Derechos Humanos

Derechos Humanos
Declaración Pública de Hijos y Nietos Prisioneros del Pasado:
Dramático testimonio de la señora de un militar Prisionero Político:
Anuncio sobre Punta Peuco
En la reciente cuenta al país, el Presidente Boric anunció que el CCP de Punta Peuco pasaría a ser una cárcel común, lo que en la práctica -según él- significa quitarle el supuesto “privilegio” que por años ha acompañado a ese penal, entregando a Gendarmería de Chile lo relativo a la administración de la nueva segregación que sería objeto dicho recinto carcelario.
Una decisión de este tipo requiere previamente de un análisis del perfil criminológico del reo de Punta Peuco, que no es igual al resto de los reos comunes, y que, desde el punto de vista de la finalidad de la pena, no tienen necesidades de prevención especial. Además, debe considerarse el perfil etario-sanitario, ya que se trata de internos provectos, con serias enfermedades crónicas, algunas terminales.
Asimismo, el anuncio debe ser visado desde el punto de vista de la política carcelaria, ya que -por el tipo de preso que alberga- Punta Peuco es un penal de mínima seguridad. Por cierto, resulta impensado en ese lugar la posibilidad de fugas, riñas entre internos, ataques a funcionarios o ingreso de armas, drogas o celulares, por ejemplo.
Así las cosas, el carácter “especial” de Punta Peuco obedece a un trasfondo multidimensional que no debiera ser soslayado por la autoridad en base a criterios meramente político-ideológicos, so pena de acabar judicializándose esta medida, principalmente, por la afectación de los derechos fundamentales de los internos de ese penal.
Carla Fernández Montero
Abogada, Derecho Penitenciario
¿Cuánto cuesta Punta Peuco?
Los actuales recintos de Punta Peuco y Colina 1 están con sobrepoblación, por lo que resulta incomprensible y hasta fantasiosa la idea de destinar reos comunes a los lugares que actualmente ocupan los militares del 73, lo que confirma la teoría de que el Presidente habló de la conversión de Punta Peuco sólo con el fin de mantener contentos a los suyos.
por Richard Kouyoumdjian4 junio, 2025
El domingo 01 de junio de 2025 el Presidente Boric realizó su cuarta y última cuenta pública. Para ser un evento de larga duración, extrañamente lo que capturó la atención de la prensa fueron tres temas, el capítulo Israel, el tema del aborto y Punta Peuco.
De los penales existentes que están dedicados a presos militares de la época del gobierno militar, los llamados chivos expiatorios de Chile, solo 138 están encarcelados en Punta Peuco, habiendo 204 en el penal de Colina 1. Los restantes que faltan para completar los 400 presos militares, están en penales femeninos, unos pocos fuera de Santiago, y aproximadamente 7 que están en sus domicilios o el hospital militar por sus muy malas condiciones de salud y edad media de 85.
Los presos militares tienen en promedio un poco más de 75 años. En el 73 eran capitanes, tenientes, subtenientes, suboficiales, clases, gente de mar, infantes de marina, aviadores, carabineros, y soldados conscriptos. Muchos de ellos, especialmente los más viejos, están en malas condiciones de salud, y de no cambiar las cosas, literalmente van a morir tras las rejas.
Los números pueden aumentar significativamente si es que se ratifican las condenas de varios cientos correspondientes a procesos que se reabrieron durante el primer gobierno de Sebastián Piñera, quien además cerró el penal Cordillera que también albergaba a presos militares.
Los actuales recintos de Punta Peuco y Colina 1 están con sobrepoblación, siendo dramático el caso de Colina 1 en donde muchos de estos viejos militares duermen debajo de mesas del comedor por no haber más celdas disponibles, por lo que resulta incomprensible y hasta fantasiosa la idea de destinar reos comunes a los lugares que actualmente ocupan los militares del 73, lo que confirma la teoría de algunos de que el Presidente habló de la conversión de Punta Peuco solo con el fin de mantener contentos a los suyos, los cuales mayormente odian a los soldados de Pinochet, a los que quieren ver pudriéndose en la cárcel, muriendo tras las rejas.
Ya tuvo que salir el ministro de Justicia y Derechos Humanos, un comunista, a reconocer, que al igual que en el caso de Israel, más bien estábamos frente a fuegos artificiales destinados a distraer a los que no entienden la lógica de los temas y solo se quedan en los titulares.
Es obvio y claro, que, si se aplican iniciativas humanitarias que buscan enviar a los más viejos y a los más enfermos a sus casas, Punta Peuco y Colina 1 se pueden ir vaciando conforme no prosperen las causas actualmente en proceso, pero, así y todo, no son recintos que funcionen para reos comunes y menos para los más violentos. Son recintos que no están diseñados para reos peligrosos, sino más bien siempre fueron pensados para presos militares disciplinados y obedientes, que producto de su misma formación mantienen sus lugares de reclusión ordenados y limpios, no siendo extraño ver a un general en retiro limpiando baños y cocinas.
Esta columna no está destinada a la izquierda, y menos a comunistas y frenteamplistas, todos cuales han demostrado sólo querer venganza, nada de humanidad y menos derechos humanos para presos que como indiqué antes, superan los 75 años promedio. Por ellos que se pudran.
Está destinada a remover las conciencias de los que se dicen de centro, de centroderecha, y de derecha. Busca saber cuántos puntos calzan Evelyn Matthei, José Antonio Kast y Johannes Kaiser respecto de los presos militares, y en particular respecto de aplicar indultos presidenciales, o bien de promover iniciativas humanitarias que envíen a los viejos y a los enfermos a sus casas o sus hospitales institucionales.
No sólo espero que ataquen la idea de que estos recintos alberguen también a presos comunes, sino más aún, que se comprometan con lo antes mencionado, indultos o iniciativas humanitarias. No hay ninguno de ellos tres que lo haya hecho a la fecha, sólo tocando tangencialmente las ideas, pero sin jugársela. Hay que quienes piensan que ser jugados en esta materia les va a alejar del centro político, pero es algo que pongo en duda. Dejar que viejos militares se pudran en la cárcel no es una buena idea. Darle una salida digna al problema claramente en tiempos en que se clama por orden y seguridad es una buena idea, que no sólo les debería ganar el favor del mundo militar y policial, sino también de los chilenos de buen corazón.
Muchos de los que están presos sólo lo están por haber sido militares y policías en 1973. Cumplían ordenes, o su pecado era estar en el lugar incorrecto. Puede que los haya quienes merecen estar tras las rejas, pero les aseguro que son los menos.
El apodo de los chivos expiatorios no necesita explicación, es más que evidente. En algún momento se acusó a la derecha de ser cómplices silenciosos de violaciones de derechos humanos que por cierto que las hubo, pero yo los acuso de ser insensibles, faltos de humanidad y cariño con nuestros viejos militares, los que hasta ahora solo son preocupación de sus familiares, y de algunos que ven en todo esto un gran acto de injustica, de venganza y abandono.
Y si no se motivan con lo anterior, recuerden que los militares y policías del ahora toman nota no sólo de la forma en que actúa la fiscal Chong, sino también de cómo trataron a sus padres y abuelos. No den por siempre sentado que ellos continuarán sacando las castañas del fuego con sus manos, puede que ustedes lo tengan que hacer si es que nada sucede con los chivos expiatorios.
Quizás lo que el FA y el PC están justamente buscando es despejar la pista, asegurando que el mundo militar se inhiba de actuar como lo hizo en 1973 y el 2019. Una cosa es estar en la cárcel y otra cosa es mezclado con reos comunes. Si tienen dudas, visiten una cárcel chilena. No les quedarán dudas. Si quieren ser una Venezuela o una Nicaragua adelante, son libres de ejercer su derecho constitucional a hacerlo. De ustedes, Evelyn, José Antonio y Johannes, de los senadores, diputados, concejales, de los votantes del centro, centroderecha, y de la derecha depende que saquemos a los viejos militares de la cárcel. Chile nos observa como actuamos, seamos consecuentes con nuestros valores y principios cristianos.
Esta columna se escribió al mediodía del martes 3 de junio. El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos ya está tramitando el cambio de nombre y de uso de Punta Peuco, y anoche hubo un primer intento de Gendarmería de introducir dos reos comunes, intento que al parecer fracasó. Punta Peuco no tiene capacidad para recibir más reos y está claramente sobrepoblado. Una cosa es tratar mal a nuestros viejos militares y policías, pero otra cosa es tratarlos como delincuentes.
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Richard Kouyoumdjian
Experto en Defensa y Seguridad Nacional; concejal por Las Condes Más de Richard Kouyoumdjian
“solo buscan hacer daño”
Extracto del Diario La Tercera:
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La última cuenta pública del Presidente Gabriel Boric instaló debates en distintos niveles. Y como ha sido la tónica en años anteriores, lo relativo a justicia y derechos humanos volvió a instalarse en el centro de la polémica.
En esta ocasión debido a que, en medio de sus anuncios, comunicó que instruyó al titular de Justicia, Jaime Gajardo, para que se avance en el fin del penal Punta Peuco como recinto especial para el cumplimiento de condenas de imputados por violaciones a los derechos humanos en dictadura.
“Desde mi punto de vista no existe justificación alguna para ese privilegio. Por tal motivo, he instruido al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos modificar el decreto que creó dicho establecimiento, abandonando su condición especial y transformándolo en un penal común”, sostuvo el Jefe de Estado.
Desde el mundo de los DD.HH. ciertamente celebraron, aunque familiares de los reos que hoy se encuentran en el recinto ubicado en Tiltil lo reprocharon en duros términos, advirtiendo que buscarán que esto se frene.
Entre ellos, Loreto Iturriaga, hija de Raúl Iturriaga Neumann, manifestó a La Tercera que con esta acción “el Presidente demuestra una ignorancia absoluta. Punta Peuco es una cárcel pública, las personas que ocupan Punta Peuco son ancianos, la mayoría de ellos fueron juzgados por un sistema penal derogado que solo se les aplica en la actualidad a ellos y donde ni siquiera se les demuestra el delito por el cual los condenan”.
Y agregó: “En Punta Peuco están hacinados, con ancianos durmiendo en pasillos y comedores, carecen de un elemento básico de supervivencia como es el agua. No los pueden cambiar, ellos son diferentes y se preocupan por mantener limpio y ordenado, no son delincuentes y eso jamás lo podrá cambiar”.
Roberto Schmied tiene 88 años y lleva 10 en Punta Peuco. Fue condenado junto a Álvaro Corbalán y otros agentes en distintas causas, entre ellas por el episodio Janequeo y por torturas al exdiputado Sergio Aguiló, y hoy sus familiares también están entre quienes se oponen a lo notificado por Boric.
“El Estado debe velar por las condiciones dignas y seguras en el cumplimiento de las penas, especialmente para grupos vulnerables, ello se refuerza con las Reglas Nelson Mandela -Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos-, que señalan el principio de proporcionalidad, la atención médica adecuada y la prohibición de tratos crueles, inhumanos o degradantes. La segregación penal en base a la seguridad personal, edad o salud es legítima y amparada por estos estándares internacionales. Esto no es un privilegio sino una garantía mínima de protección”, sostuvo Macarena Allendes, nuera de Schmied.
En el mismo sentido, María González, hija del sargento primero Alan González, mencionó que si bien este anuncio no los tomó por sorpresa, esperan que se reflexione, pues a juicio de su familia solo viene a generar más división en torno a un tema que ya debería estar cerrado.
“Esta es una definición únicamente de tinte político. Esta es la última cuenta pública del Presidente y claramente que tenía que tocar el tema de Punta Peuco porque con eso tiene más apoyo. Pero esto solo causa daño, se nos quiere seguir haciendo daño a nosotros como familiares de los militares. Ellos no quieren cerrar un tema que ya viene de hace 50 años. No buscan unir. Si el Presidente dice que él quiere juntar a todo el pueblo chileno, en este caso lo está dividiendo”, indicó.
PuntaPeucoHoy
Punta Peuco no podría convertirse en una cárcel común porque no cumple con los estándares mínimos de seguridad ni está diseñada para albergar delincuentes de alta peligrosidad.
De hecho, el penal fue construido con un enfoque completamente distinto: albergar a internos sin peligrosidad social, muchos de ellos adultos mayores, enfermos o condenados por hechos ocurridos hace más de 50 años.
A los militares se les podría dejar las rejas abiertas y jamás se fugarían. Son personas que han cumplido penas con dignidad, sin motines, sin intentos de evasión ni violencia, y su perfil contrasta radicalmente con el de un interno común. El discurso de cierre o “transformación” de Punta Peuco no solo ignora esta realidad, sino que también pone en entredicho el verdadero objetivo: ¿se busca mejorar el sistema penitenciario o simplemente satisfacer una vendetta ideológica? La abogada Carla Fernández, analiza con precisión y escepticismo el reciente anuncio del Presidente Boric respecto a transformar el penal de Punta Peuco en una cárcel común. A juicio de la autora, este tipo de declaraciones ya intentadas en gobiernos anteriores como el de Bachelet, suelen ser más simbólicas que efectivas, y carecen de fundamento técnico, legal y penitenciario.