CHILE, BAJO EL FUEGO
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CHILE, BAJO EL FUEGO
¡Como quieren que no quememos todo ¡
Solo pasa en nuestro querido Chile, en que “honorables” parlamentarios que no condicen su condición de los mejores pagados del mundo con su deplorable desempeño, y sean autores de tan irracional llamado. Una diputada, hoy despojada de su fuero para investigar uno de los mayores negociados de nuestra historia parlamentaria; y una senadora, elegida sin las capacidades y aptitudes, solo después de haber sido víctima de un accidente durante el octubrismo de 2019 y sufriera pérdida de visión.
Tal funesto llamado fue acogido por individuos inescrupulosos que, tras un incentivo económico personal desataron uno de los incendios más devastadores en la región de Valparaíso, en febrero de 2024, con un saldo de 8.500 hás. quemadas, 12.500 viviendas destruidas y 131 fallecidos. Súmese a lo anterior los incendios forestales, que, si bien es cierto, las condiciones ambientales hacen propicio los siniestros en meses de verano, la mayor parte de ellos son causados por personas, ya sea en forma accidental; en quemas legales autorizadas; y exprofeso por móviles políticos, que constituyen la mayoría. Como lo ha sido en la zona de la Araucanía, atribuida a reivindicaciones de movimientos mapuches en actos claros de terrorismo, afectando incluso a pequeños agricultores que han visto perdidas sus fuentes de trabajo, animales, herramientas y maquinarias, aumentando la cesantía en una de las regiones más pobres del país.
De acuerdo a CONAF, en el periodo 2022-2023, se quemaron 428.343 hás.; durante el 2023-2024, 71.923 hás y en su último informe (18-02-2025) en el periodo 2024-2025 se han contabilizado 51.926 hás, que incluyen 12 regiones, siendo las más afectadas: Maule, Ñuble, Biobío, Araucanía. Durante el año 2024 fueron investigados 1.484 casos, de los cuales el 75% no arrojó resultados y solamente se conocieron 51 sentencias, lo que indica la dificultad en establecer las responsabilidades y la falta de capacidad del Estado para lograr éxito en las investigaciones.
Quizás los chilenos que nos informamos a través de los medios, no logremos comprender las dimensiones de esta tragedia, las cifras sin frías, pero si identificamos las superficies de ciudades o países nuestra percepción cambiará radicalmente. Así, en los periodos precitados corresponderían a países como la Polinesia Francesa o las comunas de Tocopilla o Lebu; Singapur o la comuna de Pichilemu; Guam, la ciudad de Montevideo o las comunas de Quilpué o Lanco.
Lo más dramático de estos siniestros, es que en muchos casos corresponden a agricultores de la misma etnia mapuche, a los que por lo general no les llega la ayuda del Estado. Por otra parte, los indicios de intencionalidad son evidentes: La simultaneidad de los diferentes focos; el ataque con disparos de perdigones a las aeronaves encargadas de apagar los incendios, en Lebu y Collipulli; el ataque u obstrucciones a los carros de bomberos; la existencia de acelerantes en sectores de difícil de acceso; y la detención de individuos considerados como sospechosos, ponen en evidencia que es parte de un plan preconcebido.
A juicio de Toribio, no puede desterrarse la idea que sean en coordinación con mapuches del otro lado de la Cordillera, cuyos incendios amenazan con ingresar a nuestro territorio por la proximidad de la frontera -en su afán de recuperar todo el Wallmapu- donde sí, el gobierno argentino los ha calificado de terroristas aplicando la legislación vigente. En cambio, en Chile, dudo si el gobierno tendrá la voluntad de aplicar la ley recién promulgada tras un largo y tedioso parto, y después de haber sido los propiciadores de la violencia en Chile. Se ha sumado a los gobiernos anteriores al negarse a ejercer el Estado de Derecho, mirando hacia el lado, lo que los convierte en cómplices activos del terrorismo existente en la Macro Zona Sur. El estado de emergencia sui- generis decretado, con facultades en extremo limitadas es fácilmente burlado. No existe voluntad alguna en combatirlo.
Que mejor ejemplo: el financiamiento estatal para el Laboratorio de Estudio de Violencia Institucional, desarrollado en el mal llamado Museo de la Memoria, con la Primera Escuela de Formación en Prácticas de Acompañamientos y Elaboración de la Violencia del Estado, teniendo como objeto analizar los tipos de sufrimientos asociados a la violencia institucional en octubre de 2019 y proponer estrategias de reparación.
Fernando Hormazábal Díaz
General de Brigada (R)