A 50 AÑOS



A 50 AÑOS

En un día como hoy, hace 50 años, el 26 de julio de 1973:

Arturo Araya Peters, Capitán de Navío de la Armada, Edecán Naval del Presidente de la República, fue ultimado a mansalva cuando se encontraba en el balcón de su propia casa, que según declaraciones de su esposa, había salido para investigar el origen de una detonación explosiva próxima en las inmediaciones de su residencia.

 Por presunta implicancia en el crimen fue detenido el técnico electrónico de la Corporación de Fomento (CORFO), José Luis Riquelme Bascuñan. Según fuentes fidedignas, el detenido habría dicho que, como experto en el manejo de explosivos, fue invitado a participar en una operación que, según posteriormente supo, tenía por finalidad secuestrar al Comandante Araya para conmocionar al país y postergar o evitar los diálogos entre la Democracia Cristiana y el Presidente Allende.

Además relató que sus acompañantes eran tres cubanos y un miembro del dispositivo de seguridad del Presidente Allende (GAP), apodado “El Petizo”.

A Riquelme se le ordenó detonar dos cargas explosivas, en la calle y en el antejardín de la casa del Edecán, provocando su aparición en el balcón y los disparos preventivos que hizo.

Estos fueron contestados por “El Petizo” con una ráfaga de metralleta calibre 22 que liquidó al comandante Araya.

El diputado democratacristiano Claudio Orrego avaló responsablemente la confesión de Riquelme, y añadió: “Es singularmente sospechoso que el Ministro del Interior haya demorado durante tantas horas el desmentido oficial sobre las declaraciones del señor José Luis Riquelme Bascuñán… sospechosa resulta la información de que en la noche del viernes 27 (fecha del asesinato), el Director General de Investigaciones, Alfredo Joignant concurriera al aeropuerto de Pudahuel para embarcar el vuelo del avión de itinerario de Cubana de Aviación, a sujetos que habían obtenido sus documentos minutos antes.

 

 

EN MEMORIA DE LOS 50 AÑOS. III Parte

Mis verdades, diferentes a como la cuentan otros

Continuando con el relato de Toribio, que por razones de espacio y tiempo este interlocutor ha debido sintetizar, proseguí:

─Pero, a tu juicio, en pocas palabras como podrías definir la situación que se vivía en Chile en esos años para que intervinieran las FF.AA.

─Mira, las palabras podrán describir hechos pero no reproducir ni transmitir los sentimientos de quienes vivimos esa tragedia. Es como si alguien te contara que murió una persona muy querida después de una larga enfermedad, estando tu ausente e informarte mucho tiempo después. Tú tomas conocimiento de ello pero no puedes reproducir las vivencias y dolores que padecieron los que si sufrieron ese desenlace. Aquí pasa lo mismo. El país sufría un caos total, absoluto. Es la expresión máxima a la que puede llegar una nación en todo orden de cosas, social, económica y política; la carencia integral del Estado de derecho y el abuso inconcebible de la autoridad atormentaba a toda la población que se manifestaba en las calles con protestas realmene pacíficas -no como las pasadas- y cacerolazos.

La destrucción de la economía había derivado en un desabastecimiento absoluto, dando lugar a un intenso mercado negro y a una inflación desorbitante que a 1973 había superado oficialmente el 500%. El “democrático” mandatario instauró al igual que el dictador cubano, el control de los estómagos de los chilenos obligándolos a integrar las Juntas de Abastecimiento y Precios, como única forma de acceder esporádicamente a productos básicos de alimentación que solo se encontraban en el mercado negro.

 Las generaciones actuales no supieron de las largas colas que desde desde las primeras horas de la madrugada se formaban en los supermercados, para obtener los alimentos más básicos como la leche, arroz, fideos, carne y hasta los colados Nestlé para nuestros infantes. Insólito, pero esta penosa situación y ante la cesantía imperante se dio lugar a una nueva forma de empleo. Individuos que vieron la oportunidad de generar ingresos hacíendo filas durante casi toda la noche, incluso en pleno invierno, para vender al día siguiente su ubicación. De carne solo se disponía del chancho chino y el pollo solo se encontraba en las JAP con cupones de abastecimiento como existen hasta la fecha en Cuba y Venezuela. Harina solo queda para tres días dijo el estadista Allende pocos días antes del 11 de septiembre.

A propósito de esto tuve la oportunidad de participar junto a otros camaradas del “asalto” a un depósito de la JAP. Informados que habían llegado pollos concurrimos con otros oficiales a ver la posibilidad que nos vendieran, pero ante la negativa por no estar acreditados en la lista, saltamos por sobre el mostrador y llamando al público que pasaba le vendíamos un pollo a cada persona. En no más de 20 minutos habíamos vendido la totalidad de la mercadería sin requisito alguno de inscripción.

La carencia de justicia, el intento de implantar a la fuerza  un sistema de educación unificada (ENU) siguiendo los patrones comunistas, el clima de inseguridad que reinaba en todo el país, la pérdida de la libertad de expresión mientras el gobierno pretendía el control sobre los medios de comunicación, en tanto los suyos o afines como El Clarín, El Siglo, Las Noticias de Última Hora, Punto final, etc., utilizaban la mentira y el descrédito para quienes osaran oponerse, cayendo algunos a un nivel tan bajo en sus expresiones como nunca antes observado en Chile; el diario El Rebelde, periódico del MIR, impulsaba todas las formas de lucha y organización del poder popular y Chile Films se sumaba a la campaña de desinformación justificando el proceso de cambios y el desastre a que nos conducía la Unidad Popular.

En resumen, te podría señalar que la situación de nuestro país en esos años, era muy similar a la que ha vivido el pueblo venezolano desde el golpe de Chávez hasta la fecha ─salvo el crimen organizado, que si está presente ahora─ con la única diferencia que nuestras fuerzas armadas no se coludieron con Allende, pese a los esfuerzos de éste por instrumentarlos, como lo fue la integración de oficiales generales como Secretarios de Estado (1972) y su gabinete de Salvación Nacional (1973) al componerlo con los tres Comandantes en Jefe y el Director General de Carabineros. El presidente Allende haciendo uso de un Decreto Ley originado en el año 1932, producto de la revolución que dio origen a la República Socialista se burlaba de las decisiones de la justicia y de la Contraloría General de la República, con los famosos decretos de insistencia, que llevaban la firma de todos los ministros de Estado. Cabe destacar que el “demócrata” Salvador Allende fue partícipe de un desfile junto a Marmaduque Grove y Eric Schnake celebrando el golpe de estado de 1932.

Pero de esto los comunistas y socialistas prefieren no hablar. Son negacionistas

FERNANDO HORMAZABAL DIAZ

General de Brigada (R)

 

 

Enrique Slater @slater_enrique

Estos hechos y muchos más, ocurridos antes del 11 de septiembre de 1973, no son conocidos por gran parte de la juventud. Ellos, en parte motivaron el Pronunciamiento solicitado a las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile.