Claudio Moran Ibáñez.
“Juguemos en el bosque, mientras que el lobo no esta. ¿Lobo estás?”. No puedo conceptualizar de otra manera los devaneos de la adormecida conciencia de vastos sectores ciudadanos, especialmente de aquellos que osan denominarse “de derecha”. En medio de calores veraniegos y abundancia de frutas, playas, viajes, creen que todo lo que esta pasando en Chile era solo un mal sueño. No es así, es una pesadilla y se esta desarrollando. Pero les dan un caramelo, un ministro de hacienda “neoliberal” y creen que todo se arreglara. ¿Será que nunca les enseñaron a leer completas las informaciones y analizarlas? Tal parece que no.
Esta semana muchos observamos el video de delincuentes extranjeros en Iquique golpeando a Carabineros en un procedimiento. Espero esa vergonzosa escena  haya removido algunas conciencias sobre la triste realidad que vivimos hace rato, y a ver si se entiende lo que va a venir, que es mucho peor. Nada ocurre ni ha ocurrido por casualidad, y poco a poco, cada vez mas gente e instituciones van entrando a la boca del lobo globalista que se esta engullendo a Chile. ¿Se olvidaron que quienes trajeron esos inmigrantes son los que hoy llegan al gobierno y culpables directos de la situación?
Así es como observamos sumisos a miles que ruegan a la convención constituyente- no “constitucional” porque siempre ha habido constitución-, a fin que se dignen considerar derechos e instituciones que desde siempre hemos tenido, dentro del engendro que están formalizando. Desde los derechos mas básicos, llegando a la consagración constitucional de las Fuerzas armadas y policías, que por cierto, hoy lo están. Pero Carabineros, cuya misión es precisamente proteger a los ciudadanos en las calles y en sus casas, hoy requiere protección, el mundo al revés. Sabido es que si un policía uniformado golpea a un delincuente y con mayor razón si es extranjero, sufre las penas del infierno partiendo por la baja institucional.
El gobierno que se instala oficialmente en marzo pero que de facto ya ha comenzado a gobernar dadas las prebendas que el moribundo Chile Vamos le concede, tratará de empatar el tiempo-para eso requería a un Marcel- hasta que con los bonos y encuestas altos, lleve a la aprobación plebiscitaria la nueva constitución. Eso es de manual político. No obstante, la amabilidad aparente sumado al buenismo, con que la hipocresía y la cobardía colectivas observan impávidos como termina de desmoronarse el país  que construimos en mas de 200 años de vida independiente y otros 300 mas a cargo de España.
Chile cayó sonámbulo al abismo. Ministros de Estado colocados por la ONU, organización detrás de todo lo que aquí ocurre, ministros nacidos y criados en  Cuba, agentes del castrismo. Terrorismo desatado, pronta amnistía a los terroristas de Octubre, negociación con el terrorismo de la Araucanía, destrucción de las instituciones, de todas, sometimiento colectivo a nuevas formas de dictadura totalitaria. Pero los inconscientes miserables de siempre preocupados de como mantienen sus parcelas de poder personal mientras se ha dado luz verde a la ocupación ilegal de propiedades, “que no serán desalojados”.
No estimados, el lobo esta aquí hace rato y se esta engullendo a las ovejas, porque cada chileno es hoy un cordero al matadero, lo sabe y se hace el leso, el miedo los paraliza a los humanos, los otros son zombies, nada se puede esperar. Aprovecharemos de seguir opinando mientras la ley aun lo permita, pronto vendrá la ley de medios y se proscribirá las opiniones disidentes. Pero nada de esto me asombra, el dilema verdadero hoy es globalismo versus estado nacional, no derechas e izquierdas, si no lo entendemos a tiempo aseguro esto no será como Argentina, será muy parecido a Cuba. Me pregunto qué quedó del roto chileno, y de Pedro Urdemales. Qué quedo del chileno valiente y del inteligente, porque no tenemos ni unos ni otros.
El verano no suspende la tragedia, ella se desarrolla sin obstáculos, y no es que después vaya a haber muchos, acaso es ya demasiado tarde. Perdimos Chile, y a nadie parece importarle.