¿Brutalidad policial, o brutalidad “estudiantil”?
¿Brutalidad policial, o brutalidad “estudiantil”?
CARABINEROS AL SACRIFICIO
Carta aparecida recientemente en La Tercera:
SEÑOR DIRECTOR
Esta semana se ha informado sobre la adquisición de nuevos equipos lanza aguas y gases para Carabineros. La medida es lo menos que se le puede dar como apoyo a quien ha tenido que lidiar, con hordas de combatientes organizados, que los enfrentan directamente, con alto grado de organización. Pero más importante es darles todo el respaldo político que se merecen y que resulta indispensable para acabar con esta especie de guerrilla urbana que se ha apoderado de las principales ciudades.
Sin ese apoyo decidido a la acción policial, la democracia seguirá secuestrada por estas hordas, que se guarnecen con escudos, arrojan piedras y elementos incendiarios. No debemos tener complejos en esto, la violencia surge de ellos y no de los policías que abnegadamente cumplen su trabajo en turnos extenuantes y a riesgo de su propia vida. En la historia de la Guerra del Peloponeso, el gran Tucídides señala que, al momento de discutir la posibilidad de declarar la guerra a Atenas, los corintios concluyeron su intervención diciendo “…pues no quebrantan la paz los que se defienden, sino los que atacan primero”.
Cuando empezó todo este caos, el camino fácil fue pontificar sobre la supuesta ineficiencia policial, llegando al extremo de sugerir que se capacitaran con policías “de países desarrollados”, sin darse cuenta que esas policías jamás han tenido que lidiar con grupos tan violentos, numerosos y organizados. Se difundió la imagen de que parte del problema que se vivía en el país era la incapacidad de Carabineros de separar a los manifestantes violentos de aquellos pacíficos. Como si aquello fuese muy sencillo cuando miles de personas marchan por las calles. Se les acusó de violadores y asesinos, sin una sola condena por estos delitos atribuibles a la policía en el contexto de las protestas.
Nada indica que la refriega callejera se vaya a detener y, mientras no nos demos cuenta que Carabineros y sus fuerzas especiales son los que defienden la civilidad, el problema está lejos de tener solución, y nuestras ciudades, monumentos e iglesias seguirán siendo vandalizadas por grupos numerosos, pero inmensamente minoritarios de sujetos que, mediante la violencia, intentan imponer sus ideas radicales.
Gonzalo Yuseff
Abogado, ex director de la ANI y ex fiscal del Ministerio Público