Carta Navideña

Saludo Navideño 2023 PP

Punta Peuco, 19 de diciembre de 2023

Queridos patriotas, ha transcurrido un año desde mi último saludo navideño, el cual fue nutrido de esperanza en que las cosas iban a mejorar, de palabras alimentadas por la fuerza del pensamiento socrático-aristotélico e imbuidas en la fe cristiana y su filosofía del amor samaritano, ideas, que por cierto mantengo, y que de todo corazón quiero seguir transmitiéndoles a través de mis palabras y de mis acciones.

Pero, como la identidad de un pueblo no solo se alimenta del mito fundacional de la civilización a la que pertenecemos, sino, además, de la historia heroica, me veo en la obligación moral de retomar el saludo, pero ahora, enfocada en este último punto, habida cuenta la serie de acontecimientos acaecidos durante este año 2023 y, que los ha tenido a ustedes como protagonistas principales de este amargo guion de nuestra historia judicial presente.

Desconocer y/o deformar la historia y destruir la imagen de nuestros héroes, de esos valientes soldados que recuperaron para Chile la libertad, cuya hazaña ha querido ser borrada por el poder político, destruyendo sus símbolos y mancillando sus nombres, son dos formas de atentar contra la identidad del pueblo chileno; pero hacerlo de una manera “camuflada”, canalizando la ideología de extrema izquierda a través de nuestras instituciones jurídicas, aprovechando un sistema de juzgamiento penal inquisitorio y secreto, y la visión de jueces sesgados, “contaminados” por esas nefastas ideas, es una manera de destruir lentamente esta filiación patriótica, cual desangre que no tiene la posibilidad de frenarse, sino hasta cuando la anemia se transforma en una muerte identitaria.

 Así las cosas, este último año nos ha mostrado lo peor de la justicia chilena en materia de derechos humanos; el encarcelamiento a raudales de militares continúa, ahora al alero del denominado “Plan de Búsqueda”, y según parece, quiere mantenerse indefinidamente, hasta “exterminar” a una generación completa de valientes soldados que dieron su vida y sacrificaron para siempre su libertad personal, guiados exclusivamente por el mandato del “cumplimiento del deber militar”, y con el único objeto de garantizarnos la recuperación de nuestra libertad, y con ello, del concepto de “nación chilena”, reconstruyendo nuestra República y salvándonos de las garras del marxismo.

Desafortunadamente, la política carcelaria ni siquiera se ha preocupado de por lo menos “adecuar” los recintos penales a esta triste e injusta realidad, sino que, por el contrario, los recursos destinados al cuidado y protección de los presos ya no existen, y la mala salud mental y física de los internos derivada de esta lamentable privación, se ha visto agravada progresivamente, sumándole los efectos catastróficos de un hacinamiento descontrolado de los recintos carcelarios que guarnecen a nuestros héroes olvidados.

 Ni siquiera el imperativo categórico de “respeto a la dignidad del prójimo” los ha librado a ustedes de la “mano dura” de este Estado indolente, que es sordo, ciego y mudo a la muerte indigna al interior de una cárcel, aun cuando, se trate de ancianos enfermos terminales. La misericordia no existe y la justicia, vacía de piedad, se ha llenado de venganza.

 En vez de avanzar y progresar en dignidad y respeto hacia los seres humanos, hemos retrocedido millones de años en esta materia, transformándonos en homínidos primitivos, brutos, carentes de moral y valores.

Desaprender y/o distorsionar nuestra historia heroica y juzgarla con los ojos del presente, con la complicidad de una institucionalidad que no ha dado el ancho en materia de justicia, significa un desprecio a la patria chilena, a esa identidad que nos pertenece como ser humano, que es dueño de su subjetividad, y que lo hace “ser chileno”.

 Implica, además, traicionar esa verdad, que el lenguaje reclama y permite que sea manifestada, por ejemplo, exigiendo la ceguera de la diosa Themis y, rechazando la Némesis, que, por años, ha sido impulsada por la extrema izquierda chilena.

A fin de evitar que este atentado contra la patria termine por destruirnos a nosotros mismos y, en cierto modo, arrojándonos al vacío, a la nada misma, “dejando de ser” lo que somos como chilenos, mi mensaje para esta Navidad de 2023, es que esta abogada se enfocará -a través de sus acciones profesionales- en lograr impedir esta auto destrucción (porque maltratar nuestros héroes es destruirse a sí mismo) y así, evitar que nos termine condenando a vivir en un mundo de sombras y mentiras.

Lo que les quiero decir, es que esta finalidad no se agota solo con la búsqueda de justicia, sino que busca romper esta injusta heteronomía a la que han sido sometidos, especialmente, aquellos de ustedes que, por edad y estado de salud, ya no están en condiciones de seguir soportando un encierro inhumano.

Ese es mi compromiso, y en eso irán destinadas mis fuerzas este nuevo año 2024.

Reciban un fuerte abrazo y toda mi eterna admiración y gratitud por su noble actuar heroico.

 Carla Fernández Montero

 Una Patriota

 

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