Impolíticamente correcto

Impolíticamente correcto
El debate sobre el sistema previsional de ahorro individual es sorprendente. No lo es porque se haya puesto en tela de juicio un mecanismo que ha probado ser exitoso, pues ahí están los US$ 150 mil millones que han ahorrado para su retiro los trabajadores chilenos, acreditados en sus cuentas individuales, sin que se hayan dilapidado como sucedió con los fondos del sistema de reparto.
Ni siquiera porque la gente se sienta descontenta con las pensiones que se pagan, cuando la gran mayoría de los afiliados no se ha jubilado y mal pueden estar sufriendo los supuestos efectos negativos del sistema. Ya se verá después cuáles son los montos que se pagan a los que han cotizado toda una vida y en forma sistemática, que sin duda serán muy superiores a los ejemplos que se citan en la prensa y que nunca aclaran las bases sobre las que se calcularon esas pensiones. Porque no es lo mismo haber cotizado unos pocos años, que por 35 ó 40.
Lo es por la forma mañosa en que se generó. Resulta en verdad sorprendente que la revelación de los abusos acaecidos con las pensiones de Gendarmería, que ponen de manifiesto los vicios del sistema de reparto, haya sido utilizado para atacar y dejar contra la cuerdas al sistema de AFP, que mientras permanezcan intocadas sus bases, hace imposible que se den abusos como esos en el monto de las pensiones, que invariablemente perjudican a la mayoría. Es que la izquierda es imbatible comunicacionalmente: puede dar vuelta lo que sea en beneficio de sus propósitos, aunque la realidad palmaria sea la contraria.
Tan grave es la amenaza al sistema, que José Piñera, considerado el padre del mismo, decidió volver a defenderlo. Dijo que traería unas propuestas que generaron gran expectativa, pero que en rigor poco han aportado, lo que era presumible porque la bala mágica no existe. Su gran aporte fue otro: asistió a un programa de Televisión Nacional de Chile -el canal supuestamente de todos los chilenos- a dar una entrevista, que comenzó con un “reporteo” del tema expuesto con un sesgo brutal. Entonces, “Pepe” -que no se deja amedrentar, como sucede con muchos de los políticos de oposición -, decidió que tal cosa era inaceptable y sin perder la calma destrozó al periodista, muy conocido y que posa de “objetivo”. Si no ha visto la entrevista, tiene que verla (está en You Tube).
No faltaron quienes dijeron que Piñera estaba desubicado políticamente y que como lleva muchos años fuera del país, desconoce nuestra realidad. Esto, en idioma chileno, significa que no importa que tengas la razón, si la vociferación ambiente te la niega, estás equivocado y debes cambiar -o al menos callar- tu opinión. Con esta lógica, las ideas correctas terminan sepultadas. Si se es un político de centroderecha, el objetivo debe ser difundir y defender ciertas ideas que se creen mejores, aunque no estén de moda. Si esto impide defenderlas, entonces ¿qué sentido tiene dedicarse a la política?
José Piñera ha dado una lección que se pueden defender las ideas, aunque eso sea políticamente incorrecto. Porque es la forma en que terminan siendo las políticamente correctas.