles son nuestros propios deberes, aquellos que reconocemos como tales y sobre los que nos comprometemos a cumplir por sobre todas las cosas, nos daríamos cuenta de que para pedir o exigir algo a la sociedad organizada en el Estado, debemos saber primero cuánto es lo que nosotros somos capaces de dar a la misma sociedad organizada.
Hay muchos ejemplos que grafican esta realidad, recién nos enteramos de que nuestros políticos se encuentran en abierta discusión para legislar sobre el “derecho a reunión”, pero ¿por qué no aprovechamos y nos ponemos de acuerdo sobre cuáles serían nuestros deberes ciudadanos?, o acaso quieren partir de cero o de una hoja en blanco, colocando primero los derechos y después, ¿si nos acordamos, ponemos algo de nuestros deberes?
¿Cuánto tiempo gastamos en discusiones, conversaciones, protestas y críticas reclamando sobre nuestros derechos sin fijarnos en nuestras mínimas obligaciones personales e individuales?
Y usted, amable lector, ¿ha pensado en sus deberes ciudadanos?
Guillermo
Del Castillo Pantoja
General en retiro del Ejército