Hoy muchos Detectives se levantaron con el corazón apretado, pues ayer en la tarde  falleció en el Hospital de DIPRECA, el Comisario (R) Jorge Barraza Riveros, referente y formador de toda una generación de policías, que aprendieron a investigar usando el ingenio, la valentía y la lucidez, con lo cual se ganó el respeto transversal en el ámbito social y político de nuestro país.
Ayer cuando los medios comunicaban al país, la gestión presidencial en Francia, para lograr la extradición de Ricardo Palma Salamanca, en una cama de Hospital vivía sus últimos momentos uno de los mejores Detectives que ha tenido y tendrá Chile. En su trayectoria policial se debe destacar el esclarecimiento del homicidio, por parte de miembros de las Fuerzas Rebeldes y Populares Lautaro, del Jefe Regional de Concepción de la PDI, Prefecto Héctor Sarmiento Hidalgo, y posteriormente el esclarecimiento del secuestro de Cristian Edwards del Río, el homicidio del Senador de la República Jaime Guzmán Errazuriz y el homicidio del Coronel Luis Fontaine Manríquez, entre otros delitos de gran complejidad, cometidos por integrantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez Autónomo.
Todo este trabajo detectivesco lo realizó a principios de los años ‘90, recién recuperada la democracia en nuestro país, con las dificultades y escasos medios logísticos con los que contaba la policía en esos momentos. Pese a ello, el Comisario Barraza supo liderar a un grupo de Detectives que creyeron en este gran investigador, logrando esclarecer los delitos de mayor relevancia para esa época, sin disparar ni un tiro y menos ser acusados de algún atropello a los derechos humanos, haciendo carne lo que tantas veces dijo, en el sentido de que “el peso de la prueba, obtenida con ingenio y metodología policial, no da lugar a cuestionamientos de ninguna naturaleza”.
Cómo no recordar sus dotes declamatorias, su capacidad de ponerle apodos a los blancos de investigación, como una fórmula de ocultar de quiénes se trataban, así como su porte, que resaltaba en donde llegara, del mismo modo que sus palabras y frases célebres. Entre otras, llamaba “hijo” a todos subalternos jóvenes, porque así los consideraba, y era tradicional en él decir “No llore sentado en la cuneta”, cuando alguien estaba deprimido. Del mismo modo, solía decir “Estamos en la Cresta de la Ola” o “estamos siendo parte de la Historia de Chile” en los momentos más complejos, cuando necesitaba que todos pusiéramos el máximo de nuestras capacidades, para conseguir una detención o culminar una investigación policial.
Por todo esto, muchos detectives que fuimos parte de tu camada, te decimos hasta pronto “PAPAZÓN”, como te llamábamos cariñosamente a tus espaldas.
Y, como dice, el cliché, descansa en Paz. Te lo mereciste, te lo mereces y por siempre te lo merecerás.
José Luis López Leiva
Prefecto Inspector