He dejado pasar más de 24 horas, lo que aconseja el sentido común, para referirme a un tema que hoy ocupa a la opinión pública, me refiero al incidente derivado de un evento deportivo privado, realizado en la Escuela Militar. Por razones de ética profesional y por haber integrado el Alto Mando Institucional no cuestionaré la decisión de las actuales autoridades del Ejército, lo que no obsta a que haga las siguientes reflexiones:  
1. Ha quedado perfectamente claro a la fecha, que el mencionado evento no fue un homenaje al Brigadier Miguel Krassnoff M., recluido hoy en Punta Peuco, sino un evento deportivo entre varias promociones de ex cadetes y ex oficiales de Ejército, que incluyó un reconocimiento a quienes formaron parte de su formación y entre los cuales estaba Miguel Krassnoff padre, quien fuera subdirector de la Escuela Militar durante dicho período, lo que es de normal ocurrencia.
2. La intervención del coronel Krassnoff, si bien en su calidad de tal puede ser cuestionada por  el tenor de su expresiones al recordar a su padre, lo que en el fondo constituyó una crítica política, lo hizo estimando sin duda que estaba en un ambiente familiar y que podía tomarse esas libertades, situación que con posterioridad  le fuera observada por el Director de la Escuela Militar en forma privada,  quien obró en forma correcta, por cuanto es lo que debe hacer todo superior, cuando hay personal de menor graduación presente.
3. Krassnoff habló desde su corazón, por el drama que ha vivido toda su familia desde tiempos pretéritos, abuelo y bisabuelos paternos, ambos generales, fueron ahorcados en la Plaza Roja de Moscú por oponerse al régimen soviético y ahora su padre, por las causales que todos conocen, por formar parte de un organismo al cual no pidió ni eligió para servir; el fallecimiento de una hermana a cuyo funeral su padre no pudo concurrir y el cáncer que ha afectado a su madre.
4. El coronel Germán Villarroel no conoció ni pudo haber previsto lo que diría el coronel Krassnoff, y de haberlo sabido no les quepa la menor duda que jamás lo habría permitido. Pertenece a una generación de oficiales de legendaria tradición y de sobresalientes desempeño institucional. El director de la Escuela Militar es elegido por méritos entre los mejores oficiales superiores del Ejército de Chile.
5. Hago un llamado el señor ministro de Defensa Nacional a que cuida las instituciones bajo su dependencia, pues como él ha señalado, no es conveniente usar este tipo de situaciones para beneficio personal. Los términos de sus expresiones, la exigencia de un plazo perentorio contrario a la normativa institucional, que ni siquiera es exigida a estudiantes que cometen graves delitos, ha calado hondo en la Institución lo que a futuro puede traer consecuencias no deseadas.
6. En los mismos términos apelo al señor Ministro de Justicia, cuando hace referencia a “homenaje a un condenado por delitos de lesa humanidad,” que recuerde lo que menciona el artículo 44 de la ley 20.357, en concordancia con el Estatuto de Roma, en cuya moción de origen participó como senador de la Republica: Los hechos de que trata esta ley cometidos con anterioridad a su promulgación continuarán rigiéndose por la normativa vigente a ese momento. En consecuencia, las disposiciones de la presente ley solo serán aplicables a hechos cuyo principio de ejecución sea a posterior a su entrada en vigencia. La citada ley fue promulgada el 20 de junio de 2009.
Fernando Hormazábal Díaz
General de Brigada