Agresión al presidente del TC

Con gran estupor hemos recibido la noticia de la cobarde agresión de que ha sido objeto el presidente del Tribunal Constitucional, ministro Iván Aróstica Maldonado, al retirarse de la sede del mismo, una vez concluida la audiencia pública relacionada con el proyecto de ley que sustituye el Decreto Ley N° 321, de 1925, sobre libertad condicional para los penados, impugnado por dos requerimientos parlamentarios.

Repugna la conciencia más elemental un acto de intolerancia semejante cuando, precisamente, esa magistratura constitucional realizaba un ejercicio democrático indiscutido al convocar a los interesados en exponer los estándares que conviene tener presente en la decisión que el Tribunal debe adoptar. Este ejercicio ha venido siendo aplicado por el Tribunal desde el año 2007 para ilustrar a sus miembros acerca de los efectos que una declaración de inconstitucionalidad podría producir. 

La agresión de que ha sido objeto el presidente Aróstica revela que hay sectores en nuestro país que no creen en la democracia y, particularmente, en el ejercicio deliberativo que ella supone. Por el contrario, nos retrotraen a los tiempos de la barbarie y de la falta de civilización en los que sustentar una determinada idea o punto de vista era suficiente para arremeter contra quien pensaba diferente. 

Como expresidentes del Tribunal Constitucional, repudiamos enérgicamente el atentado al ministro Aróstica, porque, sin perjuicio de lo ya expresado, vemos en este acto un rechazo frontal hacia la institucionalidad que el país se hadado para resolver sus conflictos. Atentar contra un juez no es otra cosa que negar la acción de la justicia. 

Manuel Jiménez Bulnes; Juan Colombo C.; José Luis Cea Egaña; Marcelo Venegas P.; Raúl Bertelsen Repetto; Marisol Peña T.; Carlos Carmona Santander 

La violencia no debe ser escuchada

Con consternación hemos visto la cobarde agresión sufrida el miércoles por nuestro distinguido profesor, don Iván Aróstica Maldonado. 

Quienes atacan amparados en el anonimato de la masa deben saber que, al agredir al presidente del Tribunal Constitucional, han violentado nuestra institucionalidad republicana. Que al asaltar a un formador de generaciones de abogados, han vulnerado una noble profesión. Que al utilizar la violencia irracional sobre un ser humano, han desconocido su dignidad trascendental y sus derechos fundamentales. 

Quienes conocemos a don Iván Aróstica Maldonado, sabemos que estos hechos no afectarán en nada sus convicciones ni sus decisiones.

Pero quienes lo agredieron deben saber que sus acciones se han ganado el repudio generalizado. 

Quienes hablan a través de la violencia no merecen ser escuchados.

Gonzalo Rioseco M.; Carolina Devoto B.; Julio Alvear T.; José Manuel Díazde Valdés; Sergio Verdugo R.; Nicolás Enteiche R.
Facultad de Derecho 
Universidad del Desarrollo