ARTÍCULOS DE OPINIÓN INTERESANTES
ARTÍCULOS DE OPINIÓN INTERESANTES
LOS QUE HABRIAN ASOLADO CHILE

Por Humberto Julio Reyes
El título de esta columna no es original. Repite, en cierta forma, la frase empleada por el presidente Boric, para respaldar el cambio decretado para el penal de Punta Peuco.
Volveré, más adelante, a mencionar el temerario juicio.
Como columnistas de talla lo han hecho ver, el argumento de la igualdad ante la ley no se sostiene, toda vez que fue la distinta naturaleza de los delitos a castigar con la prisión efectiva, lo que llevó a la construcción de este recinto penal.
Como uno de estos columnistas ha señalado: “la igualdad no puede ser alcanzada por la vía del maltrato”.
Contraloría, al tomar razón del decreto, ha sido específica en una especial diferencia: “la administración interna de ese recinto debe considerar la normativa vigente y los tratados internacionales ratificados por Chile, así como lo resuelto, en definitiva, por los tribunales de justicia, en cuanto al resguardo de la integridad física y la salud de las personas adultas mayores privadas de libertad”.
Si ello se cumple, el régimen sería similar al de Colina I, donde, pese a las duras condiciones impuestas por el repetidamente denunciado hacinamiento de los reclusos, se mantiene la necesaria segregación respecto de los delincuentes comunes.
Siendo así, la decisión presidencial, que nos recuerda el fallido intento de la expresidente Bachelet de cerrar el recinto, frustrado por su ministro de justicia, sólo implicaría “causar aflicción extrema”, uno de los sinónimos de asolar.
Pienso, en todo caso, que esta aflicción afectará principalmente a inocentes, es decir las familias de los presos y quienes los apoyan en una u otra forma, toda vez que los internos han demostrado a través de los años su resiliencia frente a la adversidad y la arbitrariedad que les ha negado todos los beneficios a que tienen derecho.
Pero, sin pecar de optimista, todavía podría revertirse la medida por efecto de algún recurso ya interpuesto o, a futuro, cuando sean otras las autoridades que hereden este “legado”.
Volviendo a la frase del presidente que atribuye a la dictadura civil y militar el haber asolado Chile durante 17 años, lo que implica destruir, arruinar o arrasar, bastaría con comparar las cifras del país cuando dicha dictadura asumió con las que existían al entregar el gobierno. Los datos no mienten.
Para finalizar y como viví los 1000 días de la Unidad Popular y tengo casualmente a mano el testimonio de don Julio Bazán Álvarez en su libro “Lo derrocó el pueblo” (Editorial Maye 2009), creo que fue ese desgobierno el que sí asoló nuestra Patria, dejándonos como legado una división que supera el medio siglo y que se expresa, ahora, en el cambio decretado para Punta Peuco.
6 de noviembre de 2025.
*Los Principios no se Negocian: se Honran*

Por Cristián Labbé Galilea
Una persona ruin es alguien cuya conducta refleja el deseo de causar daño a otro, movido por la frustración y el resentimiento. Esta definición nos permite entender las razones que movieron al Presidente a decretar, en el ocaso de su mandato, el cierre del Penal Punta Peuco, transformándolo en una cárcel común. Con esta decisión, el mandatario demostró una vez más su debilidad emocional, ligada más a problemas de salud mental como la ansiedad o la depresión, que a un acto de poder.
Un hombre de bien, un “político de fuste”, no requiere hacer daño innecesario -porque su poder no depende del menoscabo que pueda inferir a su adversario-, sino del bien que pueda hacer a la sociedad a la que pertenece. En cambio, la satisfacción del hombre ruin se alimenta del odio, la venganza y la felonía. Tal es el caso del Presidente, para quien la ruindad de su actuar no es otra cosa que una confesión de su inferioridad. Es la frustración hecha palabra.
Frente a este tipo de comportamiento, la respuesta más sabia es la “nobleza, la dignidad, y la convicción”, que animan a los “políticos de talla” -a los estadistas-, las mismas que han mantenido siempre de pie y erguido al soldado chileno. Descender al nivel de un político ruin, por muy alto que sea su cargo, es “una bobada”, porque la dignidad y el honor se resguardan negándose a caer en el juego sucio.
Mis leales lectores saben lo que piensa esta pluma, tanto sobre la injusta persecución y el ánimo de venganza que ha inspirado a la izquierda y sus adláteres, como sobre aquellos políticos que “miran para el lado” cuando se trata de defender a los militares. Por ello, en esta oportunidad sólo subrayará que: “la verdadera fortaleza de un soldado es mantener su dignidad, y la de un político… actuar con consecuencia, por adverso que se vuelva el entorno”.
Lo preocupante, estando ad-portas de una elección, es “la felonía” -la traición política-, no sólo del Presidente por el cierre de Punta Peuco, sino de aquellos sectores políticos en quienes se ha confiado, porque la felonía política, venga de donde venga, hiere la confianza en las instituciones republicanas, fundamento esencial en la convivencia humana.
Desde la antigüedad, la felonía ha sido considerada una degradación moral. Dante Alighieri, en La Divina Comedia, ubica a los traidores en “el último círculo del Infierno”, congelados en hielo, imagen que resume “la fría alma del felón”, aquel que traiciona con frialdad la confianza, pilar que sostiene la paz, la concordia y el respeto en el orden social.
Por último, esta pluma concluye que el elector privilegiará a aquellos políticos que muestren consecuencia con los principios que dicen representar, y coherencia entre la palabra y la acción. En política, donde la tentación del poder suele doblar las convicciones, ganarán quienes tengan claro que: *“Los principios no se negocian… se honran”.*