El “Vientre Blando” Se Rinde Otra Vez
El “Vientre Blando” Se Rinde Otra Vez
Por Hermógenes Pérez de Arce
Churchill decía que “el vientre blando” del Eje era Italia, y ahí había que golpear. La derecha chilena tiene su “vientre blando”, el piñerismo, y ahí golpea la izquierda. Ése es el principal problema político-publicitario que tenemos: repetir consignas de la izquierda, debilitando nuestro relato.
Hoy en El Mercurio David Galllagher escribe: “El problema es que, si bien una mayoría de chilenos deplora el golpe, y los brutales atropellos a los derechos humanos –ejecuciones, desapariciones, torturas, exilio– que siguieron, sólo una minoría tiene una imagen positiva de la UP”. ¡Se conduele de esto último!
Pero los “brutales atropellos” son falsos. “Ejecuciones”, era obvio que había que disparar en respuesta a los terroristas. Ellos dispararon primero. “Desapariciones”: ¿cómo iba a saber la Junta que carabineros rasos de Lonquén iban a matar por su cuenta, junto a civiles, a una familia UP abusadora e iban a ocultar los restos en un horno abandonado?. Ni siquiera el comisario del cuartel lo supo. “Torturas”: bajo Allende se torturaba y se publicaba en El Mercurio; y también Frei había torturado, según los abogados socialistas (Punto Final, 1970). Pero eso no era “brutal”. ¿Cómo la Junta iba a erradicar esas prácticas cuando se trataba de derrotar al terrorismo real?. “Exilio”: falso, la Junta no exilió como política, sino que expulsó a menos de diez personas en 17 años y, también, permitió que asilados en embajadas y buscados por los servicios de seguridad dejaran el territorio a pedido de otros países o recibieran conmutación de presidio a extrañamiento en el exterior. Pero no hubo política de exilio.
Bueno, el hecho es que con este grado de entreguismo tenemos perdida la batalla publicitaria y prevalecen las consignas falsas que vocea Boric.
En cambio ¿cuándo la prensa de derecha ha publicado la confesión de Allende a Regis Debray, en agosto de 1973, de haber optado por la vía armada para hacerse del poder total? No aparece, pero lo confesó textualmente: “Sabíamos bien que teníamos necesidad de tiempo para organizarnos, armarnos y preparar debidamente LAS ESTRUCTURAS MILITARES DE LOS PARTIDOS DE LA UNIDAD POPULAR. Fue una carrera en contra del tiempo” (mayúsculas mías, “Le Nouvel Observateur, París, 17.09.73).
¿Qué mayor confesión? Por eso la mayoría democrática de la Cámara convocó a los militares el 22 de agosto de 1973. Por eso Frei Montalva, Aylwin y todo el Chile no-marxista los defendían y se negaban a criticarlos después del 11, cuando se producía el 55% de todas las muertes, como consta en tantas partes. Que después los traicionaran fue otra cosa. ¡”Darse vuelta la chaqueta” es tan chileno! Lo mismo hicieron Juan Emilio Cheyre en 2004 y Sebastián Piñera en 2010. El primero culpó al gobierno militar DE TODO. El segundo triplicó las querellas. Fue parte del “pago de Chile”.
La batalla de hoy es publicitaria. Los grandes culpables de la violencia están en la izquierda, pero ella se ha descargado de culpas calumniando a Pinochet. Y el “vientre blando” le colabora en esa tarea.
Los militares ganaron la guerra al comunismo, pero la traición ha terminado con 300 de ellos presos y todos perdiendo la posguerra. Y en eso estamos: soportando las inepcias insolentes de Boric y teniendo que pedir perdón por no ser hoy otra Cuba miserable, arruinada y de donde todos quieren arrancar.