El avance del Terrorismo en Chile



El avance del Terrorismo en Chile

Una explicación didáctica:

 

Ecos de una visita

Gonzalo Ibáñez S.M. | Sección: PolíticaSociedad
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La visita que la nueva ministro del Interior, Izkia Siches, hizo a La Araucanía estuvo marcada, sin duda, por los disparos que se le dirigieron sin que, gracias a Dios, dieran en el blanco. Sin embargo, hubo un momento anterior que también marcó esa visita, aunque al lado de las balas, pasó inadvertido. Este fue cuando, al comienzo de la visita, la ministro dijo que “había otros caminos, distintos a la violencia”, pero a lo que no se refirió fue al destino al cual conduce ese camino. Con todo, no se necesita ser vidente para advertir que ese objetivo es el mismo al cual quiere llegarse por la violencia. Por eso su conclusión: hay otros caminos, pero que llevan al mismo destino.

Y este destino, dentro del plan de este gobierno y dentro del plan para la redacción de la nueva constitución está ya claro y definido: la separación de la Araucanía de la unidad nacional. En el hecho, crear un estado dentro del estado, primer paso para después asegurar una independencia completa. Pero no para beneficio del pueblo efectivamente mapuche sino para asegurar en él el dominio de una casta ideológica con presencia predominante de personas ajenas al colectivo mapuche.

Ese es, pues, el objetivo común para el camino que significa la violencia y el camino que va a proponer la ministro. Con todo, advirtamos desde luego que ningún camino puede llevar a ese destino si no va acompañado, más temprano que tarde, de la violencia. En el caso del camino que propondrá la ministro, una violencia proveniente del mismo gobierno para imponerle al país, y a los habitantes de esa región, una “solución” que implica a división territorial de Chile. Se puede concluir, entretanto, que el atentado que sufrió la ministro no fue más que una advertencia de los grupos violentistas para que ella apure su camino, porque de lo contrario el camino de la violencia seguirá aún más sangriento.

Un signo importante de esta realidad lo constituye el hecho de que la ministro hizo toda su visita acompañada por el padre del comunero Catrillanca muerto en un enfrentamiento con carabineros. Es, sin duda, importante este contacto con el padre de una víctima de la violencia; pero no puede menos que advertirse cómo la ministro dejó fuera de estos contactos a la viuda del cabo de carabineros Eugenio Nain Caniumil quien a los 24 años de edad fue ultimado en una emboscada por los violentistas. Y pocas dudas hay de que fue una víctima elegida por ser él también de la etnia mapuche. Dejó una viuda y a dos hijos menores huérfanos de padre.

Nada tranquilizante, pues, el panorama que se advierte para la Araucanía. A todo evento, es de prever muy pronto un aumento masivo de la violencia.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por el autor en su página de  Facebook.

 

Un golpe de realidad

José Francisco Lagos | Sección: Política
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Ayer vimos con gran preocupación los hechos ocurridos en La Araucanía. La ministra del Interior, Izkia Siches decidió ir con su equipo a una reunión en Temucuicui con el padre de Camilo Catrillanca. Cuando faltaba poco para llegar a esa comunidad, fueron recibidos con ráfagas de disparos que les impidieron continuar con su camino.

Todo esto se enmarca en la visita de 6 ministros del recién asumido gobierno para intentar resolver la situación que se vive en la zona, tras descartar la continuidad del estado de excepción constitucional, que permite que las Fuerzas Armadas colaboren en la labor de seguridad pública con Carabineros y la Policía de Investigaciones.

A propósito de esto mismo es que los diversos voceros y personeros del gobierno, y de la izquierda en general, esgrimen que hay que privilegiar el diálogo por sobre la “militarización” de la zona. Los ataques de ayer constituyen un duro golpe con la realidad, porque demostró, entre otras cosas, que no basta con la buena voluntad de querer dialogar, para aproximarse a resolver el conflicto.

Declaraciones posteriores de personas en redes sociales demuestran que hay una cierta izquierda que piensa que solo ellos tienen realmente ánimo de diálogo y los esfuerzos que se hicieron durante el gobierno anterior respondían a la tradicional lógica colonialista. Por ejemplo, la periodista Mirna Schindler señaló en sus redes sociales que los hechos de ayer “dan cuenta que la noble intención de diálogo no basta”. Este tipo de declaraciones muestran que quizás pensaban que los que renunciaron al diálogo son aquellos que eran víctimas de los delitos terroristas o las autoridades anteriores y que –recién– este nuevo gobierno tiene una noble intención de diálogo.

El gran problema es que cierta izquierda, gobierno incluido, no quiere asumir que lo que ocurre en La Araucanía es terrorismo, y no lo asumen porque ellos mismos comparten las causas de aquellos que lo ejercen. El diálogo en abstracto no dice nada. Cuando uno dialoga con personas que han utilizado la violencia para conseguir sus objetivos, y les termina concediendo los objetivos, no se llama dialogar, se llama claudicar.

Lo que estamos viendo es la encrucijada entre trabajar para que impere el Estado de Derecho, o la claudicación definitiva del Estado de Chile frente a personas que creen que es legítimo dispararle a civiles inocentes y desarmados para conseguir sus objetivos.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Líbero, el miércoles 16 de marzo de 2022.