DISCURSO LANZAMIENTO LIBRO “NUNCA MÁS”



DISCURSO LANZAMIENTO LIBRO “NUNCA MÁS”

DISCURSO LANZAMIENTO LIBRO “NUNCA MÁS” (28-09-2023)

En primer lugar, quiero agradecer la presencia de todos ustedes en este lanzamiento del libro “Nunca Más”.

Además, quiero dar las gracias a la “Corporación 11 de Septiembre” por haber hecho posible la realización de este evento y, a todos aquellos que, con su colaboración desinteresada, permitieron sacar adelante este encuentro.

Este momento, para mí, tiene un doble significado:

Primero, me permite representar a un grupo de personas, las cuales, quiero, respeto y admiro.

Los quiero, porque son capaces de entregarme alegría en momentos de pena y, permitirme comprender su pena, entregándoles alegría.

Los respeto, porque son luchadores innatos, que no se rinden ante nada, que viven bajo un código de honor en donde la traición se paga.

Y, los admiro, porque sin sus valientes acciones, probablemente mi destino hubiera sido otro, quizás fuera de nuestras fronteras y, no sería la patriota chilena que hoy les habla.

En segundo lugar, este momento me permite confesarles una profecía autocumplida:

Yo sabía -desde que decidí estudiar Derecho- que mi lugar iba a ser este y no otro. Mi práctica significó “correr el velo” de lo que el ejercicio profesional me permitió – con horror- comprobar.

La pseudo verdad de lo que había ocurrido hace 50 años se estaba imponiendo. Lo verdadero era falso y lo falso, verdadero. La realidad no fue lo que se vivió, sino lo que -sesgadamente- se escribió. La política de la cancelación y la lucha contra el negacionismo ganaban terreno. La clase política -en su mayoría- se compró el discurso entorno a los “violadores de DDHH”, y quienes apoyaron el Pronunciamiento, decidieron esconder la cabeza o simplemente, adscribir -soterradamente- a la tesis de la extrema izquierda, condenando a los actores de la gloriosa gesta del 73 a la persecución política más brutal que ha existido en nuestra historia republicana y que perdurará como una mancha indeleble en la justicia chilena.

Así, los que antes fueron héroes y nos salvaron de una guerra civil, hoy son perseguidos, aun en sus cárceles, acumulando procesos, con un derecho a defensa disminuido y, lo más grave, sin verdadera justicia. La vejez y la enfermedad de los inculpados son simples “hechos de la causa”, que no merecen ser considerados en el injusto castigo aplicado. Morir dignamente, es un “lujo” inmerecido para ellos, porque no son tratados como personas sino como enemigos. La demencia pasa a ser vista como un “regalo de Dios”, como una oportunidad para -por lo menos- no morir solo, sin el abrazo de los seres queridos. Sin embargo, para estos soldados, inclusive estar loco, parece ser un privilegio, que no merecen, porque la nefasta consigna dominante dice que ellos deben sufrir y morir en una cárcel, aun cuando sea bajo condiciones inhumanas de hacinamiento, porque deben ser castigados y servir como escarmiento y como prueba viviente, del triunfo de la doctrina del odio y resentimiento imperante.

La “incultura penal” del “fin justifica los medios” o dicho de otra forma, penar de cualquier manera y a toda costa, a través de las reglas del Derecho, ha permitido castigar a nuestros valientes soldados de una forma aberrante, apoyándose en un poder punitivo internacional ideologizado, violatorio del derecho penal liberal y que, ayudado por un proceso criollo inquisitivo y secreto y, violando el imperativo categórico kantiano, ha logrado la despersonalización procesal de los inculpados, transformándolos en simples objetos de investigación, en fuentes de prueba, exprimibles hasta la mentira -si es necesario- y, afines a una maquinaria judicial que promueve su rápida condena, aun cuando ello signifique atropellar sus garantías procesales más básicas.

Así es, nuestros presos no han sido propiamente “juzgados”, en el sentido jurídico del término, sino que lo suyo ha sido simple uso del poder, por medio del Derecho, para dirigirlo contra el enemigo y así, abarrotar cárceles bajo el disfraz de la consigna marxista que dice: “perseguir la justicia y la no impunidad” y, que ha terminado por fetichizar un Derecho que, en realidad, ya no es Derecho.

En esta conmemoración de los 50 años desde la salvación de esta patria querida, tengo el honor de presentarles este libro, de materialidad franciscana, pero rico en esfuerzo y entrega, de esas mismas personas que quiero, respeto y admiro y, que hoy, sufren en carne propia los avatares de esta “guerra ideológica”; un libro que está hecho con la sola pretensión de aportar un grano de arena al conocimiento de la verdad de los hechos, de los cuales estas personas fueron testigos principales, de acontecimientos pasados que hoy, parecen imposibles -gracias a la libertad que ellos ganaron para nosotros- y que, por ese sacrificio no reconocido, podemos recordar de una manera sincera, real, sin la venda de la ideología y, en el caso de esta abogada, sin el temor de la funa, porque no se puede vivir con miedo y no pretender morir como un cobarde.

Muchas gracias

CARLA FERNÁNDEZ MONTERO ABOGADA
DERECHO PENITENCIARIO