Narcotizados
Narcotizados
Max Colodro
Filósofo y analista político
En un país obsesionado con denunciar abusos y privilegios espurios, esta semana tuvimos ocasión de ser testigos de una realidad extraordinaria, *una puesta escena que ni siquiera los hijos de un presidente o de un poderoso empresario podrían realizar y salir impunes: transitar por las calles armados hasta los dientes con metralletas, asistir a un velorio de un joven asesinado y estar durante horas efectuando disparos al aire, conseguir autorización para trasladar el féretro a cientos de kilómetros e ingresarlo a un recinto penitenciario para que sus familiares, encarcelados por narcotráfico, pudieran rendirle el merecido homenaje*; y _¡escoltados y protegidos por Carabineros!_
No pasó en Cali ni en Ciudad Juárez, y tampoco es el relato de una película de Tarantino. *Ocurrió en Santiago de Chile a plena luz del día* y muchas de sus imágenes (incluyendo el ruido ensordecedor de las ráfagas) fueron trasmitidas por los noticiarios. En el mismo país donde la policía se muestra *implacable para exigir el cumplimiento de la ley a los trabajadores de Uber y a los vendedores ambulantes*; donde *nadie te salva de una infracción si en la carretera eres sorprendido manejando a más de diez kilómetros por sobre la velocidad permitida*, _los narcos no solo consiguen metralletas, las portan y las disparan en la vía pública, obtienen autorización de las cortes para realizar sus homenajes en cárceles distantes y se desplazan por el país con escolta policial_.
Pero el exuberante “privilegio” no termina ahí, sino que es reforzado por una circunstancia todavía más insólita: el *silencio sepulcral del mundo político, autoridades de gobierno y parlamentarios* que, en medio de sus complejas y muy relevantes negociaciones, no emitieron palabra alguna para referirse a un hecho que denota algo mucho más profundo y delicado que la crisis institucional observada en el último tiempo. Que las imágenes y el sonido de las balas, que el testimonio de los vecinos que viven en territorios controlados por el narcotráfico, solo provocaran silencio e indiferencia en la derecha y en la izquierda, es algo en verdad muy revelador. Esta vez, *_nadie pidió explicaciones, ni anunció querellas o comisiones investigadoras_*