Desorden y violencia desatada



Desorden y violencia desatada

General (R) Luis Hernán Torres Aguirre

Realmente las noticias a uno lo dejan estupefacto y desconcertado. Lo que está ocurriendo hoy en día en nuestro querido país, era algo impensable; sin embargo, en la actualidad el desorden y la violencia se encuentran desatadas, convirtiéndose en el pan nuestro de cada día, siendo difícil de asimilar y comprender como se ha llegado a este extremo.
La semana pasada, fue realmente un caos. Las noticias dejaron al descubierto, actos delictuales y criminales que ameritan el total repudio ciudadano. Es así, que estimo necesario indicar alguno de ellos, a fin de hacernos una idea más clara del extremo a que hemos llegado:
• Ataque y amenazas a la prestigiosa y altruista Institución de Bomberos.
• En la zona norte, en menos de 48 horas, violento y sofisticado asalto a tren que transportaba cátodos de cobre.
• Carabineros agredidos por grupo que intentaba ocultar a sospechoso por robo en Puerto Montt. Todos extranjeros, producto de una inmigración sin control.
• Carabinero, hijo de esta tierra linarense, atacado con un fierro en su rostro, en la fiscalización de carreras clandestinas en San Antonio, región de Valparaíso.
• En La Araucanía, en menos de una semana, tres ataques incendiarios a empresas forestales, a lo que se suma el descontrolado robo de madera y descarrilamiento de trenes.
• Violencia y ataque grafitero al metro en la región de Valparaíso.
• El insensato actuar de barras bravas, como lo fue el domingo con la agresión a un jugador de Curicó Unido.
• Las diarias e interminables encerronas a automovilistas, de difíciles pronósticos en cuanto a su resultado: muertos, heridos, traumas psicológicos, etc.
Respecto de las agresiones a Carabineros, éstas han pasado a ser una constante y por parte de las autoridades, siempre escuchamos el mismo discurso señalando querellas y la persecución a los responsables, hasta dar con ellos. Desgraciadamente los resultados son prácticamente nulos.
Lo dispuesto a Carabineros, en cuanto al uso proporcional de la fuerza -situación que en Chile se encuentran totalmente desvirtuada- lo que ha hecho que los malhechores se hayan envalentonado y adueñado de las calles, operando de manera irracional y criminal contra quienes tienen la potestad de reprimir a esta lacra de delincuentes. Resultado, fuerzas policiales inhibidas de accionar, a raíz de determinaciones políticas que le restan respaldo y que terminan favoreciendo el accionar delictual. A ello se suma el proceder de las fiscalías, las que normalmente determinan medidas cautelares irrisorias, como lo fue recientemente con dos conductores de camiones y el líder de la banda delictual, que fueron sorprendidos en flagrancia en el robo de madera; sin embargo, se determinó firma quincenal, arraigo nacional y prohibición de acercarse al predio.
He dejado para el último las protestas de los jóvenes estudiantes de los colegios emblemáticos de Santiago, cuyo actuar es de características enfermizas, debido a sus consecuencias: buses quemados, locales comerciales dañados, perdida de fuentes laborales a lo que se suman los riesgos personales a que se exponen ante su estúpido e imberbe accionar; tanto es así que, la defensora de la Niñez condenó los últimos hechos registrados en cercanías del INBA, señalando que “el derecho a estudiar de niños y adolescentes no puede estar secuestrado por un grupo que cree que a través de la delincuencia puede lograr objetivos que ni siquiera sabemos cuáles son”. Además, indicó: “Es inaudito que una División de Ejército en este país haya vivido 67 atentados, 31 de ellos denunciados a las entidades responsables y que hasta la fecha no conozcamos a nadie que haya sido formalizado por esa situación. Es importante transmitir a los estudiantes del INBA, a su entorno familiar y a los miembros de la comunidad educativa que no podemos normalizar que se ataquen recintos militares”.
A lo señalado por la defensoría de la niñez, debo agregar que, sin lugar a dudas existe por parte de los estudiantes un abuso desmedido e irresponsable, a lo que se suma una gran ignorancia, ya que el lanzamiento de bombas incendiarias es equivalente a una agresión armada y el intento de entrar a un recinto militar, es tomado como un “Asalto al Cuartel” y para ello el ejército dispone de protocolos, que van bastante más allá del simple lanzamiento de agua, debido a que en un cuartel se almacena armamento, explosivo y otros insumos, los que se encuentran por ley al resguardo del personal militar. De ahí que corresponde que el personal tenga que actuar en consecuencia y si ello amerita el empleo de sus armas, con toda seguridad lo harán.
En síntesis, la degradación del país es gravísima, es el equivalente a una pandemia de inseguridad y el gobierno sigue al debe con la ciudadanía, ciudadanía que lo único que ambiciona es trabajar y vivir en paz y para ello, se requiere el urgente restablecimiento del “Estado de Derecho”, lo que no se logra con declaraciones rimbombantes, sino que mediante la aplicación de las correspondientes leyes y no con engaños y/o eufemismos, que no se condicen con la realidad que vive nuestro querido Chile.