HABLAR AL REVÉS



HABLAR AL REVÉS

Humberto Julio Reyes

Un “pedido de provincia” ha llegado para sacarme de una intencionada ausencia de inspiración.

Me explico:

No es que a mi juicio no existan temas que merezcan un comentario o una opinión pero no

quisiera ser repetitivo en hacer ver los innumerables defectos que le advierto al proyecto de nueva

constitución, por ejemplo, o criticar anuncios o acciones del gobierno y sus funcionarios y poner

eventualmente en aprietos a alguno de los generosos editores que habitualmente me publican.

En este dilema un titular de un diario electrónico me ha prestado una mano.

Anuncia la titular de Salud que pese a que las cifras de Covid-19 están en aumento, no sería

necesario avanzar en el plan “paso a paso”.

Intrigado por el titular leo la noticia completa para entender que ella quiso decir que no sería

necesario “retroceder” volviendo a imponer restricciones que ya se habían levantado.

Siempre me ha parecido que “avanzar” tiene una connotación positiva en oposición a

“retroceder”, de ahí mi disquisición. Por algo el lema “no temas ir despacio, sólo temas no

avanzar”.

¿Se imagina el paciente lector un anuncio que dijera “Chile avanza a un 20% de inflación?

Sería como un oxímoron, en lenguaje un tanto siútico.

Reconozco eso sí que a menudo en estos tiempos lo que se dice o anuncia significa exactamente lo

contrario, es “hablar al revés”.

¿Qué significa “buen vivir” para nuestros sufridos compatriotas de la Macrozona Sur?

Posiblemente una prolongación o agravamiento de una situación insoportable y donde las

medidas que se adoptan son tardías e insuficientes para restablecer el Estado de derecho.

Este “hablar al revés” en todo caso me parece sólo una variante de una negativa característica que

puede con justicia adjudicársenos como chilenos: se prefiere la ambigüedad para no llamar las

cosas por su nombre, recurriendo a la vez a toda clase de eufemismos que incluso ya se han

incorporado al lenguaje oficial, como llamar “personas en situación de calle” a los indigentes.

En ese orden de cosas los vándalos que se entretienen todos los viernes en seguir asolando lo que

quedó de la plaza Italia, el monumento a Baquedano, los accesos a la estación del Metro del

mismo nombre y el entorno cercano son jóvenes manifestantes.

También son jóvenes estudiantes los que se entretienen disfrazándose y quemando buses y

pateando impunemente a carabineros (as) en el suelo. Pido excusas por haber tenido que usar

lenguaje inclusivo.

También el que dispara contra la policía y Fuerzas Armadas es un joven comunero mapuche,

naturalmente asesinado.

 

Los infantes de marina que contestaron eficazmente sus disparos son por supuesto asesinos

mientras no se logre acreditar legítima defensa.

Un carabinero recientemente asesinado, lo que costó que las autoridades reconocieran, habría

fallecido durante un procedimiento.

Otro joven comunero mapuche que ingresa a una propiedad privada para agredir con un hacha

también es asesinado por quien usa un arma inscrita para defenderse.

Todo lo anterior en cuestión de días mientras se sacan cuentas alegres para mantener un estado

de emergencia “acotado” allí donde incluso un estado de sitio sería insuficiente a estas alturas.

Ofrezco sinónimo para acotado: inoperante, insuficiente, “ni chicha ni limoná”.

Así que no cabe duda: no todos entendemos lo mismo.

 

12 de jun. de 22