FF.AA. y Carabineros:

FF.AA. y Carabineros:
UNA RESERVA MORAL QUE MOLESTA A MUCHOS.
UNA RESERVA MORAL QUE MOLESTA A MUCHOS.
Por Christian Slater Escanilla – Un Patriota sin Partido Político
Mientras la Contraloría revela que más de 25.000 funcionarios públicos se fueron de vacaciones al extranjero estando con licencia médica —un escándalo ético y administrativo de proporciones—, ni un solo integrante activo de las Fuerzas Armadas aparece involucrado.
Y no es casual. Es una muestra más de que, pese al abandono y las críticas permanentes, nuestras Fuerzas Armadas siguen siendo, en la práctica, la reserva moral de la nación.
Pero esto parece incomodar profundamente. Porque una de las tantas injusticias que se cometen contra ellas, es que cualquiera puede insultarlas, denostarlas o despreciarlas públicamente, sin temor a una respuesta: sus integrantes tienen prohibido contestar, incluso frente a la calumnia.
Peor aún, muchos uniformados en retiro enfrentan causas penales por hechos ocurridos entre 1973 y 2000, donde deben probar su inocencia, lo que contradice completamente el principio jurídico más básico de nuestro sistema: toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario. A ellos no se les aplica ese principio con la misma fuerza que a cualquier otro ciudadano.
Y por si fuera poco, las actuales Reglas de Uso de la Fuerza —impulsadas por una clase política temerosa de los violentistas— han desarmado moral y legalmente a los uniformados que enfrentan situaciones límite. Estas reglas protegen al delincuente, al encapuchado y al terrorista, dejando a los soldados, carabineros y marinos en total indefensión.
¿Simple coincidencia… o una macabra estrategia?
Todo indica que no es casual: lo que vivimos parece ser una meticulosa operación de demolición moral y cultural, liderada por la izquierda progresista e inteligentemente tolerada —cuando no apoyada— por la derecha amarilla. Una izquierda que ataca sin pudor los pilares de la nación, y una derecha que calla, cede, negocia o se esconde.
¿El objetivo?
Debilitar a las Fuerzas Armadas, relativizar la historia, borrar la chilenidad, e instalar un nuevo relato donde el victimario se presenta como víctima y el defensor de la patria como criminal.
ESTO NO ES ARTE. ES UNA ADVERTENCIA MÁS.
Mientras en el Museo Nacional de Bellas Artes se exhibe una bandera chilena mutilada como si fuera una obra legítima, en el corazón del Estado se infiltran ideologías que desprecian todo lo que esa bandera representa: patria, historia, identidad y honor.
Este no es un gesto aislado ni una provocación creativa. Es parte de una agenda más profunda que busca destruir nuestros símbolos, relativizar nuestra historia y debilitar la última barrera de la República: nuestras Fuerzas Armadas y de Orden.
¿Crees que es exagerado?
Entonces mira lo que está pasando hoy en la administración pública: más de 25.000 funcionarios públicos sorprendidos vacacionando mientras estaban con licencia médica, contratados en muchos casos por favores políticos, cuoteo ideológico o clientelismo encubierto.
Esto no es casualidad. Es consecuencia. Y tiene responsables.
Te invito a leer la columna completa:
25.000 SINVERGÜENZAS Y UNA REPÚBLICA EN DESARME MORAL.
Por Christian Slater Escanilla – Un Patriota sin Partido Político
Bajada de página:
“…El escándalo de los funcionarios públicos que se fueron de vacaciones con licencia médica no es un error administrativo ni un caso aislado. Es la consecuencia de décadas de captura del Estado por parte de una clase política —de izquierda y derecha— que relativizó el deber, desmanteló las bases éticas de la República y hoy tiene en la mira su último obstáculo: las Fuerzas Armadas y de Orden. Esta no es una derrota del progresismo; es su victoria cultural. Y la única alternativa real para revertir esta decadencia ya tiene nombre…”
- Cuando la política desarmó el alma de la República: la reforma del 2005.
En 2005, bajo el gobierno de Ricardo Lagos y con apoyo transversal de la clase política, se modificó la Constitución eliminando el rol de las Fuerzas Armadas como garantes del orden institucional de la República. El artículo 90 de la Constitución de 1980 establecía con claridad esa función. Tras la reforma, el artículo 101 borró toda referencia al deber de resguardar el orden, asignándolo vagamente a “todos los órganos del Estado”.
Se despojó así a las Fuerzas Armadas no solo de una misión, sino de una autoridad moral y simbólica que había sido clave en la historia republicana: la de ser una reserva estructural ante la descomposición del poder político.
- El Ministerio de Defensa tomado por la ideología.
Lo que antes era un espacio técnico, de servicio permanente al Estado y al interés nacional, se ha transformado en una trinchera más de la batalla ideológica progresista. La Subsecretaría para las Fuerzas Armadas, dirigida hoy por el militante comunista Galo Eidelstein Silber, se ha convertido en una plataforma de infiltración política sin precedentes.
Esta oficina, clave en temas como el financiamiento de armamento, los ascensos institucionales y la administración previsional de las FF.AA., ha sido ocupada por funcionarios cuya lealtad principal no es con la República ni con la Defensa Nacional, sino con una causa política.
- ¿Por qué se producen estas conductas impunes?
El reciente escándalo de los más de 25.000 empleados públicos que se encontraban de vacaciones estando con licencia médica no es casual. Es la consecuencia natural de una estructura estatal corrompida por el clientelismo, el cuoteo y la impunidad. Las causas de fondo son múltiples:
- Contrataciones por cuoteo político, no por mérito.
- Ejemplo de impunidad desde las más altas autoridades.
- Una cultura del “derecho sin deber”, promovida desde el progresismo.
- Protección corporativa de gremios y sindicatos sin ética.
- Falta de fiscalización y miedo a aplicar sanciones.
- Destrucción de la educación cívica.
- Uso del Estado como refugio laboral y vitrina electoral.
Esto no comenzó hoy. Ya años atrás se detectaron médicos que emitían licencias falsas como negocio. Pero lo que sí es de ahora es la contratación masiva de más de 100.000 nuevos empleados públicos bajo este gobierno, con fines más políticos que técnicos. ¿Cuántos de ellos serán parte de esta red de abuso?
- Las Fuerzas Armadas: el obstáculo a derribar.
La izquierda ya logró infiltrar el sistema educativo, los medios, la cultura, el poder judicial y buena parte de la administración pública. Solo queda un último bastión: las Fuerzas Armadas y de Orden. Porque allí aún sobreviven palabras prohibidas para el progresismo: deber, jerarquía, honor, patria, disciplina, servicio y valor.
Y por eso no descansan. Pretenden reformular sus doctrinas, intervenir sus currículos, relativizar sus códigos, someter sus mandos, y convertirlas en un cuerpo sin alma, dependiente del poder político y funcional a su proyecto revolucionario.
Pero hay un muro de contención: el Manual Ethos Militar del Ejército de Chile, aprobado el año 2018, que recoge la tradición moral sobre la cual se forma cada soldado. Este documento —más que un código— es una declaración de principios que exige a todo militar actuar con base en las virtudes cardinales, herencia filosófica de la tradición grecorromana y cristiana:
Prudencia, para deliberar y decidir correctamente.
Justicia, para dar a cada uno lo que le corresponde.
Fortaleza, para resistir la presión, la amenaza y la adversidad.
Templanza, para dominar pasiones, actuar con equilibrio y dignidad.
Estas no son sugerencias. Son pilares morales obligatorios. Y son precisamente los que incomodan a quienes pretenden relativizarlo todo y transformar a nuestras FF.AA. en un instrumento servil al poder político. Por eso buscan desnaturalizarlas: porque son el último núcleo de resistencia ética que aún protege el alma de Chile.
- El “batallón ideológico” que se tomó Defensa.
La llegada de Galo Eidelstein como subsecretario marcó el punto de inflexión. Según la investigación de la Unidad de Investigación de El Líbero, la Subsecretaría para las FF.AA. fue copada por una red de asesores y jefes de división ligados al Partido Comunista, ex directivos de la Universidad Arcis, la inmobiliaria Libertad y operadores políticos del Frente Amplio.
No es una afirmación sin respaldo: la evidencia es pública y documentada. El reportaje incluye nombres, cargos, organigramas y hasta publicaciones en redes sociales de estos funcionarios, donde muchos expresan su desprecio por las Fuerzas Armadas y su simpatía con dictaduras como la cubana o la venezolana.
Esta no es una oficina menor. Desde ahí se decide sobre adquisiciones estratégicas de armamento, ascensos, pensiones de ex uniformados y control de concesiones marítimas.
Lee aquí la investigación completa en El Líbero: EL BATALLON COMUNISTA DE GALO EIDELSTEIN.
Y aquí el gráfico publicado por El Líbero, donde se expone visualmente cómo se estructura esta toma ideológica del aparato de Defensa:
Epílogo: ¿Qué es el alma de Chile y por qué está bajo ataque?
El alma de una nación no está en sus leyes ni en sus instituciones. Está en lo que sus ciudadanos consideran sagrado: en sus valores, sus héroes, sus sacrificios, sus símbolos, su idea del bien. Es su conciencia moral compartida.
El alma de Chile ha sido, históricamente, el respeto por el deber, el amor a la patria, el orgullo silencioso del que sirve sin esperar recompensa. Está en el conscripto, en el bombero voluntario, en el militar que jura entregar la vida por su bandera. Está en las montañas, en la Cruz del Sur, en la Virgen del Carmen y en la Bandera chilena que flamea pese al barro ideológico.
Y por eso debemos protegerla. Porque sin alma, una nación no resiste ni florece: se convierte en un territorio administrado por burócratas sin honor.
El liderazgo que promete restaurar el alma de Chile.
En este desgobierno, donde se relativiza el deber y se premia el abuso, la única esperanza concreta de restauración ética y nacional está en un liderazgo que no ha claudicado ni transado con los culpables de esta decadencia.
Ese liderazgo se llama José Antonio Kast.
Un proyecto claro, coherente, que propone:
Respaldar sin ambigüedades a las Fuerzas Armadas y de Orden.
Combatir la delincuencia sin complejos.
Frenar la inmigración ilegal y descontrolada.
Restaurar la autoridad del Estado.
Y, sobre todo, recuperar el orgullo de ser chilenos.
Porque Chile no solo necesita nuevas leyes o nuevas caras.
Chile necesita recuperar su alma.
*Las Trincheras de la Indiferencia*

Cristián Labbé Galilea
Estos días han despertado en el corazón de los chilenos un fuerte sentido de pertenencia a esta “larga y angosta faja de tierra”. Pocos han quedado indiferentes al recordar que la gesta de Iquique… es el triunfo del valor ante la adversidad. Un puñado de valientes marinos, bajo la consigna de “Vencer o Morir”, enfrentados a condiciones desiguales, mantuvieron la bandera a tope y se inmolaron por ella. Épico episodio, que nos conecta con la historia y que debiera inspirarnos en tiempos difíciles.
Muchas lecciones se pueden colegir de esta hazaña. Imposible no destacar el liderazgo de Prat y el compromiso de sus hombres. Sabrán mis ilustrados contertulios que el insigne Comandante de la Esmeralda, junto al Almirante Togo (Japones) y al Almirante Nelson (Inglés), son los tres únicos marinos en el mundo homenajeados en Japón con el “Código Bushido”, que representa las virtudes que debían poseer los samuráis: rectitud, coraje, benevolencia, respeto, honestidad, honor y lealtad.
Al recordar lo ocurrido en la rada de Iquique, esta pluma medita en los difíciles momentos que vive nuestra patria. Son tiempos de una evidente carencia de liderazgos, especialmente en el mundo político. Vivimos “un circo” donde campean los payasos, los malabaristas, los ilusionistas y toda suerte de raros personajes que buscan atraer “al público” con imágenes comunicacionales, cuñas periodísticas, y banalidades que no guardan relación con un auténtico liderazgo.
Sin ir muy lejos, quien pretende liderar las fuerzas de la oposición y a quien las encuestas “le daban” (sí, le daban) una posición expectante, sorprendió al señalar, a través de una de sus vocerías, que su candidatura buscaba: “trabajar para llegar al ´socialismo democrático´ que se siente huérfano” (sic). Como dicen los abogados… “a confesión de partes, relevo de pruebas”. Nada que agregar, sólo he de reiterar que se equivocan quienes piensan que por ese camino se llegará a la solución de los problemas que afectan al país.
Es obvio que el electorado, al percibir una conducta errática, incoherente e impredecible como la descrita, confirma en esa candidatura una desmedida ambición de poder, con lo cual desaparece ante él la confianza, y fortalece su decisión de respaldar aquellos liderazgos que muestran consecuencia con los valores y principios que dicen representar, aun cuando con frecuencia aparezcan mañosamente disminuidos…
En suma, inspirada en estos días de “honor y victoria” esta pluma está convencida que la “Formula K”, al demostrar que ha sido capaz de generar una alianza parlamentaria, y al actuar con rectitud, coherencia y honestidad, tiene claramente una opción cierta de vencer en las próximas elecciones… se trata “de aunar fuerzas” para lograr que gobiernen los verdaderos valores de la Sociedad Libre, no imposturas.
Por último, la historia nos enseña que el éxito es de quienes nunca dejan de luchar, incluso contra la adversidad; y para ello, mi querido parroquiano, es fundamental que no se deje engañar y que “abandone las trincheras de la indiferencia…”. Es un compromiso con la historia y con el futuro.