*PERSECUCIÓN DISFRAZADA DE JUSTICIA*

Señor Director,

Estos dos últimos años han sido extremadamente difícil para nuestra familia. Mi abuelo está siendo acusado injustamente de un delito cometido por otros en el año 1973, o sea un hecho ocurrido hace más de 51 años atrás, siendo un joven subteniente recién egresado de la Escuela Militar, perseguido sin pruebas contundentes, sin fundamentos legales, obviando un principio básico como es respetar el debido proceso. La acusación se basa únicamente en especulaciones, sin sustento, lo que hace aún más alarmante esta situación; ni siquiera cumple los requisitos de una “presunción judicial”.

Es angustiante ver cómo una persona inocente enfrenta semejante injusticia, sufriendo no solo un profundo desgaste emocional, sino también un daño irreparable a su honor y reputación. Mi abuelo es un hombre intachable y admirable, con una destacada carrera como oficial del Ejército, y verlo sometido a esta persecución injustificada ha afectado gravemente a toda nuestra familia.

Como familia, y en particular como su nieto mayor de18 años, solicito respetuosamente a la Corte de Apelaciones de Temuco que se realice una revisión objetiva y transparente del caso, asegurando que la justicia actúe con la responsabilidad que corresponde. El impacto psicológico y emocional que esta injusticia ha causado es alarmante, sobre todo cuando se trata de la misma justicia en la que, como chilenos, se supone que debemos confiar.

Raimundo Hermosilla Fuentes