AL PAN, PAN Y AL VINO, VINO
AL PAN, PAN Y AL VINO, VINO
Por Humberto Julio Reyes
Fue lo primero que se me ocurrió cuando escuché a una parlamentaria quien, junto con proponer un proyecto de ley para que los cotizantes de AFP pudieran retirar el 100% de sus ahorros previsionales, agregaba que de esta forma se consumaría la destrucción del sistema dándole un tiro de gracia.
Agreguemos que ya un parlamentario de un partido de gobierno había propuesto lo mismo pero con el declarado propósito que los ahorrantes salvaran sus saldos antes que les fueran expropiados bajo el eufemismo de la “nacionalización”.
¿En qué país vivimos?
Imagino que muchos, entre los que me cuento, sospechamos desde el primer retiro del 10% que, más allá de la encomiable intención de aliviar la situación económica de muchos compatriotas, existía la intención de cumplir el sueño de “no + AFP”. Bastaba ver de quienes provenía esta iniciativa.
La sospecha se fue confirmando con el segundo y el tercero.
PIENSA MAL Y ACERTARÁS.
Triste pero así es la naturaleza humana y la ocasión la pintaban “calva”.
Comprendo que para quienes imponen en otro sistema previsional el tema pueda parecer secundario, aunque probablemente otros miembros de su grupo familiar o de su círculo de amistades sí estén viviendo hoy en día una situación de alta incertidumbre en relación con sus futuras pensiones.
Sin embargo mi propósito es hacer ver que ciertos sectores que añoran pasar la aplanadora a la institucionalidad vigente ya han decidido sacarse la careta y llamar a las cosas por su nombre lo que, hasta cierto punto, puede ser positivo para que nadie se llame a engaño.
Como vivimos en el país de las paradojas no faltaron quienes han criticado lo propuesto por el parlamentario pero no han hecho lo mismo respecto al proyecto de la parlamentaria, es decir la medida, si se aprueba, sería buena o mala según quien la postule.
Confirmando lo que señalo una larga y bien fundamentada carta en El Mercurio, bajo el título “Un error monumental” hace ver que la seguridad social sería destruida por la propuesta del parlamentario y además infligiría un enorme daño a la solvencia fiscal. Absolutamente de acuerdo pero se trata de “salvar los muebles” ante el inminente incendio.
Finalmente los candidatos presidenciales también coinciden en rechazar el retiro total, aunque “con argumentos disímiles” lo que no asegura que a futuro no se produzcan volteretas según opine “la calle”, algo a lo que debiéramos estar acostumbrados.
¿Y las otras propuestas acaso no buscan o no han buscado como fin último justamente hacer desaparecer el sistema vigente? ¿Por qué no se las menciona en la carta?
Repito, ¿en qué país estamos?
Como nuestros desprestigiados parlamentarios recurren habitualmente a eufemismos y triquiñuelas, además de la mentada “nacionalización” existiría una limitación al retiro de fondos, si un cotizante tuviera más de 40 millones en su cuenta individual, el Estado se quedaría con el vuelto y de ahí la molestia con quien ha propuesto salvar el total de los ahorros.
Imagino que un grupo de personas muy calificadas ha llegado a la conclusión que dicho monto es suficiente para que exista justicia e igualdad, al menos desde el punto de vista del Estado solidario.
Bueno, nada muy novedoso, en otros países han ocurrido cosas parecidas y todo puede suceder con un parlamento como el que tenemos, cuya escasa preparación en temas de cierta complejidad pareciera que sólo es superada por algunos de los recientemente electos constituyentes.
¿Ven como Murphy siempre tiene razón?
Si a usted estimado lector los parlamentarios en ejercicio no le merecen mucho respeto, espérese a ver en acción a la Convención y quizás termine echándolos de menos.
5 de jun. de 21