Simplemente NO….

Simplemente NO….
El abogado Javier Edwards Renard autorizó
publicar su muy claro y fundado análisis de por qué es correcto votar NO a la
propuesta de nueva Constitución. Estoy seguro que será muy útil y clarificador
para todos.
Esto es a modo de información, que cada uno lea
y saque su conclusión. No tiene por objeto polemizar.
VOTO NO: Como abogado he estudiado la
Constitución vigente a lo largo de su evolución. He vuelto a analizar en
profundidad sus disposiciones considerando todas las modificaciones
introducidas en democracia. Me parece una Constitución democrática, razonable,
protege los derechos fundamentales que garantizan todos los regímenes
democráticos occidentales. Sus instituciones son razonables y dan estabilidad,
equilibrio y representatividad a la ciudadanía. Las legítimas demandas ciudadanas
pueden satisfacerse con cambios legislativos adecuados que no requieren mover
una coma a la constitución. La estabilidad de la constitución es la estabilidad
del país y sus ajustes deben recoger mayorías adecuadas para no convertirla en
la herramienta de mayorías de turno o manipulaciones para perpetuar en el poder
a algún gobernante inescrupuloso. No veo ninguna razón jurídica para considerar
necesario y beneficioso apoyar que una Constitución que funciona y protege a
los chilenos y extranjeros en nuestro país, que responde a estándares aceptados
internacionalmente, tenga que ser sustituida por el incierto texto que redacte
una Convención Constituyente o un grupo de parlamentarios inspirados en una
equivocada demagogia surgida de una explosión social cuyo norte es poco claro.
La Constitución vigente contiene un razonable pacto social que debe ser honrado
con la legislación adecuada. Ese es el trabajo del gobierno, el congreso y los
tribunales, también de los ciudadanos, quienes debemos votar para elegir a
nuestros mejores representantes, buscando la excelencia, el conocimiento, la
capacidad, la honestidad. También los ciudadanos debemos ser responsables con
nuestro voto en el plebiscito de abril del 2020. ¿Creemos de verdad que un
cambio de constitución nos dará una mejor, más clara, más justa, más segura,
que ella solucionará las promesas antes las demandas sociales? Con todo el
respeto de las opiniones que difieran de la mía, creo que la respuesta a cada
una de esas preguntas es un categórico NO. La solución a los problemas
demandados tiene que ver con medidas legislativas y administrativas concretas,
bien elaboradas, acordadas por la sociedad política elegida por ciudadanos. La
calle, la gente, la masa, ha hecho presentes sus dolores, hay que hacerse cargo
de ellos. El esfuerzo de una nueva constitución, innecesaria, el tiempo que
llevará materializarla, la incertidumbre que generará, el impacto económico que
ello tendrá, el debate oportunista de los políticos, todo pondrá en segundo
lugar lo que realmente es necesario, sin que dicho cambio sea esencial para lo
segundo.
Escribir una constitución no es un ejercicio de
improvisación, ni podrá recoger todas las ideas de las cabezas más imaginativas
(puedo anticipar un colorido circo de propuestas).
En conciencia, y por el bien del país y de
todos, para poner las prioridades en las verdaderas urgencias: votaré NO al
cambio de constitución.
Del mismo modo que me parece absurdo y
populista, innecesario, ponerle Plaza de la Dignidad al peladero en que se
convirtió la inocente Plaza Baquedano, sino trabajamos de verdad en un plan de
gobierno y legislativo que construya esa dignidad. Así, cada dictadura
construye monumentos a la libertad, y la politiquería y la demagogia hablan de
palabras como dignidad, justicia, equidad y quieren monumentos no políticas,
leyes, normas y su aplicación. Del mismo modo cambiar la constitución es un
acto falso con respecto a su propósito, es una mentira política. Y su
propósito, en algunos con ambiciones refundacionales, es un acto revolucionario
para convertir a Chile en un proyecto viciado que no traerá ninguno de los
beneficios que la gente desea. Ojalá el voto joven lea historia con mentalidad
crítica, ojalá los que hemos vivido más no olvidemos la historia de últimos 40
años.