SANANDO Y REABRIENDO HERIDAS



SANANDO Y REABRIENDO HERIDAS

  Por  Humberto Julio Reyes

Desde que escuchara, sin poner mucha atención, algunos párrafos del discurso que el recién asumido Presidente Boric dirigiera en la tarde del viernes 11 a sus partidarios reunidos en las inmediaciones del palacio de La Moneda, volví a apreciar algunas inconsistencias así como cierto regreso al discurso de la primera vuelta apenas moderado para que en esta ocasión pareciera inclusivo.

Puede entenderse que las circunstancias lleven a expresar una natural emotividad, sin embargo quedan nuevamente en evidencia aquellas definiciones de carácter político cargadas ideológicamente y que implican admirar a Salvador Allende y su “legado” que aún nos pena, descalificar la Constitución vigente, “impuesta a sangre y fuego” según me pareció escuchar, como reconocer implícitamente haber llegado a tan alto cargo gracias al estallido social de funestos recuerdos para muchos y que sigue presente por sus huellas en nuestro patrimonio.

En esta línea y al referirse a la decisión ya anunciada de retirar 139 querellas interpuestas por el anterior gobierno por ley de seguridad interior contra quienes están siendo procesados a raíz del vandalismo desatado a partir del 18.O, lo justificó en aras de “sanar heridas”.

No cabe duda para quienes han sido procesados, sus familias y quienes siguen apostando a la violencia “legítima” que este gesto encuentra reconocimiento y aplauso ya que los perciben como víctimas de la justicia.

¿Y las víctimas de estas supuestas víctimas?

¿Habrá como contrapartida una comisión que repare a nuestros compatriotas directamente dañados en sus derechos y en su patrimonio?

¿Y la proclamada condena a la violencia “venga de donde venga”?

Imagino, igualmente, que aquellos agentes del estado perseguidos judicialmente por tener que oponerse a la violencia desatada por “las víctimas”, serán beneficiados con equivalente medida, ¿o es muy ingenuo lo que imagino?

Paralelamente, mientras se busca sanar esas heridas y no otras, no se ahorran homenajes a un gobernante de un triste período de nuestra Historia.

¿No habrá pensado en ese “conciliador” mensaje dirigido a todos sus compatriotas que está reabriendo heridas no cerradas del todo para quienes no piensan como él y, ni qué decir, por los perseguidos judicialmente por hechos acaecidos hace pronto medio siglo?

Yo propongo que esas querellas también se retiren aunque duela equiparar a quienes actuaron obedeciendo a sus mandos en circunstancias excepcionales con quienes han elegido voluntariamente el camino de la violencia para imponerse sobre la mayoría que sólo aspira a progresar en paz y que mientras él hablaba persistían en una conducta que ya parece incorporada a nuestra vida diaria, como si fuera casi una atracción turística contemplar encapuchados en acción.

Por favor, algo de consecuencia si no es mucho pedir.

Por todo lo señalado no puedo sumarme al buenismo de quienes le desean al nuevo gobernante que le vaya bien ya que, si ello implica que cumpla sus promesas y programas, cuesta comprender cómo ello beneficiaría a nuestra Patria.

13 de mar. de 22