UN JUEZ QUE TAMBIÉN SERÍA PERITO



UN JUEZ QUE TAMBIÉN SERÍA PERITO

Por Humberto Julio Reyes

Últimamente y desde simples particulares, diversas corrientes de opinión e ideologías, se han formulado críticas a las actuaciones de la justicia, algunas justificadas y otras no tanto.

Sin embargo, siempre hay algo nuevo que llama a sorpresa.

Leo en la prensa del viernes 7 del presente mes, que la exsenadora Jacqueline van Rysselberghe “renuncia al SML y defiende su diagnóstico tras controversia por peritaje a excarabinero”.

El Servicio Médico Legal le habría asignado una pericia psiquiátrica al excarabinero José Otárola, condenado a15 años de presidio por el caso San Rosendo- Laja, quien, según su informe, tendría enajenación mental, lo que permitiría su salida (sic) de la cárcel.

Sin embargo, el ministro en visita Carlos Aldana, de reconocida trayectoria, invalidó su peritaje, lo que la ha llevado a comunicar su renuncia a ese servicio.

Probablemente el paciente lector no ignora que dicho servicio, al que se debe recurrir para certificar las condiciones de salud de los condenados, es dirigido por una comunista y, casi invariablemente, certifica que los reos por causas de derechos humanos están en condiciones de cumplir sus penas, aunque basta la simple observación de algunos de ellos, para concluir que ignoran donde y por qué están en prisión o bien, presentan un notorio deterioro físico que demanda cuidados médicos que Gendarmería no puede proporcionar.

También conviene recordar que, al no existir jueces de ejecución de las penas, tema en que tanto el gobierno (Ministerio de Justicia) como el Parlamento están al debe, son los mismos ministros de fuero que han procesado, investigado y condenado en primera instancia, los que siguen siendo dueños del reo, cosa demostrada por la situación que motiva esta columna.

Dada la omnipotencia otorgada a estos servidores llamados a cautelar el imperio de la ley, pueden, igualmente, pasar por encima de este informe de una profesional que ratifica dos peritajes anteriores y resonancias magnéticas, invalidándolo.

Concuerdo en que la situación no sólo parece una arbitrariedad sino una falta de respeto que ha motivado la renuncia de la señora Van Rysselberghe por elemental dignidad.

Pero, así estamos. No se requieren peritos forenses, basta con la sapiencia del ministro de fuero.

9 de jun. de 24