UN SILENCIO SOSPECHOSO.



UN SILENCIO SOSPECHOSO.

Por Mario Barrientos Ossa.
Abogado Magister en Derecho U. de Ch.

Llama la atención el silencio que recae sobre temas que son importantes, según el discurso oficialista de gobierno y de los partidos, generando desinformación.
Se nos dijo que la votación para elegir a la Convención Constitucional era histórica. Algunos afirmaron que era la más importante en doscientos años. El pueblo soberano dijo otra cosa, porque el sesenta por ciento del padrón electoral no votó, por lo cual, lo único histórico de tal evento fue la tremenda abstención. La mayoría absoluta nacional no picó el anzuelo, no parece desvivirse por tener una nueva constitución.
En los interminables ditirambos y autoelogios que este hecho ha generado, no he escuchado a nadie decir que una Convención, cuyo origen nace de la violencia callejera y que fue electa por menos de la mitad de los electores, carece de todo peso político. Solo representa a una fracción del pueblo soberano, a uno de cada tres chilenos. Esta es la real verdad, silenciada como tantas cosas.
Tampoco se recalca en el debate diario que la Convención redactará un proyecto de constitución, el cual deberá someterse a un plebiscito aprobatorio. Dada la enorme abstención antes mencionada, y como no se sabe la orientación de esa enorme mayoría absoluta, no es descartable que el proyecto de constitución resulte rechazado en el plebiscito final y todo este chismorreo grandilocuente no sea sino lo que es, una maniobra distractiva de la clase política, como lo hemos dicho en otras ocasiones.
Por otra parte, un manto de silencio cae sobre el terrorismo que se impone en la Araucanía, el gobierno no es capaz de explicarle al país por qué tolera la existencia de esas mafias narcoviolentistas, pudiendo erradicarlas en quince días, como han afirmado los expertos en la materia, y prefiere no hacer nada, esperando no se sabe qué. ¿No les llama la atención que los camioneros, que amenazaron con paros, ahora muestran completo mutismo? ¿Qué “arreglos” se lograron en la cocina? Nadie lo explica, solo se percibe un profundo y sospechoso silencio.
Otro extraño silencio recae sobre algunos organismos estatales, que nos cuestan miles de millones, y cuya entera inoperancia debería dar origen a debate, el cual no se observa en el escenario nacional.
¿Quién me puede explicar que hace la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), que no es capaz de infiltrar los narcoviolentistas de la Araucanía?¿Para qué sirve la Subsecretaría de Prevención del Delito, si las cifras estadísticas nos siguen indicando alzas en tan aciaga materia? Solo hemos incrementado la burocracia, sin provecho real para el pueblo soberano, que paga esos gastos abiertamente prescindibles.
Muchos otros temas podrían salir a colación. La conclusión es una sola: un sospechoso silencio recae sobre muchos de ellos, y el pueblo soberano parece no percatarse, o lo tienen entretenido con las astutas maniobras que vemos día a día.
Esperamos que algún día se haga la luz.