El encuentro de dos conversos
El encuentro de dos conversos
(Tomado de conversaciones con Pilar Vergara, El Mercurio de Santiago, 1 de noviembre de 2015, cuerpo D, 6)
Después de recorrer el mundo por sendas vidas de exilio, Roberto Ampuero, el “hombre del verde olivo”, y Mauricio Rojas, el mirista que se convirtió en miembro elegido dos veces en el parlamento de Suecia anticipa, la elaboración de un libro que recoge ese encuentro, tan desgarrador como polémico, porque saca roncha a siniestra y también a diestra.
Recuerdan su dura militancia uno en el Partido Comunista y otro en el MIR, sus años de exilio, uno en Cuba donde formó parte de la élite y en Alemania Comunista, y el otro como activo militante de izquierda en Suecia, desde donde pudieron constatar la vida en los “socialismos reales”, llevándolos finalmente a su “conversión” a las ideas de la libertad y la democracia, haciendo un llamado a no tropezar con la misma piedra de las divisiones y enfrentamientos en el país y a defender lo conseguido en años de democracia.
En el libro evidencian la mistificación que se ha hecho sobre el Chile de fines de los 60 y principios del 70, manifiestan que se ha hecho un cuento histórico, no una historia de verdad.
Por ejemplo, indican que Miguel Enríquez, ha pasado a la historia como un luchador que en realidad, no lo fue. “El, y en general nuestros dirigentes, estaban por la destrucción de la democracia porque la consideraban burguesa. El MIR pasa a las acciones armadas ya en tiempos de Frei.
Las responsabilidades que condujeron al golpe militar sin tremendamente compartidas. Lo que nos pasó en ese tiempo es la lección sobre una sociedad que se divide , en que las personas se transforman en enemigos hasta destruirse . Porque el año 73 estábamos en una guerra civil mental, una mitad del país odiaba a la otra mitad tanto, como para hacer todo tipo de brutalidades”.
Manifiestan que “la historia se escribe desde el presente y dentro de la identificación de ciertos personajes históricos, desvirtuando su papel real”, indican que “se está idealizando el pasado, incluso se idealiza a ese Chile como solidario e incluso próspero, cuando en realidad, nunca ha habido tanta pobreza en el país como en esos años” , concluyendo que proyectar esa alternativa es un salto al vacío
“Cuando tu rompes con el marxismo que te lo ordena todo, quedas en el vacío… y eso es terrible”, confiesan.